Sean Connery, imputado en un caso de blanqueo
Un juez de Marbella cita a declarar al actor y a su esposa
Casa Malib¨², una villa estilo mediterr¨¢neo plagada de buganvillas en la que Sean Connery pas¨® grandes momentos durante sus estancias en Marbella (M¨¢laga), dejar¨¢ de ser un buen recuerdo para el actor que tantas veces ha encarnado al agente 007. Un juez de Marbella ha citado al actor escoc¨¦s y a su esposa, Micheline, para declarar como imputados en una nueva causa de blanqueo de capitales en el sector inmobiliario en la que se investiga la venta de esta vivienda. Connery, que dej¨® Marbella porque no estaba conforme con el rumbo que estaba tomando la ciudad con el gobierno de Jes¨²s Gil, no ha podido escaparse de la estela del caso Malaya, que destap¨® la corrupci¨®n en el municipio marbell¨ª. La polic¨ªa le ha puesto a la investigaci¨®n el nombre de Goldfinger, en honor a una de sus pel¨ªculas.
Ricardo Puyol, titular del juzgado n¨²mero 1 de Marbella, ha citado a declarar al matrimonio para finales de mayo, junto con cinco abogados, tambi¨¦n implicados. Las diligencias forman parte de una querella que la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n present¨® en julio de 2007 tras examinar varios convenios urban¨ªsticos rubricados en la ciudad en pleno furor urban¨ªstico y cuando Juan Antonio Roca, el m¨¢ximo imputado del caso Malaya, todav¨ªa era asesor de Urbanismo.
La sociedad Malib¨², SA, domiciliada en la casa que Connery ten¨ªa en Marbella, rubric¨® uno de estos convenios y despu¨¦s vendi¨® parte de sus terrenos a otra empresa que levant¨® una promoci¨®n de 72 apartamentos. Todo con un perjuicio econ¨®mico estimado de 2,7 millones de euros para las arcas de Marbella.
El actor, poco amigo de los flases cuando ¨¦l no los autorizaba, cont¨® en el verano de 1998 que en Marbella no encontraba la tranquilidad que tanto ansiaba y que iba a poner a la venta su casa. "Al principio iba caminando por la playa hasta Puerto Ban¨²s para comprar el peri¨®dico y nadie le importunaba", recuerda un fot¨®grafo que trabaj¨® en Marbella aquella ¨¦poca. En la casa, que la inmobiliaria brit¨¢nica Knight Frank ofert¨® por siete millones, entraban pocos fot¨®grafos. "S¨®lo cuando hab¨ªa un posado en exclusiva", a?ade. La boda de su hija fue una ocasi¨®n excepcional. Ese d¨ªa, todos los invitados posaron en la puerta.
Connery compr¨® la villa en los a?os setenta, ¨¦poca en la que ocupaba una zona id¨ªlica. Primera l¨ªnea de playa entre Puerto Ban¨²s y el n¨²cleo de San Pedro Alc¨¢ntara, rodeada de eucaliptos, sin muros, ni vecinos. Quienes vivieron aquella Marbella cuentan que desde la playa se divisaban con facilidad los jardines y la piscina.
La casa ten¨ªa una residencia principal y tres estancias para invitados. "Como buen escoc¨¦s, no permit¨ªa que sus amigos se hospedaran en hoteles, adem¨¢s ten¨ªa espacio suficiente", explica Rafael de la Fuente, ex director del hotel Los Monteros de Marbella. Hizo las maletas cuando levantaron al lado de su casa un bloque de pisos.
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