Contradicciones entre los l¨ªderes de la secta sexual
Cinco imputados admiten la promiscuidad, pero no con menores
De los seis imputados en el caso del K¨¢rate, s¨®lo uno, la ex esposa de Fernando Torres Baena, ha admitido los abusos ante el juez. Los otros cinco han negado haber mantenido relaciones sexuales con menores en el laureado gimnasio de k¨¢rate de Gran Canaria que, seg¨²n se desprende del sumario, funcionaba como una secta que combinaba deporte y abusos. Pero sus declaraciones son contradictorias en algunos puntos. Torres Baena, por ejemplo, ha reconocido haberse acostado con su actual pareja (y tambi¨¦n imputada) Mar¨ªa Jos¨¦ G. P.; con otra acusada, Ivonne G. H; y con una alumna que ha declarado como v¨ªctima. Eso s¨ª, asegura que lo hizo cuando ellas eran ya mayores de edad. Las tres empezaron a entrenar en su escuela cuando eran adolescentes. Ivonne, sin embargo, neg¨® que hubiera mantenido jam¨¢s relaciones sexuales con Torres Baena. S¨®lo ha admitido que las tuvo con otro imputado, Jos¨¦ Agust¨ªn G. P., "porque era su novio desde los 16 a?os". Cuando le preguntan por una menor que tambi¨¦n la acusa de abusos, dice que le dio "alg¨²n morreo", pero que no hubo m¨¢s. El juez de Las Palmas que lleva el caso volvi¨® a decretar ayer el secreto de sumario y ha llamado a declarar a nuevas presuntas v¨ªctimas.
Las concentraciones en Playa de Vargas ten¨ªan subvenciones p¨²blicas
Todos los imputados hablan de que muchos de los menores ten¨ªan relaciones sexuales entre ellos y reconocen una cierta promiscuidad entre los mayores, pero aseguran que no hab¨ªa nada entre los mayores y los chavales. Sobre el tema de los supuestos besos en la boca entre monitores y alumnos, que seg¨²n m¨²ltiples testimonios se produc¨ªan de forma habitual, como saludo, Torres Baena se?ala que suced¨ªa a veces entre los monitores porque "muchos de ellos son pareja". Ivonne G. H. lo saca del ¨¢mbito de la pareja para afirmar que pasaba entre los profesores que ten¨ªan "confianza". La otra imputada Mar¨ªa Jos¨¦ G. P., tambi¨¦n habla de que era una "cuesti¨®n de confianza" entre los maestros.
Los imputados dan explicaciones sobre el hach¨ªs y los consoladores que se encontraron en la casa de Playa de Vargas en la que hac¨ªan las concentraciones -reuniones que, seg¨²n el principal acusado, "siempre" se han llevado a cabo gracias a "subvenciones del Cabildo y del Gobierno"-. Dicen que los juguetes sexuales eran de uso privado y que nunca se utilizaron con menores y que tampoco se les invitaba a fumar hach¨ªs. Pero, mientras Mar¨ªa Jos¨¦ G. P. afirma que lo llevaba ella a la casa y que lo fumaba "de forma espor¨¢dica por el doping", Torres Baena, asegura que la droga era "de gente que iba a casa a visitarlos". Sobre la pistola Derringer del calibre 22 encontrada en su casa, afirma que la recogi¨® "en una casa abandonada hace m¨¢s de 20 a?os" y que no sab¨ªa "que fuera una pistola de verdad".
Torres Baena asegura que en las concentraciones en Playa de Vargas se llevaban a cabo distintos tipos de actividades. Mar¨ªa Jos¨¦ G. P. dice que eran "campamentos" para la "convivencia juvenil", pero que "no ten¨ªan que ver con el k¨¢rate". Finalmente, intentan explicar por qu¨¦ tantos menores y mayores les han acusado de abusos. En algunos casos dicen que no se lo explican. En otros, que ha sido por venganza, porque esa v¨ªctima en concreto estaba enfadada por alguna raz¨®n. Torres Baena acaba diciendo que "quiere hacer constar que todo es una campa?a orquestada por una persona de una federaci¨®n y un club deportivo" cuyo nombre no quiso dar.
Los alumnos de Fernando Torres Baena no respond¨ªan a un perfil concreto. Hab¨ªa de todo: familias con dinero, de clase media y m¨¢s humildes; desestructuradas y perfectamente en armon¨ªa, seg¨²n fuentes cercanas al caso. El gimnasio en el que entrenaban los chicos estaba en la calle Juan Carl¨®, en el centro de Las Palmas. Es una calle angosta con edificios de ladrillo de cinco o seis plantas, poco lujosa, de clase media. La escuela compart¨ªa espacio con un centro de baile que ha colocado un cartel en la puerta para dar fe de que ellos no sab¨ªan nada de lo que all¨ª pasaba. En el barrio del gimnasio hay tres institutos conocidos, centros a los que los captadores de la escuela acud¨ªan para buscar alumnos con potencial. Buscaban tambi¨¦n en escuelas de primaria, porque muchos ni?os empezaban a entrenar con seis o siete a?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.