300 segundos

La principal virtud de La Sexta es a veces su peor defecto. El deseo de mezclar la informaci¨®n con el entretenimiento provoca una ligereza tal que se tratan los 50.000 folios del sumario G¨¹rtel como un haiku. A su favor est¨¢ que ha convertido a El intermedio de Wyoming y a S¨¦ lo que hicisteis en las dos mejores maneras de enterarte de qu¨¦ pasa ah¨ª dentro. Y digo ah¨ª dentro porque la tele ya informa mucho m¨¢s de lo que pasa en la tele que de lo que pasa ah¨ª fuera. Pero con ambos programas uno tiene la grata sensaci¨®n de o¨ªr latir la inteligencia detr¨¢s de la escaleta.

En el caso de Mamen Mendiz¨¢bal, crec¨ªa la sospecha de que andaba infrautilizada desde que dej¨® 59 segundos para hacerse cargo de las noticias de las ocho en la joven cadena. Dar las noticias a las ocho ya es una peque?a claudicaci¨®n. Pero ayer estren¨® Debate: al l¨ªmite, que viene a ser como una tardotertulia tras las noticias del mediod¨ªa. Mendiz¨¢bal fulmin¨® el prejuicio ese de que alguien bello no puede ser incisivo e inteligente. Supongo que le ha costado el mismo esfuerzo que otros le ponemos a demostrar que se puede ser feo y bobo. El programa que le han dado es un 59 segundos donde los contertulios exprimen cinco minutos de cr¨¦dito para hablar.

Lo que parece, dado que la cadena triunfa con la f¨®rmula 1 y su rosario de apasionantes aver¨ªas, es un debate pol¨ªtico comprimido en la cuenta atr¨¢s del cambio de neum¨¢ticos en boxes. El cron¨®metro es m¨¢s importante que el discurso, y aunque se trataron dos o tres temas de actualidad, se afrontaron desde posiciones tan previsibles que realmente le sobraron cuatro minutos a cada invitado. Para informar de verdad se precisa b¨²squeda, medios y levantar el culo del plat¨®. Los debates son ahorro de esfuerzo y de dinero. Si el invento es someter al opinador al cron¨®metro para fingir espect¨¢culo, s¨®lo alcanzamos angustia expresiva, no m¨¢s profundidad.

Y luego el reloj delata: 20 minutos para repasar la actualidad informativa mundial y dos horas para desentra?ar los programas de cotilleo. Convertir el periodismo de talento en cronometraje es como usar a Messi de juez de l¨ªnea.