'Afterhours' entre libros
Documenta celebra 35 a?os mirando hacia un futuro incierto
A las dos de la madrugada, una chica estampa en la mano de los visitantes el sello del local, a escasos pasos de La Rambla de Barcelona. La entrada, que incluye consumici¨®n, no se paga con dinero. Algunos la costean con versos de Neruda y Papasseit; otros, con frases inventadas. Todos la pegan en el escaparate del afterhours improvisado en el que se convirti¨® ayer la librer¨ªa Documenta. El primero en dejar su post-it literario fue Josep Cots, propietario del local junto con Ram¨®n Planes, que escogi¨® una cita de Pedrolo. Lo hizo a las doce de la noche del viernes, al inicio de la fiesta que ayer conmemor¨® los 35 a?os del local. Un aniversario, dice Cots, marcado por el "momento crucial" que atraviesa el mundo del libro debido a la "visualizaci¨®n y la digitalizaci¨®n" de la vida cotidiana y que, a su vez, amenaza la continuidad de un negocio que, de momento, tiene cuatro a?os m¨¢s de vida totalmente asegurada.
"Un buen librero ha de tener el coraz¨®n abierto", dice Cots
Igual que el 20 de noviembre de 1975, cuando los primeros clientes de la librer¨ªa festejaron la muerte de Franco entre libros y botellas de champa?a, el local de la calle del Cardenal Casa?as se llen¨® ayer de amigos y amantes de la lectura. "Es mi librer¨ªa de toda la vida", dice Dolors Puig, vecina del barrio y habitual de este refugio que a principios del siglo XX alberg¨® las imprentas de las revistas Cu-Cut! y En Patufet. Con una copa de vino en la mano, los visitantes hojeaban libros, charlaban y recordaban momentos vividos entre esas cuatro paredes. Algunos destacaban la selecci¨®n literaria; otros, el ambiente acogedor de la tienda. Pero todos coincid¨ªan en elogiar a Josep Cots, siempre con una pajarita en el cuello, por su trato personal y su dedicaci¨®n incansable a los clientes. "Un buen librero ha de tener el coraz¨®n abierto y escuchar a los dem¨¢s", explica mientras observa emocionado el gent¨ªo que llena el local. Ejerce de librero relacion¨¢ndose con los clientes como si fueran su familia, pregunt¨¢ndoles sus gustos, recomend¨¢ndoles lecturas y aceptando gustoso todas las sugerencias. "Nunca he tenido conversaciones sobre literatura tan interesantes como las que he mantenido aqu¨ª con ¨¦l", confiesa el joven escritor Mart¨ª Sales, que a¨²n recuerda la tarde en la que discuti¨® con el librero sobre qui¨¦n traduc¨ªa mejor a Dante al catal¨¢n, si Josep Maria de Sagarra o Joan F. Mira.
Cerca de 200 personas participaron en la fiesta de ayer y la mayor¨ªa se fueron a casa, sobre las cuatro de la madrugada, con un libro bajo el brazo. Pero el objetivo de ayer no era hacer caja. Aunque dentro de cuatro a?os vence el contrato de alquiler del local -Cots admite que si el propietario sube mucho el precio, se ver¨¢ obligado a cerrar-, la fiesta de ayer no era, ni mucho menos, una despedida. "Celebro los 35 a?os para mirar hacia adelante", afirma convencido el librero.
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