El Bar?a no est¨¢ a tiro
El conjunto azulgrana elimina a un Madrid que cay¨® con el orgullo intacto
Una eliminatoria al mejor de cinco partidos dif¨ªcilmente miente. Ante la posible aleatoriedad de un encuentro, una serie larga termina por poner a cada uno en su sitio a trav¨¦s de un espacio de tiempo suficiente para que virtudes y defectos salgan a la luz y el pron¨®stico no peque de apresurado. Despu¨¦s de cuatro actos y siendo el ¨²ltimo cap¨ªtulo el mejor, ser¨¢ el Barcelona el que viaje a Paris. Nada nuevo, pues ya fue el ¨²nico representante de la ACB que se present¨® en Berl¨ªn el a?o pasado, ni mucho menos sorprendente, pues es de conocimiento general que su val¨ªa te¨®rica le sit¨²a fuera del alcance de la mayor¨ªa de los equipos europeos. A sus ya conocidas virtudes, el Madrid le ha obligado a sumar una m¨¢s. La victoria blanca en el segundo encuentro le coloc¨® en una posici¨®n tremendamente inc¨®moda, habiendo perdido el factor cancha, con sus jugadores bandera muy se?alados y palpando de cerca y por primera vez en la temporada la posibilidad de un sonoro fracaso. En esta compleja situaci¨®n, su reacci¨®n ha sido de equipo grande, templado en el ¨¢nimo y agresivo en la adversidad. Sus dos actuaciones en Madrid resultaron contundentes. En la primera se apoy¨® en la reaparici¨®n estelar de Navarro. Ayer, el escolta volvi¨® a estar imperial, pero el tratamiento necesit¨® algo m¨¢s de colectividad, sobre todo porque el Madrid tuvo mucha m¨¢s presencia, hasta el punto de terminar eliminado, pero con el orgullo competitivo intacto.
REAL MADRID 78 - BARCELONA 84
Real Madrid: Prigioni (2), Llull (20), Hansen (6), Garbajosa (9) y Tomic (10) -quinteto inicial-; Lavrinovic (0), Jaric (4), Reyes (11), Velickovic (8) y Bullock (8).
Regal Barcelona: Ricky Rubio (19), Navarro (21), Mickeal (6), Lorberk (14) y Morris (3) -quinteto inicial-; Basile (6), Lakovic (2), V¨¢zquez (8), Ndong (2), Sada (0) y Grimau (3).
?rbitros: Voreadis (Gre.), Christodoulu (Gre.) y Zamojski (Pol.). Eliminados: Llull y Tomic.
13.700 espectadores en Vistalegre.
Ricky no dej¨® pasar esta ocasi¨®n y desde el principio estuvo incisivo y certero
La resistencia madridista al dictado de la raz¨®n fue encomiable
El partido fue extraordinario de principio a fin. Messina cambi¨® su quinteto inicial optando por Llull y Hansen como escuderos de Prigioni para evitar que, como el martes, los tiradores azulgrana pusiesen todo patas arriba a las primeras de cambio. La decisi¨®n tuvo mayor calado que un simple ajuste defensivo. Con el menorqu¨ªn, el juego blanco adquiere mayor dinamismo y, con el agua al cuello en la eliminatoria, el Madrid decidi¨® jugar sin tanta parsimonia y control, dejando expresarse a casi todos, proscritos incluidos. El Bar?a respondi¨® al reto, encantado de soltar las piernas cuanto antes, y el que m¨¢s lo agradeci¨® fue Ricky. De los grandes nombres que forman las dos plantillas, era el ¨²nico al que le faltaba su partido redondo y era raro, pues tiene una habilidad especial para atraer el foco en los d¨ªas se?alados. No dej¨® pasar una nueva oportunidad y desde el principio estuvo incisivo y certero hasta que, por momentos, lleg¨® a monopolizar el desarrollo de los acontecimientos.
Despu¨¦s de observar durante tres encuentros la pelea desde los banquillos para imponer el estilo al que mejor se adapta cada equipo, fue un gustazo ver c¨®mo los dos optaron por hacer correr la pelota, elucubrar lo justo y dejar que el talento tambi¨¦n contase, que no s¨®lo de m¨²sculo se vive. Los n¨²meros ya daban indicios (19-20, primer cuarto; 41-45, descanso), pero lo hermoso estaba en la pista. Por haber, hubo hasta momentos en que los l¨ªderes naturales dilucidaron intereses generales con enfrentamientos directos, particulares, que de vez en cuando no est¨¢n mal. Ricky y Llull protagonizaron un cara a cara antes del final del segundo cuarto que no fue sino el anticipo de lo que luego ocurrir¨ªa en la zona de definici¨®n. Hasta que lleg¨® ese instante, la resistencia madridista al dictado de la raz¨®n fue encomiable. Con Ricky mandando, Navarro desatado, Lorbek mejor que otros d¨ªas, V¨¢zquez colg¨¢ndose del techo y el resto empujando, el Madrid aguant¨® con mucho coraz¨®n, un tremendo esfuerzo por una rotaci¨®n mucho m¨¢s limitada y unos buenos aprovechamientos de sus hombres m¨¢s acertados. Con ello se lleg¨® a la hora de la verdad (68-72 con cinco minutos por jugarse).
Espa?a tiene una complicada tarea este verano en el Mundial. Al terminar el partido, parec¨ªa m¨¢s sencilla despu¨¦s de ver c¨®mo se comportaron en esos cinco ¨²ltimos minutos Ricky, Navarro y Llull. Su capacidad de decisi¨®n, la personalidad que muestran y la ascendencia que tienen sobre sus equipos es total, digna de jugadores especiales, de esos que hacen ganar partidos. Entre jugad¨®n y jugad¨®n, fue esfum¨¢ndose el tiempo hasta ver qui¨¦n perd¨ªa pie (78-82, a 1m 42s del final). Fue el Madrid, que, con dos errores evitables, termin¨® entregando las armas y deseando suerte a su rival, sabedor de que ha hecho, si no todo lo que ha podido, s¨ª una parte suficiente para salir con la cabeza alta. Este Bar?a no deja resquicio para mucho m¨¢s.
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