Esperando a Mosquera
El mediapunta y capit¨¢n del filial del Madrid es la ¨²ltima esperanza del f¨²tbol base blanco
Manuel Pellegrini lleva dos partidos seguidos convoc¨¢ndole (M¨¢laga y Deportivo). Y el s¨¢bado pasado estuvo a punto de hacerle debutar en Riazor. Pero Pedro Mosquera, capit¨¢n y mediapunta del Castilla, se qued¨® con las ganas. En el asunto intervino incluso Jorge Valdano, el director general, que reprendi¨® a Pellegrini por no contar m¨¢s con la cantera. Y ayer Pellegrini respondi¨®: "Hay que preguntarle a Valdano por qu¨¦ lo dice, otra cosa es lo que yo hago. Yo no le pregunto cuando suben jugadores de qu¨¦ juegan. La cantera no est¨¢ dentro de mi trabajo, pero yo les conozco a todos".
En el fondo est¨¢ Mosquera, el canterano m¨¢s esperado. Cuando Pellegrini le llam¨® en Riazor, faltaban un par de minutos para el final. "Me quit¨¦ el ch¨¢ndal todo lo r¨¢pido que pude pero la pelota no sal¨ªa. Hubo una acci¨®n que dur¨® un minuto y medio. Le supliqu¨¦ al cuarto ¨¢rbitro que no pitara el final. Hicieron una falta a Drenthe y o¨ª que por el pinganillo le dec¨ªa al colegiado: ?cambio, cambio! Pero nada, pit¨® el final. Tir¨¦ una patada a una botella, fui y le dije 'joder, c¨®mo pitas... Iba a debutar", recuerda ahora Mosquera.
"Joder, c¨®mo pitas... Iba a debutar", le solt¨® al ¨¢rbitro en el partido contra el Deportivo
"La cantera no est¨¢ dentro de mi trabajo, pero yo les conozco a todos", dice Pellegrini
Ra¨²l fue el primero que se le acerc¨® para decirle que no pasaba nada, que ya debutar¨ªa. El cabreo le dur¨® lo que el viaje de vuelta a Madrid. Porque al d¨ªa siguiente Mosquera jug¨® con el filial y, una vez en casa, se dio cuenta de que estaba con el "agua al cuello". S¨®lo le quedaban cinco d¨ªas para preparar el examen de Derecho Penal. "Por la ma?ana me entreno, de 4 a 8 de la tarde tengo clase y cuando llego a casa lo que menos me apetece es estudiar", dice sentado en una silla en Valdebebas.
Mosquera es gallego y tiene 21 a?os. Sus primeros recuerdos del f¨²tbol son el Depor de Fran y Mauro Silva y el Madrid de Fernando Redondo. Es futbolista, universitario, surfista y tambi¨¦n fue jugador de hockey patines. "Empec¨¦ con tres a?os, antes que con el f¨²tbol, era tan peque?o que utilizaba los patines Fisher Price. Hasta que me vine a Madrid hice las dos cosas, ten¨ªa a mi madre de taxista todo el d¨ªa", recuerda este zurdo de pie pero diestro de mano.
Del colegio Santa Mar¨ªa del Mar la madre le llevaba al campo del Galicia Gaiteira, su primer equipo, que coge el nombre de un barrio de A Coru?a. Recal¨® all¨ª gracias a Antonio Gol¨¢s, un directivo amigo de su familia. El Deportivo por aquel entonces no ten¨ªa categor¨ªas inferiores, s¨®lo seleccionaba a los chavales para el Torneo de Brunete. "En Pontedueme, cerca de Ferrol, nos enfrentamos a los alevines del Madrid. Fue la primera vez que se fijaron en ¨¦l. Se lo disputaban muchos equipos gallegos por aquella ¨¦poca... Lete, el entrenador, no estaba muy por la labor porque ten¨ªa ya a un grupo hecho pero cambi¨® de idea en cuanto lo vio entrenarse", explica Manuel Pita, uno de los primeros t¨¦cnicos de Mosquera. "Siempre ha sido un chico muy competitivo y con la cabeza bien amueblada. Era bueno t¨¦cnicamente: jugaba de mediocentro, interior y mediapunta. Ten¨ªa una buena zancada, potencia y rapidez", a?ade.
Naci¨® en A Coru?a, pero lleg¨® a Madrid con 13 a?os. Hasta los 18 se qued¨® en el SEK, el centro donde residen y estudian los chicos que vienen de fuera. Ahora, despu¨¦s de haberse pasado un a?o en el colegio mayor El¨ªas Aguja, vive solo y tiene una asistenta que le cocina. "Era muy observador y listo. No le val¨ªa con cualquier cosa. Siempre hab¨ªa que darle explicaciones", comenta Paco Carre?o, su monitor en el SEK. De gallego Mosquera ya no tiene ni el acento. S¨®lo tiene morri?a del mar. "Lo primero que hago cuando vuelvo a casa es bajar a Riazor a surfear", cuenta.
"Car¨¢cter siempre tuvo y ganas de sumar y ayudar al compa?ero tambi¨¦n. En su segundo a?o aqu¨ª ya era capit¨¢n", comenta Trist¨¢n Celador, que le tuvo en el Juvenil C. "Siempre jugaba por dentro porque no era especialmente r¨¢pido. Distribu¨ªa muy bien el juego. Con los a?os ha mejorado en el cuerpo a cuerpo y a defender la pelota", prosigue. En el Cadete A coincidi¨® con Mata, su gran amigo. "Fue mi primer punto de apoyo. Compart¨ªamos habitaci¨®n y era un poco desastre, nunca se acordaba de d¨®nde dejaba las cosas. Pero en el campo ten¨ªa una gran visi¨®n y una innata capacidad de liderazgo", cuenta el hoy jugador del Valencia.
?La visi¨®n de juego de d¨®nde le viene? "Es una cosa con la que naces, lo ¨²nico que puedes mejorar es la velocidad . del pase. Y por cada categor¨ªa que subes tienes que soltar antes la pelota", dice Mosquera, admirador de Guti. "Lo suyo es otro nivel. Mete los pases donde no los ve nadie".
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