Convaleciente OEA
Jos¨¦ Miguel Insulza habr¨¢ de resolver la falta de definici¨®n de la organizaci¨®n americana
El socialista chileno Jos¨¦ Miguel Insulza ha sido reelegido por un segundo mandato de cinco a?os secretario general de la OEA. Los 33 miembros activos -Cuba est¨¢ suspendida y Honduras, a la espera de segura readmisi¨®n- lo han elegido por unanimidad; no hab¨ªa candidato alternativo; el presidente de su pa¨ªs, Sebasti¨¢n Pi?era, hab¨ªa respaldado desde la derecha su candidatura; y tanto Estados Unidos como Venezuela, las dos prima donnas de la organizaci¨®n americana, aceptaban si no aclamaban su reelecci¨®n. Pero, lejos de culminar una carrera pol¨ªtica, el segundo mandato refleja el impasse en que se debate la OEA, su impotencia para resolver los problemas que la acucian.
Para Insulza, de 66 a?os, la OEA es un reenganche a falta de objetivos mayores, como habr¨ªa sido la presidencia chilena, a la vez que un reto: sacar de su torpor a una organizaci¨®n que carece de los medios de su ambici¨®n y a la que, por a?adidura, amenaza el proyecto del presidente Lula, secundado por el venezolano Hugo Ch¨¢vez, como es la, a¨²n hipot¨¦tica, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribe?os; sin Estados Unidos ni Canad¨¢.
La OEA trat¨® de mediar sin el menor ¨¦xito en la crisis provocada por el golpe que derroc¨® al presidente leg¨ªtimo de Honduras, Manuel Zelaya; Ch¨¢vez ha insultado a la Comisi¨®n de Derechos Humanos de la organizaci¨®n porque os¨® informar del deterioro de las libertades en Venezuela, as¨ª como calificado al propio Insulza de "pendejo e insulso"; Estados Unidos critica lo que estima una contemporizaci¨®n con la dictadura cubana, y aunque el secretario general ha tenido ¨¦xitos como la mediaci¨®n entre Ecuador y Colombia, es indudable el retroceso democr¨¢tico en el hemisferio.
La regla del consenso maniata a la OEA, e Insulza pide manos libres para agilizar el procedimiento, como ser¨ªa poder adoptar decisiones vinculantes sin necesidad de mayor¨ªa absoluta, pero nadie gusta de los funcionarios demasiado independientes. Y si piensa optar de nuevo a la presidencia de Chile -al t¨¦rmino de su segundo mandato, que ser¨¢ estatutariamente el ¨²ltimo, tendr¨¢ 71 a?os- precisa que esta nueva oportunidad sea un ¨¦xito.
Para no caer en la irrelevancia la OEA ha de probar que sirve para algo, y eso exige convertirse en garante e impulsor de la democracia. Insulza tiene arduos esfuerzos por delante.
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