"Nos perdi¨® la confianza, fuimos ciegos"
Las v¨ªctimas de la especulaci¨®n de Montroi descubren que compraron nada
Hab¨ªa varios modelos de casa. Ca¨ªan por la ladera de una loma, en un entorno t¨ªpicamente mediterr¨¢neo. Ten¨ªan piscina, jardines preciosos, vistas estupendas, incluso un lago en la urbanizaci¨®n. Ese lugar les proporcionar¨ªa adem¨¢s una comisar¨ªa de polic¨ªa, un colegio, una estaci¨®n de tren... y otros equipamientos. Pagaron por ello, entre 150.000 y 230.000 euros. En realidad pagaron por una participaci¨®n de una parcela indivisible de terreno r¨²stico no urbanizable de uso com¨²n. Algunos pagaron por una participaci¨®n sobre la que hab¨ªa embargos. Otros abrieron la puerta de casa un d¨ªa y se encontraron con alguien que reclamaba para s¨ª la que cre¨ªan su casa. La asesor¨ªa del perito judicial Aniceto Campos, en Montserrat es ahora, despu¨¦s de destapada la trampa, un lugar de encuentro para los afectados, que buscan, al menos, orientaci¨®n. Un juez de Picassent ha descubierto la supuesta prevaricaci¨®n y delito urban¨ªstico del ex alcalde popular de Montroi, Francisco Javier Carri¨®n, junto a otras seis personas. Permiti¨® la construcci¨®n de 77 chal¨¦s ilegales. A muchos les hizo ¨¦l mismo la instalaci¨®n el¨¦ctrica, porque ese es su negocio. Permiti¨® que la inmobiliaria Zodiac Village y la constructora Morarim, SL, enga?aran a ingleses, alemanes y escandinavos, sobre todo.
Los afectados pagaron entre 150.000 y 230.000 euros por las casas
"Todo era tan profesional. Ten¨ªan tal atenci¨®n con nosotros...". Vicky, de 37 a?os, recuerda el d¨ªa que acudi¨® a informarse y siente que "se rieron" de ella. Vino de Inglaterra, donde era peluquera, porque quer¨ªa una vida mejor. "Quer¨ªa tranquilidad, naturaleza y seguridad para mis dos hijos", se?ala. Su primer destino, en 2005, con Richard, su marido, tambi¨¦n ingl¨¦s, fue Ll¨ªria. All¨ª estuvieron alquilados tres meses. Unos amigos, que ten¨ªan la intenci¨®n de comprar doce parcelas, les presentaron a los dos socios de Morarim: Dieter Klaus y Guillermo Alba (ambos detenidos). Klaus hablaba ingl¨¦s "y eso nos parec¨ªa una garant¨ªa". En las oficinas vieron unas casas. "La urbanizaci¨®n parec¨ªa el para¨ªso", se decidieron por una vivienda, hubo sus problemas, cambiaron a otra y se instalaron despu¨¦s de firmar un contrato privado ante una persona que se present¨® como notario, pagaron 220.000 euros. Cuando llegaron, la casa no ten¨ªa valla, la piscina estaba a medio hacer y en la parcela hab¨ªa un desnivel de cinco metros con ferralla a la intemperie. "Mi hija se cay¨® y se clav¨® un hierro. Tiene una cicatriz". Tuvieron que comprar un generador de luz, "porque pocas semanas despu¨¦s de llegar la cortaron, era de obra, y no lo sab¨ªamos". Suscribieron un contrato de compra de agua a un pozo de Montroi "porque tampoco hab¨ªa agua, ni canalizaciones". Sin una palabra de castellano, Vicky, que junto a su marido regenta ahora un bar, "el Cheers de Montserrat", recuerda que bajaba cada d¨ªa a la oficina y preguntaba. "La respuesta era ma?ana, ma?ana. S¨®lo pensaba en qu¨¦ hacer, d¨®nde ir. Para m¨ª es incomprensible, porque esto no pasa en Inglaterra". Y a?ade: "Lo peor fue una ma?ana en la que al abrir la puerta un se?or me dec¨ªa que la casa era suya". Aquel se?or, con su contrato privado, levant¨® un embargo sobre las propiedades de Morarim. ?De qui¨¦n es la casa de Vicky?
