Salvad al creador, no al amigo
La vida cultural sufre la embestida de la crisis por su dependencia de lo p¨²blico - Las subvenciones son necesarias, pero demasiadas veces derivan en clientelismo - El gremio defiende la rentabilidad inmaterial. ?Acaso dan dividendos los colegios?
Gracias a las subvenciones existen la Capilla Sixtina y Las Meninas. Conclusi¨®n primera: el dinero p¨²blico precipita el talento. Desde que nacieron las ciudades el dinero p¨²blico incentiva la creaci¨®n, aunque la finalidad original no fuese hacer arte. Si bien las pir¨¢mides no se idearon para epatar a millones de turistas, si no para enterrar a faraones, se podr¨ªa considerar un temprano ejemplo de apoyo p¨²blico a la cultura. Salvando el anacronismo, es el modelo latino que rige en pa¨ªses como Francia, Italia o Espa?a.
Sin subvenciones existen Los girasoles. Conclusi¨®n segunda: el talento no necesita dinero p¨²blico. Pero necesita dinero: Van Gogh sobrevivi¨® casi toda su vida art¨ªstica financiado por su hermano Theo. Obviando el parentesco, se podr¨ªa considerar un modelo de patrocinio anglosaj¨®n: alguien con dinero paga al artista a cambio de algo (Theo hered¨® los cuadros, los patrocinadores culturales se ahorran impuestos). Es el sistema que, sobre todo, impera en Estados Unidos.
"Creemos que la cultura es gasto y no inversi¨®n", se queja Rogelio Blanco
Los coches y los bancos han recibido ayudas frente a la crisis
"Nos da pudor el agradecimiento al patrocinador", dice Borja Baselga
Consuelo Ciscar se queja porque el IVAM recibe menos que el Macba
C¨ªclicamente arrecia la campa?a contra las subvenciones a la cultura. Y esa mala prensa favorece que en tiempos dif¨ªciles la tijera presupuestaria entre a saco en los departamentos de Cultura. Si a esta crisis general se agrega tambi¨¦n una crisis particular, como la que sufre el modelo de explotaci¨®n comercial de la m¨²sica o el cine (?y el libro?) debido a las nuevas tecnolog¨ªas, el resultado es pavoroso. Disminuyen los conciertos, encogen los circuitos teatrales y menguan las exposiciones ambiciosas. Tambi¨¦n ha ocurrido con la venta de coches o la construcci¨®n de casas, pero en tales casos la administraci¨®n ha recorrido el camino inverso: poner en marcha l¨ªneas de ayudas para incentivar la compra de autom¨®viles e inventarse medidas (Plan E) para absorber la mano de obra desocupada por la hecatombe inmobiliaria.
"Es un cl¨¢sico. La cultura carga con el sambenito de ser un sector subvencionado, cuando las ayudas son escuetas y limitadas", afirma Carlos Alberdi, director de Relaciones Culturales y Cient¨ªficas de la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional (AECID).
?Qu¨¦ pasar¨ªa sin fondos p¨²blicos? El cineasta y escritor David Trueba lo tiene claro: "Si no fuera por el Estado hace mucho tiempo que el Museo del Prado habr¨ªa sido abandonado a las ratas, la catedral de Burgos hoy ser¨ªa un conjunto de adosados y el acueducto de Segovia, un intercambiador de autobuses", escrib¨ªa en este diario el pasado 3 de octubre.
Sin ayudas Alberdi cree que el cine espa?ol estar¨ªa "tiritando" y "en manos de las majors". Se apoya en datos: "El fondo de cinematograf¨ªa es de 90 millones, un poquito por debajo del gasto p¨²blico en teatros l¨ªricos, y es el producto cultural m¨¢s duradero. A¨²n hoy estamos viendo pel¨ªculas de Buster Keaton de los a?os veinte. Tiene una perdurabilidad enorme".
"Se morir¨ªa", afirma escueto el director general del Libro, Archivos y Bibliotecas, Rogelio Blanco. Toma resuello para la carrerilla y dispara: "Esta cr¨ªtica se da porque creemos que la cultura es gasto y no inversi¨®n, cuando produce empleo y riqueza como cualquier otro [sector]. Y si hablamos de inmaterialidad, la imagen de Espa?a viene singularizada por la cultura y se llama Picasso, Cervantes o Goya". A quien s¨®lo mire el bolsillo le lanza: "Los retornos en el libro se dan por mil, mientras que en otros sectores son por cien".
