Mucha desidia y otro susto

Pau Gasol tuvo que sacar todo su genio y Phil Jackson estuvo a punto de perder su proverbial paciencia. As¨ª son los Lakers. Forman un equipo capaz de maravillar, de abrumar al m¨¢s pintado con un par de acelerones. Pero de la misma forma que sacan la magia y la chispa son capaces de diluirse, abstraerse del juego como si no fuera con ellos, tornarse vulnerables, desesperadamente vulnerables. Y eso es lo que les ocurri¨® en el primer partido de las semifinales ante Utah, un rival que sobre el papel no deber¨ªa suponerle mayor problema, dadas las bajas de Okur y Kirilenko. Y as¨ª fue durante un buen trecho del partido.

Gasol y Kobe Bryant impon¨ªan su indiscutible jerarqu¨ªa y, a pesar de que Deron Williams y Carlos Boozer no se quedaban atr¨¢s, el marcador se decant¨® con holgura para los Lakers: 39-25 o 55-45 pasado ya el ecuador del partido. Artest se emparej¨® con Williams y Matthews trat¨® de contener a Bryant. Nadie logr¨® su prop¨®sito. Los Lakers empezaron a bajar el pist¨®n en el tercer cuarto al tiempo que Utah sacaba m¨¢s r¨¦dito de su banquillo, especialmente con la incorporaci¨®n de Millsap bajo los aros. A la vez, se mostraba superior en los tiros desde larga distancia, con cinco triples, algo no muy dif¨ªcil dado que los Lakers tan s¨®lo fueron capaces de anotar dos.

El partido fue cambiando de color hasta que en el ¨²ltimo cuarto, con los reservas en la cancha, los Lakers encajaron un parcial de 1-8 y se pusieron por primera vez por detr¨¢s (82-83). Fue entonces cuando se produjo una de las pocas acciones en las que un jugador de los Lakers, Gasol, vino a dar un pu?etazo sobre la mesa como si quisiera transmitir un grito desesperado: "?Hasta aqu¨ª hemos llegado!". Anot¨® en una dificil¨ªsima posici¨®n y sac¨® una falta de la defensa de Utah. El equipo de Jerry Sloan se mantuvo a tiro de piedra hasta casi la conclusi¨®n.

Los Lakers volvieron a apelar a Bryant en los instantes en que era preciso rematar la faena y a la lucha de un Gasol que, adem¨¢s de reducir los da?os de Boozer, aport¨® 25 puntos, 12 rebotes, cuatro asistencias y cinco tapones. Gracias a ello y a un oportuno rebote en el ataque de Odom, cuando el partido estaba en 96-95 y fall¨® un tiro Bryant, ganaron los Lakers. Pero la alegr¨ªa en el Staples no fue completa: demasiados errores y un pecado importante, el de jugar con una desidia, por momentos, insoportable.