"La diferencia con el Bar?a y el Madrid es s¨®lo de nombres"

"Me llam¨® Villa por tel¨¦fono para darme la bienvenida. Mata me recibi¨® muy bien y Banega me sirve de gu¨ªa". Ha ca¨ªdo de pie Alejandro Chori Dom¨ªnguez (Quilmes, Argentina; 1981) en el Valencia, que le viene, por su estilo de juego, como anillo al dedo -hoy visita al Atl¨¦tico (21.00, Canal +), que recupera al portero De Gea-.

"El Valencia da gusto: juega por abajo y con mucha velocidad, tambi¨¦n al contragolpe. La diferencia respecto al ataque del Madrid o el del Bar?a es de nombres, no de jugadores. No tenemos nada que envidiarles", dispara Dom¨ªnguez con voz nasal, pillada por un resfriado, calibrando las posibilidades ofensivas de Villa, Silva, Mata, Pablo, Joaqu¨ªn y ¨¦l mismo, llegado en el mercado invernal procedente del Rubin Kaz¨¢n, ruso, sin que el Valencia haya tenido que pagar traspaso. De ah¨ª, el entusiasmo del director deportivo del club, Fernando G¨®mez: "Le vimos en directo en Barcelona y en Mil¨¢n ante el Inter [en la presente edici¨®n de la Champions]

"El Valencia da gusto: juega por abajo y con mucha velocidad", explica el argentino

En una fase baja de su carrera, recurri¨® a un psic¨®logo, ayuda que todav¨ªa usa

. Es muy bueno con el bal¨®n y sin ¨¦l, en velocidad y en pausa, en cualquiera de las cuatro posiciones de ataque...".

"Me da verg¨¹enza definirme", dice t¨ªmidamente el jugador, hijo de un reparador de techos de tejas y de una ama de casa, aunque admite su debilidad en el golpeo de cabeza y resalta que se siente c¨®modo tanto en la mediapunta como en las bandas o incluso en la punta del ataque: "Ah¨ª uso mi velocidad". Tambi¨¦n es un notable lanzador de faltas, pero sin permiso todav¨ªa en el equipo de Unai Emery para tirarlas. El encargado es Villa.

Lo extra?o es que no haya sido ni una sola vez internacional absoluto con Argentina. "No hay explicaci¨®n", dice. O tal vez s¨ª. Hay que remontarse a la Copa del Mundo juvenil de 2001, disputada en Argentina. Propulsado por Saviola y D'Alessandro, el combinado local, con un promedio de tres goles, arras¨® hasta coronarse campe¨®n frente a Ghana, si bien en los octavos de final el lateral derecho franc¨¦s Mendy rompi¨® un tobillo a Dom¨ªnguez. Fue una lesi¨®n brutal. "Parecida a la de Filipe Luis, del Deportivo. Una entrada por detr¨¢s de Mendy, del Par¨ªs Saint-Germain. Es dif¨ªcil olvidar ese nombre, pero no guardo rencor", recuerda El Chori, ya fichado en ese 2001 por el River Plate de su originario Quilmes. Pas¨® tres a?os m¨¢s bien discretos en Los Millonarios, arrastrando secuelas en ese tobillo y hubo de operarse de nuevo. Y el entrenador en esa ¨²ltima fase, Manuel Pellegrini, apenas cont¨® con ¨¦l. En una etapa baja de su carrera, recurri¨® a un psic¨®logo para que le desbloqueara: "Es una ayuda m¨¢s que sigo utilizando".

"Rusia era la ¨²nica posibilidad que hab¨ªa", confiesa Dom¨ªnguez, en busca de lo desconocido en 2004 con su esposa y su hijo. Iniciaba as¨ª un ciclo de seis a?os, "dur¨ªsimos", metido en una verdadera monta?a rusa. "Hablo ruso. Lo estudi¨¦ seis meses. Me fue medio mal el primer a?o y medio. Ven¨ªa de River, en el que la obligaci¨®n era ganar y jugar bien, y en el Rubin se conformaban con un empate". Pero al tercer a?o cambi¨® la suerte: marc¨® 17 goles y llam¨® la atenci¨®n de un gigante a punto de despertar, el Zenit de San Petersburgo, que pag¨® siete millones por ¨¦l. Dos a?os de ¨¦xitos en los que coincidi¨® con Arshavin y Pogrebniak, "grandes jugadores, pero personas complicadas", y lo ganaron todo: la Liga tras 24 a?os, la Copa de la UEFA y la Supercopa europea.

Hasta que El Chori choc¨® con el entrenador, el holand¨¦s Dick Advocaat. "A finales de 2008, tuve un problema de salud. Present¨¦ los documentos traducidos, pero Advocaat no quiso ayudarme y me mand¨® a entrenarme con el filial. Volv¨ª un a?o m¨¢s al Rubin y a ganar la Liga". Marc¨® 18 goles en 31 partidos. Aunque advierte: "Mi obligaci¨®n no es hacer goles, sino trabajar para que los metan otros". Su deslumbrante actuaci¨®n en la Champions le abri¨® las puertas de algunos de los mejores clubes. Eligi¨® Mestalla. "El Rubin me ofrec¨ªa mucho m¨¢s. Perd¨ª dinero, pero en Valencia gano calidad de vida".