Un aviso para Sarkozy
La renovaci¨®n de los Consejos Regionales, cuya primera vuelta ha tenido lugar este domingo 14 de marzo, constituye una seria advertencia para Nicolas Sarkozy, dos a?os antes de las pr¨®ximas elecciones presidenciales.
La fisonom¨ªa de las votaciones es, la noche de la primera vuelta, muy claramente favorable a la izquierda, que se sit¨²a, si sumamos aquellos de sus componentes que aspiran a gobernar, por encima de la barrera del 50%, lo cual le ha ocurrido muy rara vez en la historia pol¨ªtica reciente. Como tampoco hab¨ªa sucedido pr¨¢cticamente nunca que la derecha gubernamental se viese tan debilitada y privada de reservas ante la segunda vuelta.
Antes de las elecciones, Nicolas Sarkozy hab¨ªa dicho dos cosas que pueden ser contradictorias. En primer lugar: "Escuchar¨¦ el mensaje de los franceses". En segundo lugar, a medida que se acercaba una derrota anunciada por sus tropas: "Elecciones locales, retos locales". El veredicto de las urnas deber¨ªa sin embargo devolverle a su primera proposici¨®n.
El presidente quiere emprender las grandes reformas en 2010 y volver a la calma en 2011
Pero las contradicciones a resolver por el presidente son a la vez t¨¢cticas y estrat¨¦gicas. En el plano t¨¢ctico, sabemos que todo su sistema reposa en la idea de llegar en cabeza a la primera vuelta, de forma que la din¨¢mica de esa primera vuelta baste para reportarle un voto mayoritario en la segunda. Es el modelo que le dio el triunfo en 2007 y el que quisiera reproducir en 2012. Este postulado implica llegar en cabeza a la primera vuelta. Y con toda la ventaja posible, dado que no hay aliados posibles en la segunda.
Ahora bien, en estas elecciones regionales, ha sido el partido socialista el que ha llegado en cabeza y el que suma, no solamente la din¨¢mica que puede crear, sino la existencia de aliados y, principalmente, de un socio obligado que son los Verdes. Es pues todo el esquema t¨¢ctico de Nicolas Sarkozy lo que est¨¢ potencialmente en cuesti¨®n. Seguramente, en la abstenci¨®n sin precedentes del 14 de marzo ha habido una parte de abstenci¨®n diferencial que ha afectado a parte del electorado de la derecha. Pero ?puede decirse que eso baste para justificar tama?a desventaja en la primera vuelta?
La contradicci¨®n estrat¨¦gica no es menos importante. Pues, ?c¨®mo atraerse a esa parte de la opini¨®n p¨²blica, cada vez m¨¢s amplia, a la que el ritmo mismo de las reformas y el contenido de ¨¦stas, pone en permanente tensi¨®n? ?Y a quienes, desde la derecha, encuentran que Nicolas Sarkozy no hace bastante, o le reprochan su viraje ecologista y el hecho de que "corra detr¨¢s de los Verdes"? ?Y qu¨¦ lugar concederles a aquellos que, de un signo u otro, se sienten inc¨®modos con el estilo del ejercicio de la funci¨®n presidencial propio de Nicolas Sarkozy?
El jefe de Estado ya ha revelado la que ser¨¢ su hoja de ruta de aqu¨ª en adelante: en 2010, reforma de las pensiones, reforma de la justicia y reforma territorial; en 2011, un poco m¨¢s de calma... Nicolas Sarkozy prev¨¦ abrir entonces una fase de evaluaci¨®n de las reformas: una manera de subrayar la amplitud del balance y, a la vez, de concederse la libertad de corregir aqu¨ª y all¨¢. 2011, a?o de evaluaci¨®n, pues, pero tambi¨¦n de la presidencia francesa del G20, es decir, de regreso a un terreno presidencial por definici¨®n, como es la acci¨®n exterior, en el que hasta ahora le ha ido bastante bien. Pero ?la calma es compatible con el sarkozysmo? Lo que tampoco sabemos es qu¨¦ oportunidades le conceder¨¢n los franceses, o no, para reconquistarles. ?A¨²n tiene margen de maniobra?
Enfrente, la gran novedad es que est¨¢ cobrando forma ante nuestros ojos una alianza de gobierno entre socialistas y ecologistas, ahora que estos ¨²ltimos se han consolidado como tercera fuerza pol¨ªtica del pa¨ªs. Pero para que esa victoria local no desemboque, como de costumbre, en una derrota nacional, har¨¢ falta una sabia combinaci¨®n de concesiones hacia los ecologistas y de garant¨ªas por parte de ¨¦stos hacia una cultura de gobierno a la que parecen tener muchos problemas para someterse. El Partido Socialista tiene costumbre de ganar las elecciones intermedias y las elecciones locales. Pero, en el plano nacional, no gana nada desde 1997, a?o de la victoria de Lionel Jospin.
Lo veremos entre las dos vueltas: repartir los puestos y, por tanto, que el PS se los conceda a su aliado, ser¨¢ mucho m¨¢s f¨¢cil que borrar las contradicciones que existen entre ambos programas. Por supuesto, todo esto es secundario cuando el viento sopla con fuerza, como ha sido el caso el 14 de marzo.
Traducci¨®n de Jos¨¦ Luis S¨¢nchez-Silva
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