Un presidente en capilla
"Faltan uno o dos escaloncitos para que toda esta cuesti¨®n tan extra?a, absurda y estrafalaria haya pasado", declaraba el presidente Francisco Camps en julio de 2009, refiri¨¦ndose a la imputaci¨®n de cohecho pasivo impropio que pesaba sobre ¨¦l y de la que, como se sabe, fue exonerado por el Tribunal Superior de Justicia de Valencia, presidido por su amigo -en realidad, "m¨¢s que un amigo"-, el magistrado Juan Luis de la R¨²a. Al decir de Jos¨¦ Yoldi, perito en estos asuntos, se trataba de un "tribunal con encanto" -y as¨ª lo calific¨® en estas p¨¢ginas- que no consider¨® punible los regalos de la trama G¨¹rtel recibidos por el titular del Consell. La Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n y el PSPV-PSOE presentaron sendos recursos ante el Tribunal Supremo y el pr¨®ximo mi¨¦rcoles, d¨ªa 12, su Sala Segunda se pronunciar¨¢ sobre los mismos, decidiendo si exonera o reabre la causa con el correspondiente juicio con jurado popular, que no del PP, claro.
El molt honorable, pues, est¨¢ en capilla, a la espera de subir este segundo escaloncito, que en estos momentos y contradiciendo su propio pron¨®stico debe parecerle la ascensi¨®n al G¨®lgota, una evocaci¨®n pertinente tanto por la trascendencia del tr¨¢mite procesal como por las circunstancias penales y pol¨ªticas que le afligen, pues sobre su persona y biograf¨ªa parece haber pasado una m¨¢quina roturadora, tal es su devastaci¨®n en ambos aspectos. Y mientras se consuma la espera, abundan las conjeturas tanto como la perplejidad, dentro y fuera del partido. En el plano jur¨ªdico se dan pocas opciones a que se repita la "cacicada" amistosa perpetrada en Valencia, dada la lejan¨ªa y preeminencia de los actuales juzgadores. No obstante, tampoco se descarta la repetici¨®n de la jugada, sobre todo por parte de los opinantes menos o nada familiarizados con ley y m¨¢s condicionados por el difundido descr¨¦dito judicial. Solo ha faltado que Federico Trillo, el h¨¦roe de la Isla de Perejil y Yack 42, rebullese en esta causa para que se activasen las suspicacias del mangoneo.
Tan o m¨¢s incierto por el momento es el desenlace pol¨ªtico, dando por supuesto que el actual presidente ha llegado al final de su trayecto p¨²blico. El animoso orfe¨®n partidario que estos d¨ªas proclama con ardor redoblado los m¨¦ritos de su l¨ªder y airea los muy favorables sondeos demosc¨®picos que le avalan, o la misma apuesta temeraria de Mariano Rajoy ("Camps ser¨¢ candidato aunque lo imputen") no pueden disimular su sutil aire de exequias, ni tampoco las cavilaciones y alguna que otra maniobra para activar las previsiones sucesorias ante una dimisi¨®n m¨¢s o menos voluntaria, pero inevitable, previa a ocupar el banquillo, puesto que en modo alguno tal imagen podr¨ªa ilustrar el cartel electoral en la pr¨®xima convocatoria auton¨®mica.
No es ¨¦sta la ocasi¨®n adecuada para valorar el largo y boyante recorrido pol¨ªtico del todav¨ªa titular de la Generalitat, desde que irrumpi¨® en la pol¨ªtica como un convencido liberal, de los llamados pata negra, hasta el infortunio que hoy le abate. Pero en previsi¨®n de las jeremiadas que nos esperan justo es anotar que aquel joven adalid de las libertades ha tiempo que se convirti¨® en un c¨®mplice y acaso una v¨ªctima de la corrupci¨®n, un secuaz del beater¨ªo y hasta un enemigo del derecho a la informaci¨®n, como revela la apropiaci¨®n partidaria de RTVV y el acoso a TV3. Podr¨¢ cuestionarse si ha sido el m¨¢s brillante de los presidentes auton¨®micos que le han precedido, pero no el que m¨¢s vi?etas humor¨ªsticas ha inspirado, m¨¢s expectativas ha frustrado y m¨¢s decepci¨®n producido.
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