"Ser pobre es muy caro"
Michael Chu, uno de los principales expertos mundiales en microcr¨¦ditos, es un ciudadano del mundo: naci¨® en China, se cri¨® en Uruguay -cuya nacionalidad ostenta-, estudi¨® en Harvard -donde da clases- y viaja por todo el mundo, especialmente por Latinoam¨¦rica. En Barcelona ha participado en las jornadas Mercado, pobreza y negocios inclusivos, en la escuela de negocios ESADE.
El almuerzo lo sirve una empresa de restauraci¨®n sostenible, que para Chu es el mejor ejemplo del tipo de proyectos sobre los que trabaja: atender desde el sector privado las necesidades de las capas con menos ingresos de la poblaci¨®n, "que representan el 75% de la poblaci¨®n".
"Ser pobre es muy caro", asegura, y pone el ejemplo de una mujer que vend¨ªa camisas en un mercado de Lima a la que pregunt¨® si tomaba dinero prestado para financiar su negocio. S¨ª, le dijo, a veces ped¨ªa 100 d¨®lares (73,5 euros) a un vecino. "?Y cu¨¢nto le cobra?", indag¨® Chu. "Poco", respondi¨®, "se lo devuelvo en dos d¨ªas, los 100 y dos d¨®lares m¨¢s". Chu hace una pausa, se zampa una croqueta, toma un sorbo de vino y exclama: "?Un inter¨¦s de un 3.000%!".
El asesor de bancos para pobres cree que contra el hambre no basta el microcr¨¦dito
Este hombre de negocios que trabaj¨® en Wall Street y como directivo de grandes empresas, ahora se dedica a crear y asesorar bancos especializados en microfinanzas y empresas para satisfacer la demanda de las capas m¨¢s despose¨ªdas. "Los microcr¨¦ditos", explica, "nacen a finales de la d¨¦cada de 1970 de la labor de las ONG, concediendo peque?os pr¨¦stamos de 150 o 200 d¨®lares [110,4 o 147 euros]. Tuvieron ¨¦xito, sus clientes devolv¨ªan el dinero y su volumen creci¨®, tanto, que los bancos que prestaban el dinero a las ONG no pudieron seguir haci¨¦ndolo porque superaba el porcentaje de los activos permitidos por el regulador para clientes insolventes, porque eso es lo que son los pobres".
La soluci¨®n era crear un banco de microcr¨¦ditos, supervisado por las autoridades monetarias. "En 1992 se cre¨® el Banco Solidario de Bolivia, el precursor, y tuve el privilegio de ayudar a fundar otros m¨¢s, que hoy son los bancos m¨¢s rentables y solventes de sus respectivos sistemas bancarios". Hoy, calcula Chu, el volumen global de las microfinanzas en todo el mundo supera los 10.000 millones de d¨®lares (7.357 millones de euros), de los que 4.000 (2.943) corresponden a Am¨¦rica Latina.
Chu habla y habla, y hay que insistirle en que coma algo de un almuezo ya de por s¨ª frugal. Pero los microcr¨¦ditos se imponen sobre el embutido y las aceitunas. "Se necesita movilizar un peque?o arsenal que incluye salud, educaci¨®n, vivienda, servicios b¨¢sicos (agua y energ¨ªa) y tambi¨¦n servicios como seguros, porque ?qui¨¦n tiene mayor necesidad de manejar su riesgo que los pobres?". La primera inversi¨®n de uno de los fondos que ha creado, Ignia, ha sido en Primedic, que por menos de 100 d¨®lares (73,5 euros) al a?o ofrece acceso ilimitado a atenci¨®n primaria m¨¦dica. Chu no est¨¢ en absoluto en contra del sector p¨²blico, que deber¨ªa asumir esta labor, pero que no lo hace o lo hace mal. "Los modelos comerciales son esenciales en un entorno donde el sector p¨²blico se enfrenta a tantos desaf¨ªos y tantas complicaciones para ser un agente efectivo en proporcionar bienes y servicios para la gente pobre. En los pa¨ªses en desarrollo el rol del sector privado cobra una importancia tremenda". Ni rastro de un postre.
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