El teatro valenciano: entre el placer y el poder
Cada a?o solemos ir con nuestros estudiantes de historia a ver teatro cl¨¢sico. La programaci¨®n de la que disponemos no es mucha, pero suele ser buena y la experiencia ha sido en general satisfactoria. Este a?o, por ejemplo, hemos podido ver El S¨ª de las Ni?as de Fern¨¢ndez de Morat¨ªn, en una magn¨ªfica versi¨®n de Vicente Gen¨®ves, que tuvo la deferencia de aceptar nuestra invitaci¨®n para dar una conferencia -que fue magistral- sobre el teatro del siglo XVIII.
La obra de Morat¨ªn es un buen ejemplo del teatro moderno en donde se defienden las nuevas ideas ilustradas de libertad y tolerancia, aplicadas en este caso a la libertad del amor y del matrimonio. Ideas que acabar¨ªan triunfando sobre los prejuicios de las gentes, que se resist¨ªan a cambiar los h¨¢bitos y las costumbres familiares de imponer los matrimonios, entre otras decisiones. Las personas ilustradas, que ten¨ªan una alta estima por este teatro, al que proteg¨ªan de los prejuicios conservadores, acud¨ªan al espect¨¢culo con entusiasmo y respeto, creyendo firmemente en la bondad y valor moral de lo que all¨ª se hac¨ªa.
La 'consellera' Mir¨® ha reprendido a las gentes del teatro por mostrar desacuerdo Hay sospecha de que el recorte no es igual en todos los casos
En nuestra sociedad contempor¨¢nea, las funciones del teatro ya no son las mismas, pero el teatro conserva sus valores, ¨¦ticos y est¨¦ticos, que el p¨²blico actual reconoce en los espect¨¢culos que nos gustan. Gracias, pues, al teatro y a sus gentes, por la herencia que nos han dejado y por la que a¨²n nos dejar¨¢n.
Desde esta reflexi¨®n y sentimientos me disgusta profundamente el que, en nuestra Comunidad Valenciana, donde tanto se presume de Identidad y de Historia y donde se gasta tanto en conmemorar el pasado, el teatro no merezca la misma consideraci¨®n por parte de la administraci¨®n. En estos d¨ªas precisamente la consellera Mir¨® ha reprendido vivamente a las gentes del teatro que han mostrado su desacuerdo y malestar por los recientes e inesperados cambios legislativos, que consideran nocivos para el sector. Les acusa de no querer la mejora del sector sino de hacer pol¨ªtica (supongo que se refiere a pol¨ªtica partidista). Lo ¨²nico que buscan, ha dicho alg¨²n ruin, haciendo el gesto de Forges, es poner la mano. Lo l¨®gico en estos casos ser¨ªa devolver las acusaciones. Lo cual resulta f¨¢cil cuando los argumentos son poco sofisticados: ?c¨®mo que lo m¨ªo es pol¨ªtica y lo suyo no?, ?qu¨¦ est¨¢ usted haciendo cuando se dedica a culpar a Zapatero de que no haya dinero para el teatro? o ?c¨®mo se puede criticar la cultura de la subvenci¨®n que se propicia -con creces- en otros casos conocidos, como ocurre con la RTVV, por ejemplo?
Pero me temo que por este camino vamos mal, que con esto s¨®lo se tapan los problemas que no se quieren -o no se pueden- abordar, pero ¨¦stos estallar¨¢n de nuevo y crear¨¢n nuevos problemas, no lo duden. Y, sin embargo, querr¨ªa pensar que las cosas podr¨ªan hacerse mejor para el teatro y la cultura en general. En los planes de la se?ora consellera se trata de pedir dinero a Zapatero, pero poco m¨¢s ha dicho sobre su propia responsabilidad en la gesti¨®n del dinero, del que ha sido gastado y del que se podr¨ªa gastar. En nuestra Comunidad Valenciana, como todo el mundo sabe, el gasto est¨¢ disparado; sin embargo, hay sospecha de que el recorte no es igual en todos los casos, que sufren m¨¢s los libros y las bibliotecas o los ordenadores de las escuelas que otros eventos, que nadie sabe lo que cuestan, ni cu¨¢nto se embolsan los empresarios que intervienen, incluso cuando no hacen las cosas bien.
La cultura es cara, lo sabemos, pero lo es sobre todo cuando se paga m¨¢s de lo que vale y cuando no hay empe?o en buscar soluciones adecuadas para mantener abiertos los teatros, p¨²blicos y privados, as¨ª como los empleos del sector. Para hacer esto, ciertamente, hace falta dinero, pero tambi¨¦n personas; se necesita contar con los buenos profesionales, de Valencia a ser posible, y contar con los economistas, que, sin ir m¨¢s lejos, trabajan en nuestra Universidad de Valencia.
Me gustar¨ªa pensar que habr¨¢ di¨¢logo, con las gentes del teatro, por ejemplo y que Canal 9 ser¨¢ la televisi¨®n de todos y que dejaremos de hablar de la maldad de los dem¨¢s y de nuestra mayor excelencia, para aplicarnos a mejorar las cosas que nos competen. Por eso, sin esperanza pero con convencimiento, como dec¨ªa Jorge Guill¨¦n, seguiremos haciendo pol¨ªtica.
Isabel Morant es miembro del Consell Valenci¨¤ de Cultura y profesora de la Universitat de Val¨¨ncia.
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