Ser o no ser Kate Moss

No hay nada que se le resista a Kate Moss, o al menos eso sugieren dos d¨¦cadas de carrera como estrella entre las supermodelos, reina de las pasarelas y de la publicidad m¨¢s exclusiva, tambi¨¦n dise?adora de ¨¦xito y, por encima de todo, uno de los grandes iconos de la era de la imagen. Pero ni siquiera quienes consideraban natural su siguiente paso, el de tantear las tablas como actriz, pod¨ªan imaginar que el estreno de la Moss en el teatro llegar¨ªa de la mano de William Shakespeare.

Moss, sin embargo, es tan atractiva como lista, y su pr¨®xima participaci¨®n nada menos que en el reparto de La tempestad -publicada ayer por la prensa brit¨¢nica- se reducir¨¢ al papel de ninfa, de mera comparsa de los grandes personajes concebidos por el bardo de Stratford-upon-Avon.

El proyecto ha cobrado vida despu¨¦s de un sinf¨ªn de reuniones y llamadas telef¨®nicas con el actor estadounidense Kevin Spacey, desde hace un lustro director del teatro londinense Old Vic y actualmente embarcado junto a Sam Mendes en Bridge Project, proyecto con el que actualiza obras cl¨¢sicas con int¨¦rpretes de ambos lados del Atl¨¢ntico.

Spacey posiblemente haya encarado el riesgo en aras de la publicidad que le procurar¨¢ el nuevo fichaje, pero para la modelo brit¨¢nica m¨¢s famosa de todos los tiempos se trata de ampliar horizontes a sus 36 a?os. "Kate ha estado tomando clases de interpretaci¨®n y, aunque s¨®lo asuma un peque?o papel, espera conseguir con ello su gran debut", confirmaban fuentes de su entorno al Daily Mirror.

El riesgo de la empresa reside, por supuesto, en que la enorme notoriedad de Kate Moss acabe robando la atenci¨®n a los verdaderos int¨¦rpretes de la obra, a los actores que se atrevan a encarnar a Pr¨®spero y a su hija Miranda. Sus nombres todav¨ªa no han sido desvelados porque la sola presencia de la top, incluso en una tierra completamente rendida al teatro, es capaz de anular todo lo dem¨¢s. Baste rese?ar que un solo y casto beso de Moss a un desconocido cotizaba esta misma semana a 5.567 euros. El agraciado, Hosh Ibrahim, puj¨® fuerte el pasado agosto para recibirlo en presencia de las c¨¢maras, pero ha tenido que esperar m¨¢s de medio a?o hasta verlo consumado, a la espera de que la modelo hallara un hueco entre sus numerosos compromisos. La extravagante escena ha sido publicitada en aras de una buena causa, la recaudaci¨®n de fondos para un hospital infantil.