La justicia y los ciudadanos
Con enorme respeto leemos las declaraciones del presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en defensa de los magistrados de la Sala de lo Penal y queremos acogernos a su propio deseo: "No podemos quebrar", dice la m¨¢xima autoridad judicial, "ese conducto que une a los ciudadanos con la Justicia porque esa confianza en las instituciones es absolutamente necesaria para administrar una justicia recta e imparcial". Los ciudadanos compartimos enteramente esa preocupaci¨®n.
En el caso espec¨ªfico del juez Baltasar Garz¨®n, lo que los ciudadanos asumen es el hecho de que por mor de la investigaci¨®n de dos de los delitos m¨¢s graves que pueden da?ar un sistema democr¨¢tico, los cr¨ªmenes contra la humanidad perpetrados en nuestro pasado reciente y la corrupci¨®n introducida en estamentos p¨²blicos de la naci¨®n, se produzca la perversa paradoja de que los presuntos delincuentes erigidos en acusadores conviertan al juez que los investiga en reo.
Por otra parte, los ciudadanos leen en la prensa los nombres propios y apellidos de compa?eros del juez Garz¨®n que le profesan conocida y p¨²blica animadversi¨®n y que, sin embargo, toman parte activa en el procedimiento para su inhabilitaci¨®n profesional. En respuesta a esta situaci¨®n, que a muchos parece an¨®mala, tanto los medios de comunicaci¨®n como eminentes juristas y personalidades espa?olas y extranjeras hablan de "acoso contra el juez Garz¨®n" y los ciudadanos se afanan en expresar su apoyo y solidaridad.
Las dimensiones de inconcebible acumulaci¨®n que est¨¢ tomando el caso, hacen temer que ¨¦ste pueda llegar hasta los tribunales internacionales.
Una larga y representativa lista de personas de la cultura hemos expresado nuestra preocupaci¨®n por la grav¨ªsima situaci¨®n que se derivar¨ªa de un probable "largo apartamiento" del magistrado Baltasar Garz¨®n de sus funciones; sobre todo porque la sociedad identifica y agradece su dedicaci¨®n y su lucha contra la delincuencia, el terrorismo y la corrupci¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica sin distinci¨®n de ideolog¨ªas.
Por eso, reiterando el m¨¢ximo respeto a las instituciones de la Justicia y para que no se quiebre la confianza deseada, ponemos en ellas la m¨¢xima esperanza de que el caso Garz¨®n se resuelva a favor del Derecho en un pa¨ªs en democracia y en contra de la impunidad de los graves delitos perseguidos por el magistrado. Nuestra solidaridad con ¨¦l se basa en ese mismo esp¨ªritu.
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