El sector editorial recibe al a?o cinco millones de euros del Ministerio de Cultura. Una ridiculez comparada con su peso econ¨®mico: el libro es el d¨¦cimo producto m¨¢s exportado de Espa?a, que es la cuarta potencia mundial. "Y no damos ayudas muertas, son compras de ejemplares para bibliotecas", precisa Blanco, que recuerda que la pujanza del ramo ha alimentado pr¨®speros negocios medi¨¢ticos y se ha internacionalizado como nadie (200 empresas tienen negocios en el exterior). "En mi sector siembras un euro y nace una flor", dice en un arrebato casi m¨ªstico.
Al margen de la rentabilidad econ¨®mica, los del gremio inciden sobre la rentabilidad inmaterial. ?O alguien pide que den beneficios los colegios? "El Estado debe contribuir a la mejora de las infraestructuras que eleven el nivel de formaci¨®n del pa¨ªs", plantea la directora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), Consuelo Ciscar.
A¨²n siendo "manifiestamente mejorable", Carlos Alberdi defiende el modelo latino frente al anglosaj¨®n. "Prefiero que unos bur¨®cratas m¨¢s o menos ilustrados distribuyan el dinero a un se?or que da un mont¨®n de dinero y se quita de pagar impuestos. En el modelo anglosaj¨®n la cultura est¨¢ m¨¢s controlada por grupos poderosos, aqu¨ª es un poco m¨¢s democr¨¢tico", sostiene. Rogelio Blanco invierte la pregunta: "Comparemos los resultados. ?Es la producci¨®n cultural francesa, inglesa o espa?ola de menor calidad que la americana apoyada por fondos privados?". "Si hay, corr¨ªjanse los clientelismos, pero ni m¨¢s ni menos que en otros sectores", a?ade. Para favorecer la neutralidad, en Catalu?a se ha reforzado el papel del Consejo de la Cultura y de las Artes, que valora las peticiones y propone las subvenciones.
Porque el clientelismo es un efecto perverso del modelo latino. El poder detesta la cr¨ªtica y ama la adulaci¨®n. Sucumbe en ocasiones a la tentaci¨®n de financiar propaganda, de primar lo ideol¨®gicamente af¨ªn o de tomar decisiones arbitrarias. ?Algunos ejemplos pol¨¦micos?
El anterior Gobierno vasco (PNV-EA-EB) subvencion¨® al acordeonista Kepa Junkera con 700.000 euros (470.000 euros sal¨ªan de las arcas de Asuntos Sociales) para un proyecto intercultural que contemplaba tres discos, a partir de la grabaci¨®n de m¨²sicos de otros pa¨ªses de temas en euskera. Unos 250 artistas denunciaron que el dinero triplicaba todo el presupuesto anual destinado por Cultura para m¨²sicos vascos.
La Diputaci¨®n de Castell¨®n, en manos de Carlos Fabra (PP), financi¨® en 2008 la edici¨®n de un libro que ensalzaba a Franco. La ayuda consisti¨® en pagar un millar de ejemplares de la obra Espa?a, sue?o imposible en la que se pod¨ªa leer que el dictador se sublev¨® para "dar a Espa?a un r¨¦gimen de justicia, paz, orden y armon¨ªa". En el pr¨®logo, Fabra elogiaba la obra como "total, ambiciosa y concluyente".
Sangre de mayo, la pel¨ªcula que rod¨® Jos¨¦ Luis Garci sobre el levantamiento madrile?o contra la ocupaci¨®n francesa, goz¨® del mayor respaldo p¨²blico recibido nunca por una pel¨ªcula en Espa?a: 15 millones de euros de la Comunidad de Madrid (PP). Su paso por la cartelera fue fugaz.
Sin duda, la mayor pol¨¦mica del actual Gobierno socialista en materia de financiaci¨®n cultural ha sido la c¨²pula de una sala de la ONU en Ginebra, pintada por Miquel Barcel¨®, que cost¨® 20 millones de euros, aportados por una fundaci¨®n constituida por el Ministerio de Asuntos Exteriores y empresas privadas.
?Es mejor entonces el modelo anglosaj¨®n? "En ese modelo se depende de la voluntad de individuos cuyos criterios no son cient¨ªficos", precisa Bartomeu Mar¨ª, director del Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona (Macba). "Todos los modelos tienen sus deficiencias. Si en el p¨²blico puede ser el clientelismo, en el privado lo es el caprichismo. Bill Gates hace lo que le da la gana con su dinero", sostiene Borja Baselga, director de la Fundaci¨®n Banco Santander. La instituci¨®n vive de los dividendos de acciones del Banco Santander. Para este a?o manejan un presupuesto de nueve millones de euros. Se benefician de las ventajas fiscales de cualquier fundaci¨®n, pero los est¨ªmulos espa?oles para favorecer la inversi¨®n privada en arte y cultura est¨¢n lejos de los aplicados en Francia, un pa¨ªs donde la inversi¨®n p¨²blica en cultura es sagrada.
