Valores democr¨¢ticos
Conoc¨ª a Miguel Boyer en 1979 cuando ambos coincidimos como diputados en el Congreso de la I Legislatura. Luego, en el periodo 1982-1985, su ¨¦poca de ministro de Hacienda, tuve ocasi¨®n de debatir con ¨¦l desde mi posici¨®n de portavoz de los diputados comunistas. Siempre le tuve un respeto grande, no s¨®lo por su solvencia t¨¦cnica, sino tambi¨¦n, y sobre todo, por su fidelidad al rigor intelectual, a la racionalidad por encima de las urgencias del debate pol¨ªtico. Adem¨¢s, estaba su indudable compromiso con los valores democr¨¢ticos y con el ideal europeo. Ese respeto y admiraci¨®n se han visto incrementados a ra¨ªz de la lectura del art¨ªculo del 30 de abril, Ganar dinero apostando al desastre, en el cual, m¨¢s all¨¢ de lo que promete el titular, lucen en todo su esplendor los valores a que me refer¨ªa anteriormente. El mejor art¨ªculo -no s¨®lo de econom¨ªa- que he le¨ªdo en mucho tiempo.
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