La Iglesia arropa a Benedicto XVI
La jerarqu¨ªa cat¨®lica cierra filas en torno al Papa en el Domingo de Resurrecci¨®n - Ratzinger evita hablar del esc¨¢ndalo de los abusos en los actos de Semana Santa
La semana m¨¢s intensa para la Iglesia cat¨®lica se cierra sin referencias directas al esc¨¢ndalo de los abusos sexuales cometidos por curas, sobre todo, por los casos de M¨²nich y Wisconsin, donde los abogados de las presuntas v¨ªctimas acusan al Papa de haber silenciado algunos casos cuando era obispo y cardenal prefecto de la Congregaci¨®n de la Doctrina de la Fe. El incesante goteo de noticias sobre los presuntos encubrimientos por parte de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica han marcado sin embargo las celebraciones de Semana Santa de este a?o. El quinto, para el Papa alem¨¢n. Seguramente, el m¨¢s duro.
En ning¨²n momento de las numerosas liturgias, rituales y oficios que conllevan la celebraci¨®n, Benedicto XVI se ha referido expl¨ªcitamente a la crisis actual. S¨®lo el Domingo de Ramos se?al¨® que la Iglesia no se deja afligir por las "habladur¨ªas". Por lo dem¨¢s, dej¨® que se ocuparan del asunto cardenales, obispos y dem¨¢s portavoces de la Santa Sede. El Papa ha acabado la Semana Santa como la empez¨®: sin pronunciar ni una sola palabra sobre los esc¨¢ndalos de abusos sexuales a menores.
"Santidad, no est¨¢ s¨®lo", dijo el cardenal Sodano en San Pedro
"Hay una campa?a de denigraci¨®n y de calumnias", dijo el arzobispo de Par¨ªs
Benedicto XVI lanz¨® ayer su mensaje pascual desde la plaza de San Pedro de Roma para despu¨¦s impartir la bendici¨®n urbi et orbi. "La Pascua lleva esperanza y renovaci¨®n a la Iglesia. Sin embargo, no opera ninguna magia. Al igual que los jud¨ªos en su fuga de Egipto encontraron el desierto una vez superado el Mar Rojo, as¨ª la Iglesia, despu¨¦s de la Resurrecci¨®n, vuelve a la Historia, con sus gozos, esperanzas, sus dolores y angustias", proclam¨® el Papa. Sin embargo, la complicada situaci¨®n actual hizo irrupci¨®n en la Bas¨ªlica de San Pedro, por lo menos dos veces. Siempre de manera transversal, con indirectas. La ¨²ltima, justo antes de la Misa de Resurrecci¨®n, celebrada en la ma?ana de ayer frente a la c¨²pula de Miguel ?ngel. Fue breve, pero significativo. El cardenal Angelo Sodano, decano del Colegio cardenalicio, primus intre pares de los cardenales que trabajan en la Curia Romana, se dirigi¨® directamente al Pont¨ªfice: "Santidad, no est¨¢ solo", para continuar: "A trav¨¦s de m¨ª, toda la Iglesia quiere desearle buena Pascua. La Iglesia est¨¢ con usted, los cardenales, sus colaboradores en la Curia romana, sus hermanos obispos, y particularmente, los 400.000 sacerdotes que sirven al pueblo de Dios en las parroquias, en los oratorios, en las escuelas, en los hospitales, en las fuerzas armadas y otros numerosos ambientes, como tambi¨¦n en las misiones en las zonas m¨¢s remotas del mundo", dijo en voz alta y firme Sodano. "Est¨¢ con usted el pueblo de Dios, que no se deja impresionar por las habladur¨ªas del momento, por las pruebas que a veces golpean a la comunidad de los creyentes", a?adi¨®.
No nombr¨® el esc¨¢ndalo de forma directa, pero la referencia qued¨® clara. Era la primera vez que alguien dirig¨ªa sus felicitaciones al Santo Padre antes de la Misa de Resurreci¨®n. Nunca hab¨ªa sucedido en 2.000 a?os de historia. Y, como comentaron los analistas, esta ruptura del estricto protocolo de las gran¨ªticas tradiciones de la Iglesia Cat¨®lica Romana demuestra por s¨ª sola la gravedad del momento.
A las palabras de aliento de Sodano, el mismo Domingo de Resurrecci¨®n, se sum¨® una oleada de adhesiones en defensa del Papa. Arzobispos y autoridades eclesi¨¢sticas de todo el mundo han denunciado los ataques que, seg¨²n ellos, est¨¢ sufriendo Benedicto XVI. Fue un cierre de filas en toda regla. "Hay una campa?a de denigraci¨®n y de calumnias que persigue manchar al Papa", asegur¨® el cardenal y arzobispo de Par¨ªs y presidente de la Conferencia Episcopal de Francia, Andr¨¦ Vingt-Trois, en una entrevista de Le Parisien.
Su hom¨®logo austriaco, Christoph Sch?nborn, que ofici¨® el pasado mi¨¦rcoles una multitudinaria ceremonia de penitencia en la catedral de Viena, dijo que la Iglesia "recorrer¨¢ el camino de una expiaci¨®n dolorosa". Desde Espa?a, la Iglesia tambi¨¦n se ha solidarizado con el Papa. Llu¨ªs Mart¨ªnez Sistach, cardenal arzobispo de Barcelona, lament¨® la tendencia a "distorsionar los hechos". El arzobispo de Santiago de Compostela, Juli¨¢n Barrio, traslad¨® a Ratzinger el "apoyo incondicional" frente al "fuerte temporal antieclesial y anticlerical". El cardenal Carlos Amigo, arzobispo em¨¦rito de Sevilla, afirm¨® que "no es justo utilizar los tropiezos, quiz¨¢s culpables, de los cristianos para emplearlos como trofeos en una batalla contra la credibilidad de la Iglesia". Y, entrevistado por la cadena SER, a?adi¨® que "hay que procurar erradicar los casos de pederastia surgidos en el seno de la Iglesia cat¨®lica, en primer lugar, mediante la acci¨®n de la Justicia".
El Predicador de la Casa Pontificia, suerte de gu¨ªa espiritual en el Vaticano, el franciscano Raniero Cantalamessa, hizo otra referencia a los ataques al Papa. En su homil¨ªa del Viernes Santo habl¨® del sacrificio de Jes¨²s, que se queda cerca de las v¨ªctimas de toda violencia. "No quiero hablar de los cr¨ªmenes sobre los ni?os, de los cuales desgraciadamente se han manchado muchos miembros del clero", se?al¨® pasando a tratar el tema de la violencia machista. Cerrando su serm¨®n, sin embargo, cit¨® la carta de un an¨®nimo amigo jud¨ªo que comparaba el clima actual de las cr¨ªticas a Benedicto XVI con el antisemitismo. Tras las dur¨ªsimas cr¨ªticas que la comunidad hebraica y las v¨ªctimas de abusos lanzaron contra esas palabras, el Vaticano tuvo que especificar el s¨¢bado que esa no es la l¨ªnea oficial de la Iglesia. Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede, intent¨® echar agua al fuego diciendo que lo que s¨ª cree cierto es que la culpa de particulares no puede recaer indiscriminadamente sobre una colectividad.
As¨ª, se lleg¨® al acto de ayer en que el Papa tampoco mencion¨® la pol¨¦mica. Si record¨®, el pasado Jueves Santo, la descripci¨®n del ap¨®stol San Pedro de la pasi¨®n de Jes¨²s: "Insultado, no contestaba con insultos. Maltratado, no amenazaba venganza. S¨®lo se entregaba a ¨¦l que juzga con justicia".
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