En Espa?a, el sector ha reclamado a menudo una potente ley del mecenazgo, que mejore los incentivos fiscales. Pero Baselga tambi¨¦n pide otra cosa que no puede regularse en el Congreso: un cambio cultural hacia el patrocinador. "Nos da como pudor y verg¨¹enza el agradecimiento p¨²blico hacia el patrocinador. En los museos de Estados Unidos hay salas que llevan el nombre del patrocinador, aqu¨ª hay casos en los que colocan una mini plaquita escondida casi junto a la escalera de incendios", compara.
El af¨¢n por esconder cosas parece muy arraigado en el ¨¢mbito cultural. Consuelo Ciscar, al frente del IVAM desde hace seis a?os, se queja de la opacidad con que se distribuyen fondos p¨²blicos: "No sabemos el criterio con el que se reparte, si es por programaci¨®n, por colecci¨®n, por el esfuerzo en presentar arte espa?ol". Yendo al grano: "Tenemos m¨¢s proyecci¨®n exterior y somos m¨¢s importantes que el Macba, contra el que no tengo nada, s¨®lo un agravio comparativo". El IVAM percibir¨¢ este a?o del Ministerio de Cultura para apoyo a la programaci¨®n 250.000 euros, mientras que el Macba dispondr¨¢ de 1.800.000 euros. "Si es porque el Ministerio est¨¢ en el Patronato del Macba, hace m¨¢s de tres a?os que le estamos pidiendo que est¨¦ en el nuestro", expone.
No quiere Bartomeu Mar¨ª, director del Macba, polemizar al respecto: "Que Consuelo Ciscar se queje de que el Ministerio de Cultura participe en mayor medida que en el suyo nos deja indiferentes". El Macba tiene este a?o un presupuesto de 13 millones de euros. Todos, excepto dos millones de ingresos propios generados por la venta de entradas, cat¨¢logos o alquileres, dependen de presupuestos p¨²blicos. As¨ª que han notado la tijera. Hace dos a?os dispon¨ªan de 14 millones.
El Macba se aprieta el cintur¨®n, pero no desaparece de la escena, a diferencia de lo que puede ocurrir con las programaciones culturales de pueblos y ciudades peque?as, donde las iniciativas dependen de ayuntamientos, diputaciones y autonom¨ªas con cuentas agujereadas. En la Comunidad Valenciana, el gremio teatral se est¨¢ movilizando contra la Generalitat por los recortes para financiar un circuito esc¨¦nico que beneficiaba a 63 localidades.
La inseguridad parece inherente al mundillo. Dependan de ayudas o del mercado. El escritor Suso de Toro se reconfortaba pensando que el p¨²blico sosten¨ªa a los autores. "Esto est¨¢ tocando a su fin. Estamos encajando la crisis del mercado de papel y todav¨ªa no existe el mercado nuevo digital". Ante la incertidumbre, se plantea retomar su trabajo en un instituto.
Dineros pol¨¦micos
- Sangre de mayo. La pel¨ªcula de Jos¨¦ Luis Garci recibi¨® 15 millones de euros de la Comunidad de Madrid. Es la subvenci¨®n m¨¢s generosa recibida por un filme espa?ol. Garci asegur¨® que habr¨ªa necesitado seis millones m¨¢s: "Es una superproducci¨®n de bajo presupuesto".
- Espa?a, sue?o imposible. La Diputaci¨®n de Castell¨®n, en manos de Carlos Fabra, financi¨® en 2008 la edici¨®n de un libro que ensalzaba a Franco escrito por Jos¨¦ Luis Lape?a, un coronel de artiller¨ªa retirado que falleci¨® antes de que el libro se publicara. El diputado de Cultura, Miguel ?ngel Mulet, adujo que "debe existir informaci¨®n en todos los sentidos".
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C¨²pula de la ONU. La obra de Miquel Barcel¨® para la sala XX de la ONU en Ginebra cost¨® 20,35 millones de euros (18,5 millones iniciales m¨¢s una desviaci¨®n presupuestaria del 10%). Una peque?a partida de 500.000 euros sali¨® de los Fondos de Ayuda al Desarrollo, justificada por su contribuci¨®n a la promoci¨®n de los derechos humanos y el multilateralismo.
El proyecto intercultural de Kepa Junkera. El anterior Gobierno vasco (PNV-EA-EB) subvencion¨® al m¨²sico Kepa Junkera con 700.000 euros (470.000 euros sal¨ªan de las arcas de Asuntos Sociales, que justific¨® su decisi¨®n porque el proyecto coincidi¨® con su impulso a las pol¨ªticas de interculturalidad, inmigraci¨®n y emigraci¨®n). En un manifiesto suscrito por unos 250 artistas, se denunciaban los criterios "arbitrarios" y "escandalosos" seguidos para otorgar estas subvenciones.
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