Locura
Es inenarrable la cantidad de cosas que se ha puesto la gente en la cabeza desde el inicio de la historia. El rito de la coronaci¨®n comenz¨® hace un mill¨®n de a?os. Probablemente alguna hembra primate, apenas aprendi¨® a caminar a dos patas en el valle del Ritt, en Kenia, se coloc¨® una pi?a tropical en alto del cr¨¢neo como Carmen Miranda, empez¨® a mover las caderas y se sinti¨® feliz, mientras su pareja, que era el macho m¨¢s bragado de la tribu, se coron¨® a s¨ª mismo con cuernos de b¨²falo o de venado para significar su poder, un vestigio que todav¨ªa est¨¢ presente en la mitra de Benedicto XVI. Algo muy extra?o debe de esconder el cerebro cuando existe el instinto de cubrirlo o de prolongarlo con toda clase de prendas y cachivaches, cada uno con un significado: el velo, la mantilla, la gorra de plato, el solideo, el kip¨¢, la tiara, la toca, el sombrero borsalino de Al Capone, el casco, el gorro de cocinero, el bonete, el turbante, la corona imperial o la boina capona. Los artesonados de oro y las c¨²pulas llenas de ¨¢ngeles que rematan el trono del rey son tambi¨¦n una superestructura de su cerebro. Las mujeres de raza negra realizan una obra de arte con la tapa de los sesos. Trenzan sobre ella lazos con telas de colores, a los que a?aden frutas, flores y p¨¢jaros que trasmiten una sensaci¨®n de imaginaci¨®n y libertad, pese a que viven sojuzgadas. Soy partidario de que cada uno lleve en la cabeza lo que le d¨¦ la gana, incluso un pollo frito si lo prefiere, siempre que no moleste a nadie. En la cultura anglosajona, donde la libertad es la ¨²nica diosa, los sentimientos est¨¦ticos o religiosos se los guarda uno para casa. Por supuesto entre un burka y la pi?a tropical de Carmen Miranda prefiero la pi?a, pero aun a riesgo de parecer un fr¨ªvolo, debo confesar que el burka, aparte del rechazo por la repugnante esclavitud que supone para la mujer, me produce mucho v¨¦rtigo porque uno nunca sabe con la sorpresa que podr¨ªa encontrarse dentro de ese catafalco humano, tal vez con una hur¨ª o con un terrorista armado o con la se?ora de toda la vida o con un vecino bigot¨®n que te esperaba tras la rejilla. Velo musulm¨¢n o pamela de gran dama en la carrera de caballos en Ascot, cualquier clase de gorro parte del primate con la misma locura.
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