La educaci¨®n liberal
Si me piden dar motivos de especial afecto por Michael Oakeshott, sin duda uno de los m¨¢s destacados fil¨®sofos ingleses del pasado siglo, aportar¨¦ dos. Para empezar, debut¨® con un librito escrito en colaboraci¨®n con un amigo y titulado A guide to the classics. ?Un vadem¨¦cum para leer a Plat¨®n, Maquiavelo o Hobbes? El subt¨ªtulo aclara que las cl¨¢sicas a las que se refiere no son obras filos¨®ficas sino carreras de caballos: C¨®mo acertar el ganador del derby. Cuentan los afortunados h¨ªpicos que la leyeron que es una breve maravilla de agudeza. Segundo m¨¦rito: cuando cumpli¨® setenta a?os se le incluy¨® en la lista de los que iban a recibir el t¨ªtulo de sir de manos de la reina, pero fue borrado apresuradamente cuando se le detuvo en una playa por hacer el amor con una mujer que, para mayor pecado, era la suya. Nunca lleg¨® a par, pero para m¨ª permanece sin par entre tantos profesores insignes.
Componente b¨¢sico de la "escuela" es "el alejamiento del mundo inmediato del estudiante"
Como Isaiah Berlin (el ¨²nico pensador pol¨ªtico comparable en la Inglaterra de su ¨¦poca), Oakeshott no escribi¨® propiamente libros: s¨®lo ensayos m¨¢s o menos largos publicados en revistas especializadas y reunidos luego en volumen por su exegeta Timothy Fuller. As¨ª son los titulados El racionalismo en la pol¨ªtica y La pol¨ªtica de la fe y la pol¨ªtica del escepticismo, ambos editados por Fondo de Cultura Econ¨®mica. Y tambi¨¦n su libro p¨®stumo La voz del aprendizaje liberal (editorial Katz) que recopila sus escritos sobre el sentido y los contrasentidos de la educaci¨®n. Reflexiones a contracorriente de lo que hoy profesa tanto la pedagog¨ªa progresista como la m¨¢s conservadora que merecen ser recordadas.
Para ¨¦l, educar consiste ante todo en iniciar a las personas en las aventuras de la autocomprensi¨®n, haci¨¦ndolas capaces de participar en la inacabable conversaci¨®n cultural hecha de s¨ªmbolos, creencias, indagaciones y sentimientos en la que hist¨®ricamente crecemos y vivimos. No se compone de la escueta declaraci¨®n "de que un ser humano es una inteligencia autoconsciente y reflexiva y que no vive ¨²nicamente del pan, sino de las indagaciones, las acciones y los enunciados concretos en los que los seres humanos expresaron su comprensi¨®n de la condici¨®n humana". Lo que debe transmitir la ense?anza no es una simple y atareada preparaci¨®n para el presente sino distanciarnos de ¨¦l en beneficio del desarrollo de nuestra condici¨®n esencial. Componente b¨¢sico de la idea de "escuela" es "el alejamiento del mundo inmediato y local del estudiante, de las preocupaciones de momento de ese mundo y de la direcci¨®n que ¨¦ste le da a la atenci¨®n del estudiante, ya que tal es el significado correcto de la palabra schole (y no 'tiempo libre' ni 'ocio')".
Por tanto, el compromiso educativo es a la vez una disciplina y una liberaci¨®n; la una es posible en virtud de la otra. "La recompensa es una emancipaci¨®n del mero 'hecho de vivir', de las contingencias inmediatas de lugar y tiempo de nacimiento, de la tiran¨ªa del momento y del servilismo de una mera condici¨®n actual; es el reconocimiento de una identidad humana y de un car¨¢cter capaz, en cierta medida, de la aventura moral e intelectual que constituye una vida espec¨ªficamente humana". El pensamiento de Oakeshott es liberal sin el relente de pragmatismo botijero que el t¨¦rmino merece entre nosotros. A¨²n podr¨ªamos citar aqu¨ª su cr¨ªtica a la idea de la ciencia como modelo de toda comprensi¨®n v¨¢lida o a la sustituci¨®n autom¨¢tica de "humano" por "social" como apellido del aprendizaje. Prefiero esta reflexi¨®n: "Lo ¨²nico indispensable para la escuela es que haya maestros; el actual ¨¦nfasis en todo tipo de aparatos (no s¨®lo en el aparato de la 'ense?anza') destruye casi por completo la escuela". Escrito en 1972...
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.