S¨®lo Cristiano escapa del bodrio
Un Madrid funcionarial se impone al Racing con el portugu¨¦s como ¨²nico signo de grandeza
La temporada avanza hacia su final previsto: Madrid contra Bar?a. La Liga se empobrece confirmando las se?ales de otros a?os. Pero hay tendencias inesperadas. Porque ha regresado la primavera y resulta que el Madrid que jug¨® en El Sardinero se pareci¨® mucho al equipo vulgar de la temporada pasada. S¨®lo Cristiano escap¨® del bodrio que, en l¨ªneas generales, ofrecieron los dos equipos en la primera media hora. El portugu¨¦s se mostr¨® decidido a apropiarse del partido desde el primer minuto. Fue el ¨²nico rasgo de grandeza de un Madrid metido en la rutina funcionarial. Al equipo le bast¨® con los destellos de su delantero para desfondar a un Racing plano que, con la excepci¨®n de Canales, no supo hacer otra cosa que cerrar la tranquera para que no pasase la estampida.
RACING 0 - REAL MADRID 2
Racing: Coltorti; Pinillos, Torrej¨®n, Morat¨®n, Christian; Colsa, Diop; Munitis (Serrano, m. 67), Canales, Arana; y Tchit¨¦ (Bolado, m. 67). No utilizados: Fern¨¢ndez; Crespo, Morris, Lacen y Moral.
Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Albiol, Metzelder, Marcelo; Granero (Guti, m. 60), Diarra, Gago, Van der Vaart (Ra¨²l, m. 73); Higua¨ªn (M. Alonso, m. 89) y Cristiano Ronaldo. No utilizados: Dudek; Garay, Lass y Benzema.
Goles: 0-1. M. 23. Cristiano Ronaldo, de penalti. 0-2. M. 76. Higua¨ªn.
?rbitro: Delgado Ferreiro. Mostr¨® la tarjeta amarilla a Albiol, Morat¨®n, Diop, Torrej¨®n y Serrano.
Unos 20.000 espectadores en el estadio de El Sardinero.
El entrenador desech¨® a Guti, una vez m¨¢s, y apunt¨® a dos medios centros
En el seno del Madrid hay defensores y detractores de Pellegrini. Sus defensores dicen que la principal diferencia entre Pellegrini y un entrenador taca?o es el planteamiento. Es decir: Pellegrini le pide a sus jugadores que lleven la iniciativa, que toquen, que manejen la pelota y el partido en campo rival. Todo eso est¨¢ muy bien. Pero, cuando los elegidos para llevar a la pr¨¢ctica el ideario son Gago y Mahamadou Diarra, todo el discurso se esteriliza. El estilo lo define, ante todo, la elecci¨®n de los hombres y ah¨ª caben dos posibilidades. O Pellegrini en Santander se bloque¨® ante la imposibilidad de encontrar en la plantilla alternativas claras a Xabi Alonso, suspendido por la quinta amonestaci¨®n, o, sencillamente, eligi¨® contra sus principios. El entrenador desech¨® a Guti, una vez m¨¢s, y apunt¨® a dos mediocentros. Lo cierto es que Gago y Diarra cumplieron con correcci¨®n, sobre todo en la defensa, pero fueron incapaces de dar al juego un toque diferenciador. El Madrid atac¨® siempre por el medio y ah¨ª se amonton¨® el Racing, con Papa Diop ejerciendo de hombre-tranquera. Inevitablemente, todas las maniobras acabaron enred¨¢ndose en las alambradas.
El senegal¨¦s reparti¨® estopa de diversos colores y tama?os y, por momentos, pareci¨® que el ¨¢rbitro se apiad¨® de ¨¦l. Delgado Ferreiro debi¨® de ver en este hombre rudo a una v¨ªctima m¨¢s que a un verdugo. ?Qu¨¦ culpa tuvo Diop de que todas las jugadas del Madrid pasaran por donde ¨¦l estaba? ?Qu¨¦ culpa tuvo de que Marcelo no se desdoblase por la banda, de que Granero no desbordase por fuera o de que Gago no encontrase a ninguno de los destinatarios de sus pases interiores? El Madrid choc¨® contra Diop y contra el Racing porque le falt¨® imaginaci¨®n para tocar y crear. Al ver el atasco, Cristiano fue el ¨²nico que dio muestras de frustraci¨®n y procur¨® ponerle remedio bajando a construir ¨¦l mismo. Tir¨® diagonales y se descolg¨® para asociarse con los volantes y los laterales. Recorri¨® varios kil¨®metros intentando encender la chispa. Pero no hubo caso. Hasta que un saque de porter¨ªa de Casillas le permiti¨® encontrar la salida. Pelotazo salt¨¢ndose el medio campo, bal¨®n llovido, control, bicicleta y penalti. Cristiano fue derribado por Morat¨®n y el Madrid cosech¨® lo que hab¨ªa ido a buscar: tres puntos para seguir mandando en la clasificaci¨®n.
Con el partido en punto muerto, Pellegrini dio entrada a Guti y quit¨® a Granero. Con Gago y Mahamadou relegados a la posici¨®n de meros chambelanes, Guti se entretuvo un rato. En el primer intento consigui¨® lo que sus colegas llevaban una hora tratando de hacer. Levant¨® la vista y, ?pac!, un pase de 50 metros a Higua¨ªn, que se qued¨® frente a frente a Coltorti y supo definir por bajo.
Ah¨ª se termin¨® de apagar el triste duelo de Santander. La entrada de Ra¨²l, que, sistem¨¢ticamente, juega los ¨²ltimos 20 minutos sin que exista ninguna raz¨®n t¨¢ctica, no hizo nada por dar emoci¨®n a la velada. Coltorti vivi¨® igual de entretenido y Casillas sigui¨® tan tranquilo como hasta entonces. Sin nadie que le tirase entre los tres palos. Sin una parada. Sin un poco de acci¨®n. Protegido, al menos hasta el pr¨®ximo s¨¢bado, de sorpresas desagradables.
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