Mujeres 'curas'
El envejecimiento del clero catal¨¢n abre paso a que una docena de mujeres realicen tareas sustitutorias en parroquias rurales catalanas
Rosa Mar¨ªa S¨¢nchez confiesa que se qued¨® "un poco espantada" cuando el cura de Alforja (Baix Camp) le pidi¨® que dirigiera una celebraci¨®n de la palabra, ceremonia religiosa similar a la misa, pero sin la consagraci¨®n, que es el acto central de liturgia cat¨®lica. "?Lo puedo hacer?", recuerda que le pregunt¨®. "Si yo te digo que lo hagas es que lo puedes hacer", fue la respuesta del rector, que estaba a punto de ser trasladado. Esta mujer, nacida en 1953, es la responsable del Secretariado Diocesano de Laicos en Misi¨®n Pastoral del arzobispado de Tarragona, creado "para que no decaiga la vida de las parroquias".
La edad media de los curas catalanes, que es ya de 70 a?os en las di¨®cesis de Vic, Girona y Lleida, y la escasez de vocaciones sacerdotales en la base de la pir¨¢mide est¨¢n abriendo paso a los laicos, la mayor¨ªa mujeres, que ya se hacen cargo de tareas menores en las parroquias. No pueden consagrar ni administrar sacramentos -por tanto, ni casar ni bautizar- en sustici¨®n de los curas, pero s¨ª pueden dirigir la celebraci¨®n de la palabra, es decir, la lectura del evangelio y la Biblia, y dar la comuni¨®n.
Todo ello, no obstante, est¨¢ siglos luz de que, como pasa en la Iglesia anglicana, haya en la cat¨®lica mujeres que ejerzan el sacerdocio y, en el futuro, tareas episcopales.En Catalu?a, hay una treintena de personas no ordenadas que han asumido algunas de las funciones de un sacerdote. El secretariado tarraconense est¨¢ compuesto por nueve personas y todas son mujeres: una viuda, cinco solteras y tres monjas. En la di¨®cesis de Sant Feliu de Llobregat, hay una quincena de seglares, tanto hombres como mujeres, y dos monjas. En Girona, una monja va cuatro veces al mes a una parroquia del Empord¨¤ para animar la celebraci¨®n del domingo, y en la di¨®cesis de Solsona, la religiosa Maria Teresa Bossa se ha hecho cargo de la parrogia de Bag¨¤. El fen¨®meno va en aumento, pero no es totalmente nuevo. Rosa Mar¨ªa S¨¢nchez fue la pionera hace 30 a?os. Rosa Roca, de 58 a?os, es tambi¨¦n de las veteranas. Lleva 22 a?os a cargo de la parroquia de Bonastre (Baix Pened¨¨s), el pueblo donde naci¨®. Todos los martes dirige la celebraci¨®n de la palabra. Pero no es esa su ¨²nica funci¨®n, puntualiza: 'Hay mucho trabajo: llevar la comuni¨®n a casa a la gente mayor, asistir a los necesitados, controlar la contabilidad, cuidar el cementerio. Todo. Lo espiritual y tambi¨¦n lo material: desde reparar un radiador que gotea hasta reponer el papel de v¨¢ter'. Recuerda que cuando empez¨®, ella sola retiraba los bancos para fregar la iglesia. Pere Oliva, rector del seminario de Vic, la di¨®cesis con el clero m¨¢s envejecido de Catalu?a (la edad media es de 71 a?os), considera que la ra¨ªz del problema es la falta de vocaciones, un 'fen¨®meno complejo', que interpreta como uno de los 'signos de los tiempos', o una forma de hablar de Dios. 'Pero ?a qu¨¦ nos llama?', se pregunta desconcertado Oliva. En su opini¨®n, la soluci¨®n no es el sacerdocio femenino o el fin del celibato, que los sectores progresistas de la Iglesia no se cansan de reclamar. Entiende Oliva que m¨¢s bien la apuesta ha de ser 'dar m¨¢s vigor a las comunidades cristianas'. Porque est¨¢ convencido de que Dios sigue llamando a los j¨®venes, lo que pasa es que ¨¦stos no responden, lo que el sacerdote atribuye a 'la incapacidad para el compromiso. No s¨®lo el sacerdotal, tambi¨¦n el del matrimonio'. Sobre el sacerdocio femenino, Oliva admite que 'es un tema que podr¨ªa cambiar', pero se apresura a a?adir de que 'no es el elemento clave'. Adem¨¢s, recuerda que se trata de 'un asunto universal que no est¨¢ en manos de una di¨®cesis'. Oliva insiste, por tanto, en que la mejor reacci¨®n ante el problema es 'trabajar por unas comunidades cristianas m¨¢s vivas', que sean caldo de cultivo donde se cuezan las nuevas vocaciones. Tampoco para Jos¨¦ Casella, portavoz del obispado de Girona, es el mayor protagonismo femenino la respuesta que ha de dar la Iglesia a la falta de sacerdotes. Reconoce que en su di¨®cesis han tenido que reducir el n¨²mero de misas, pero da en el clavo: 'No s¨®lo por falta de sacerdotes, tambi¨¦n por falta de fieles'. Casella cree que hay que ir salvando la situaci¨®n actual racionalizando los horarios de las misas y concentr¨¢ndolas. Y mientras, opina que 'hay que discurrir sobre qu¨¦ es lo que Dios nos quiere comunicar', El mensaje de Dios para algunas de las mujeres que ejercen actualmente en las parroquias parece ser m¨¢s sencillo de descifrar. Rosa Roca, por ejemplo, dijo s¨ª en cuanto se le propuso que asumiera la direcci¨®n de la parroquia. Acept¨® inmediatamente. 'Pens¨¦: 'Esto es lo que Dios quiere de m¨ª'. A su colega Rosa Mar¨ªa S¨¢nchez parece que le cuesta m¨¢s entender a los hombres que a Dios. Cree que 'a la larga la Iglesia se habr¨¢ de plantear' el sacerdocio femenino, pero todav¨ªa lo ve 'muy verde'. Y no comprende por qu¨¦. 'No acabo de entender por qu¨¦ no podemos ser curas'.
Pir¨¢mide de edad envejecida
La edad media de los sacerdotes en activo en las di¨®cesis catalanas es de 57 a?os en la de Barcelona, de 59 en la de Tarragona, de 70 en las de Girona y Lleida, de 62 en la de Sant Feliu de Llobregat, de 67 en la de Solsona, de 50 en la de Terrassa, de 57 en la de Tortosa, de 67 en la de Urgell y de 71 en la de Vic. Algunos temen que si la tendencia no cambia, muchos cristianos practicantes se ver¨¢n imposibilitados de cumplir el precepto dominical de asistir a misa.
Los m¨¢s pesimistas creen que ante el panorama que ofrecen muchas iglesias en las misas diarias, dentro de unos a?os habr¨¢ que dar cerrojazo a muchas parroquias no s¨®lo por falta de curas, sino tambi¨¦n de fieles. Pero la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica sigue empecinada en su veto al sacedorcio femenino y a introducir el celibato opcional. Con todo, Rosa Roca est¨¢ convencida de que, pase lo que pase, la Iglesia nunca se acabar¨¢.
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