Jap¨®n resucita el 'soft' porno
Un hombre finge morir tras un atropello para as¨ª poder beneficiarse a la imprudente conductora. Es la sinopsis de Carretera mojada (Koretsuru kurahara, 1972), un cl¨¢sico del roman porn (de romance y pornograf¨ªa, en ingl¨¦s) que a¨²n se puede ver en el Asakusa Meigaza de Tokio, uno de los muchos y obsoletos cines de la ciudad que huele a d¨¦cadas de tabaquismo y a la comida que los espectadores siguen trayendo de casa para consumir durante las sesiones dobles. Es en lugares as¨ª donde ha sobrevivido el roman porn, g¨¦nero er¨®tico que, antes de perecer a manos del v¨ªdeo, vivi¨® sus d¨ªas de gloria gracias a sus m¨¢s de 700 t¨ªtulos estrenados entre 1971 y 1988. Veintid¨®s a?os despu¨¦s, la productora Nikkatsu, responsable de todas y cada una de las pel¨ªculas roman porn originales, ha decidido revivirlo estrenando la semana que viene un remake de Danchizuma hirusagari no j?ji (traducible como Aventuras vespertinas de un ama de casa), filme que dio origen al fen¨®meno y lanz¨® a Kazuko Shirakawa, primera reina del g¨¦nero. El 23 de febrero le seguir¨¢ el remake de Ushiro kara mae kara (literalmente: por detr¨¢s, por delante), que originalmente protagoniz¨® en 1982 la cantante pop Yoko Hatanaka. "Revivir el componente dram¨¢tico, rom¨¢ntico y er¨®tico del roman porn tiene sentido porque, aparte de atraer a los nost¨¢lgicos, creemos que a los j¨®venes, que s¨®lo disponen del porno duro de Internet, les resultar¨¢ algo nuevo", explica Yoshinori Chiba, productor de ambos t¨ªtulos.
"Damos algo nuevo a los j¨®venes que s¨®lo disponen de porno duro en Internet" (Y. Chiba, productor)
A finales de los sesenta, Nikkatsu, la decana de las grandes productoras de cine japonesas, se vio acuciada por el auge de la televisi¨®n. Es entonces cuando decidi¨® reformular las pinku eiga (cine rosa, filmes que beb¨ªan en parte del ero guro, una corriente literaria de principios del siglo XX que ha influido enormemente en el manga). Nikkatsu opt¨® por dar m¨¢s presupuesto y libertad a los directores. S¨®lo hab¨ªa un requisito: incluir al menos cuatro escenas de sexo por hora.
El ¨¦xito fue fulgurante, y la compa?¨ªa pas¨® en un a?o del borde de la quiebra a facturar millones de yenes gracias a cintas de poco m¨¢s de 60 minutos. No s¨®lo eran baratas y se rodaban en tiempo r¨¦cord se llegaron a estrenar hasta tres nuevas cada diez d¨ªas, sino que muchas empezaron a ser reverenciadas por la cr¨ªtica. Y as¨ª, Nikkatsu acab¨® produciendo exclusivamente roman porn durante los siguientes 17 a?os. El resultado: un sinf¨ªn de thrillers, dramas o comedias protagonizados por amas de casa ad¨²lteras, geishas, presidiarias, monjas (budistas y cat¨®licas), robots femeninos y hasta ninjas con superpoderes sexuales. Todo ello dividido en subg¨¦neros (hist¨®rico, sadomasoquista, de yakuzas...) y abarcando siempre el fr¨¢gil espacio que hay entre el erotismo y el porno. Con todo, las pocas que llegaron a exhibirse en EE?UU despertaron repulsi¨®n por su tratamiento de las m¨¢s variadas parafilias, muchas de ellas denigrantes para la mujer en Occidente.
En Jap¨®n, varios de sus realizadores, lejos de ser estigmatizados, firman hoy t¨ªtulos mainstream. Como Yojiro Takita, director de Despedidas, Oscar a mejor pel¨ªcula de habla no inglesa en 2009. "Hemos querido traer el roman porn al siglo XXI, y por ello hemos actualizado la figura del ama de casa japonesa, eje central del g¨¦nero", explica Yoshinori Chiba. "Si el p¨²blico responde bien, de momento nos gustar¨ªa hacer m¨¢s remakes, aunque tampoco s¨¦ si de nuestros t¨ªtulos m¨¢s transgresores". As¨ª pues, estos dos nuevos filmes no figurar¨¢n entre lo m¨¢s hardcore de Nikkatsu. Pero se estrenar¨¢n en salas que no huelen a colillas ni a fideos a la plancha.
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