La extrema derecha acusa a Obama de proteger a abogados de Al Qaeda
La hija de Cheney difunde un v¨ªdeo que dispara la alarma entre los pol¨ªticos
La acusaci¨®n hecha por Liz Cheney, la hija del ex vicepresidente, de que el Departamento de Justicia protege a funcionarios que colaboraron con Al Qaeda ha provocado una cadena de cr¨ªticas, tanto de progresistas como de conservadores, que creen que el acoso pol¨ªtico a Barack Obama est¨¢ yendo, a veces, demasiado lejos. El episodio no tendr¨ªa mayor relevancia si no hubiera ocurrido en medio de la furia anti-Gobierno y antisistema que predican cada d¨ªa los Tea Party, la cadena Fox y muchos otros colaboradores.
Un grupo de extrema derecha llamado Keep America Safe (Proteger Am¨¦rica), del que es fundadora Liz Cheney, una abogada que trabaj¨® para el Departamento de Estado durante la pasada Administraci¨®n, expuso la pasada semana en su p¨¢gina digital un v¨ªdeo titulado Los Siete de Al Qaeda en el que conmina al Departamento de Justicia a revelar los nombres de siete de sus empleados que en el pasado defendieron como abogados a presos de Guant¨¢namo o sospechosos de terrorismo.
Algunos letrados conservadores se han opuesto a la emisi¨®n de la cinta
Esa reclamaci¨®n fue largamente aireada esta semana por Fox News y otros medios de comunicaci¨®n, con la consideraci¨®n de que ning¨²n abogado que haya defendido a acusados de terrorismo es de fiar para trabajar en la Administraci¨®n. El argumento era, sencillamente, que el Gobierno de Obama estaba protegiendo a terroristas y que ser¨ªan ¨¦stos los que decidieran la suerte de sus compa?eros en Guant¨¢namo.
El fiscal general, Eric Holder, se ha negado, por supuesto, a revelar los nombres de los abogados que cumplieron con el deber constitucional de defender a personas acusadas. Pero Fox y otros han prometido investigar a fondo y creen haber descubierto ya la identidad de los siete funcionarios.
El asunto constituye una verdadera bomba arrojada sobre el Estado de derecho. Este pa¨ªs, en el que su segundo presidente y uno de los h¨¦roes de la independencia, John Adams, defendi¨® como abogado a los soldados brit¨¢nicos responsables de la Matanza de Boston, se enorgullece con raz¨®n de su larga tradici¨®n bajo el imperio de la ley. Un caso como ¨¦ste, que pone en duda el derecho de los acusados de terrorismo a defenderse ante un tribunal, rebasa todo lo conocido hasta la fecha en materia de violaci¨®n de los principios constitucionales.
Por esa raz¨®n, un grupo de abogados conservadores, entre los que se encuentran antiguos colaboradores de George Bush, han firmado una carta en la que deploran la emisi¨®n de ese v¨ªdeo y discrepan radicalmente de su contenido. Juristas conservadores de prestigio, como Ken Starr, el fiscal del caso Lewinsky, o Michael Mukasey, ex fiscal general con Bush, publicaron ayer art¨ªculos condenando la iniciativa de Keep America Save. El senador republicano Lindsey Graham ha recordado que durante sus 30 a?os como abogado militar tuvo que representar a acusados de los m¨¢s horribles cr¨ªmenes pero que hizo todo lo posible por ganar sus casos.
Las razones para condenar la actuaci¨®n de Liz Cheney parecen bastante obvias desde cualquier posici¨®n razonable. El problema es que la escalada extremista que se produce desde hace meses en el campo de la derecha est¨¢ haciendo cada vez m¨¢s reducido el espacio de lo razonable.
Esa radicalizaci¨®n no tiene nada que ver con el duelo pol¨ªtico tradicional en Washington ni, en ¨²ltima instancia, es la responsable de los problemas de Obama, que son consecuencia, fundamentalmente, de sus propios errores. Pero el auge de la extrema derecha en el Partido Republicano, la pujanza de los Tea Party, el resurgimiento de milicias populares en algunas ¨¢reas del pa¨ªs, el crecimiento alarmante de las ventas de armas y de la liberalizaci¨®n de su uso..., todo ello contribuye a un clima pol¨ªtico que, en ocasiones, comienza a resultar preocupante.
Un columnista de The Washington Post, Eugene Robinson, cree que un caso como el de Liz Cheney alerta dram¨¢ticamente sobre el regreso del macartismo. "Esta vez quiz¨¢ han ido demasiado lejos, pero probablemente ya est¨¢n preparando la pr¨®xima Gran Mentira", escribe Robinson.
Liz Cheney no es, por lo dem¨¢s, una figura exc¨¦ntrica. Es la hija del pol¨ªtico que, desde que dej¨® la vicepresidencia, se ha convertido en el mayor azote de Obama. Su principal colaborador en Keep America Save es William Kristol, director de la revista The Weekly Standard, la biblia del pensamiento neocon. Las ideas que ella expresa, por tanto, no proceden de la marginalidad irrelevante, sino del coraz¨®n de la agitaci¨®n extremista.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.