Georges Alfred, de 57 a?os, jubilado, ingeniero de proyectos, asiente mientras Vicky habla. ?l, padre de tres hijos que viven en Australia, tuvo un periplo parecido. "Tengo una copia simple de una escritura que dice que tengo un trozo de una parcela que no se puede dividir y en la que no se puede construir. Me enter¨¦ hace pocas semanas, cuando quise pedir un pr¨¦stamo personal".
Y Rodney, de 62 a?os, conserje en Devon, que vino a Espa?a porque su mujer ten¨ªa un grave problema de salud del que muri¨® hace tres a?os, padre de cinco hijos no puede explicarse qu¨¦ le ha pasado: "Vine buscando esperanza. Perd¨ª a mi mujer, he perdido mi dinero, mi casa no se puede vender, no existe. Nos perdi¨® la confianza. Fuimos ciegos ".
Prisi¨®n eludible con fianza para los imputados
El titular del juzgado de Primera Instancia e Instrucci¨®n n¨²mero uno de Picassent decret¨® anoche prisi¨®n eludible con fianza para los siete detenidos el pasado mi¨¦rcoles por delito urban¨ªstico en Montroi. Al ex alcalde, el popular Francisco Javier Carri¨®n, al que tambi¨¦n acusa de prevaricaci¨®n, le impuso 8.500 euros de fianza. Al due?o de la constructora Morarim SL, 50.000 euros. Y al resto, cantidades de entre 1.000 y 3.000 euros.
La Guardia Civil les condujo al juzgado de Picassent poco antes de las 13.00 horas. Desde entonces, y hasta pasadas las ocho de la tarde, fueron puestos a disposici¨®n del juez para prestar declaraci¨®n. Sus intervenciones fueron exculpatorias de cualquiera de los delitos que se les imputa.
Javier Carri¨®n (PP) dej¨® la alcald¨ªa en mayo de 2006. Perdi¨® el apoyo y cedi¨® el puesto de primer edil al socialista Antonio Polo. El cambio fue tranquilo. Carri¨®n continu¨® dedic¨¢ndose a la que hab¨ªa sido su profesi¨®n principal, electricista. Y lo compagin¨® con otros negocios en los que se hab¨ªa aventurado aprovechando el boom urban¨ªstico que viv¨ªa la comarca. En ¨¦l, los afectados reconocen a la persona que les hizo las instalaciones el¨¦ctricas de un servicio de luz que nunca pudo ser porque se vieron obligados a comprar a la propia constructora generadores por cantidades que rondaban los 200 euros.
Carri¨®n, por tanto, conoc¨ªa las casas. Sobre algunas de ellas abri¨® expediente sancionador. Por eso, algunos de los afectados aseguran que se enteraron as¨ª de que sus viviendas eran ilegales pero que pensaron, porque as¨ª se lo dijeron, que tras pagar una sanci¨®n las cosas se arreglaban.
Y conoc¨ªa la situaci¨®n el actual alcalde. Algunos de los afectados le reconocen como la persona a la que estando a¨²n en la oposici¨®n pol¨ªtica en el ayuntamiento acudieron para exponerle la situaci¨®n en la que se encontraban. Dicen que les prometi¨® arreglarlo, pero sin concretar nada.
La relaci¨®n entre Carri¨®n y la constructora Morarim SL, era de todos conocida por evidente. De hecho, cuando el mi¨¦rcoles se produjo el registro en el ayuntamiento de Montroi y los vecinos descubr¨ªan las causas, no se sorprendieron. Relataban que durante mucho tiempo el ayuntamiento permiti¨® construir sin freno, que los de Morarim era habituales en la alcald¨ªa, que todo el mundo sab¨ªa que las casas se estaban haciendo sin los permisos.
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