La Rep¨²blica de Casa Bloc
La musealizaci¨®n de una de las viviendas creadas en 1933 por Sert incorporar¨¢ los muebles que no llegaron a fabricarse
"Desde el punto de vista funcional, las viviendas de la Casa Bloc son una obra de arte". Jos¨¦ Luis Pichot habla con autoridad. ?l y su mujer, Montse Carrasco, han vivido toda su vida en una de las 200 casas construidas durante la II Rep¨²blica por Josep Llu¨ªs Sert, Joan Baptista Subirana y Josep Torres Clav¨¦, integrantes del GATCPAC, para realojar obreros que viv¨ªan en barracas.
A finales de a?o una de estas viviendas -situada en el n¨²mero 103 del paseo Torras i Bages (Sant Andreu)- y similar a la de Montse y Jos¨¦ Luis (un d¨²plex con dos habitaciones arriba y comedor, cocina y ba?o en el inferior; o sea, entre 55 y 77 metros cuadrados), se convertir¨¢ en museo y abrir¨¢ sus puertas al p¨²blico. Ser¨¢ tras la reforma que han promovido el Instituto Catal¨¢n del Suelo (Incas¨°l), due?o de las viviendas, y el Instituto de Cultura de Barcelona y tras recuperar el aspecto arquitect¨®nico que ten¨ªa en origen. En paralelo, el Disseny Hub Barcelona (Dhub) est¨¢ elaborando el proyecto museogr¨¢fico. Seg¨²n Rossend Casanova, conservador del Dhub, la visita ser¨¢ mediante cita previa y antes de poder pasearse por el interior se explicar¨¢ la importancia de este bloque dentro de la arquitectura moderna.
"Si el Incas¨°l ha restaurado los pisos para adaptarlos a las necesidades actuales e incorporarlos al mercado de alquiler, nuestro proyecto ser¨¢ justo lo contrario: devolver el aspecto interior que ten¨ªa cuando se termin¨® a finales de los a?os treinta", explic¨® Casanova. Adem¨¢s, "la rehabilitaci¨®n incorporar¨¢ los muebles que se dise?aron, pero que no llegaron a realizarse".
Francesc Maci¨¤ coloc¨® la primera piedra de la Casa Bloc en 1933 y las obras se prolongaron hasta 1936; la Guerra Civil impidi¨® que se terminaran. Durante la posguerra Subirana acab¨® las obras y las viviendas fueron ocupadas, parad¨®jicamente, por militares del ej¨¦rcito vencedor y sus familias.
En 1992 los bloques fueron declarados Bien de Inter¨¦s Cultural y en 2008 concluy¨® la restauraci¨®n de los pisos por el Incas¨°l. De todos menos de uno, justo el que abrir¨¢ sus puertas como museo. La tenaz oposici¨®n de los ¨²ltimos inquilinos a que los operarios lo reformaran, y que generaron m¨¢s de un conflicto con los vecinos, facilitar¨¢ ahora los trabajos de vuelta al origen.
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