Ha llegado el momento de pasar a la acci¨®n
Antes de crearse la Zona Euro (ZE) se sab¨ªa que las uniones monetarias necesitan de uniones pol¨ªticas ya que una pol¨ªtica monetaria ¨²nica funciona mucho mejor con una pol¨ªtica fiscal ¨²nica, comunitaria o federal. Tambi¨¦n se sab¨ªa que las crisis financieras casi siempre producen crisis de deuda. Era asimismo obvio que la ZE no era un ¨¢rea monetaria ¨®ptima al tener poca movilidad de su mano de obra con barreras idiom¨¢ticas y culturales, baja movilidad de su capital con escasa integraci¨®n financiera y un presupuesto comunitario m¨ªnimo del 1,1% del PIB, frente al 25% del PIB del presupuesto federal de Estados Unidos.
Si un estado miembro americano tiene serios problemas econ¨®micos de competitividad o una crisis fiscal, puede evitar su suspensi¨®n de pagos y el contagio a otros estados, porque el presupuesto federal se hace cargo de los subsidios del desempleo, de la sanidad para los ni?os y los mayores sin recursos, de las pensiones y de varios servicios p¨²blicos, como ocurre hoy en California. Pero Grecia no puede porque es fiscalmente soberana y s¨®lo puede recibir ayuda de los contribuyentes de otros estados miembros que se niegan a ayudar a un pa¨ªs que ha dilapidado el dinero de sus contribuyentes.
La falta de sanci¨®n en 2003 a Alemania y Francia ha dado pie a otros pa¨ªses a ser fiscalmente irresponsables
Como finalmente se eligi¨® un experimento nuevo con la ZE porque ning¨²n estado miembro quer¨ªa ceder soberan¨ªa pol¨ªtica y fiscal alguna, se pens¨® que para evitar que algunos estados miembros fueran fiscalmente irresponsables, bastaba con que no pudiesen imprimir moneda, ni devaluar, adem¨¢s de incluir la cl¨¢usula de no rescate en el tratado e introducir el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) que pon¨ªa l¨ªmites al d¨¦ficit y a la deuda en porcentaje del PIB. Los mercados aceptaron este modelo y llegaron a hacer que los diferenciales de inter¨¦s entre los bonos de los estados miembros y los de Alemania llegasen a ser m¨ªnimos.
Sin embargo, el PEC estaba sentenciado desde su inicio, ya que la decisi¨®n ¨²ltima la ten¨ªan los mismos estados miembros y no la Comisi¨®n, que s¨®lo instruye el expediente. Es decir, que son los mismos "pecadores" los que se juzgan a s¨ª mismos y adem¨¢s por mayor¨ªa cualificada. Cuando en 2003 Alemania y Francia ten¨ªan que ser sancionadas, no pudo alcanzarse dicha mayor¨ªa, lo que daba pie a otros pa¨ªses a ser fiscalmente irresponsables. De ah¨ª que Grecia, incomprensiblemente, ha podido enga?ar a la Comisi¨®n, a Eurostat y a los otros estados miembros durante a?os sin que le ocurriese nada y llegar al 13,6% de d¨¦ficit y 115% de deuda sobre PIB.
El problema, es que, antes de la ZE, si un estado miembro dejaba de pagar pagaba ¨ªntegramente su precio ya que los mercados se encargaban de castigarle vendiendo su deuda e imponi¨¦ndole un aumento fort¨ªsimo de su coste y vendiendo su moneda forzando una fuerte devaluaci¨®n de su moneda. Despu¨¦s de la ZE, si un estado deja de pagar origina un fuerte contagio en otros estados miembros ya que una moneda ¨²nica tiende a crear un ¨²nico mercado de capitales, lo que permite a dicho estado financiarse con el ahorro de otros estados miembros sin riesgo de cambio. Si los mercados estiman que va a dejar de pagar no s¨®lo subir¨¢n los tipos de inter¨¦s de su deuda sino tambi¨¦n los de otros estados miembros, lo que no s¨®lo provoca un contagio sino que puede incitar a otros estados a ser menos responsables fiscalmente ya que una parte del coste lo pagan otros.
La crisis de deuda de Grecia ha puesto por primera vez a prueba la ZE. La reacci¨®n de los estados miembros ha sido lenta e ineficaz, sabiendo que en estas situaciones, si no se act¨²a con rapidez y contundencia, los mercados pasan de la incredulidad a la incertidumbre y si siguen sin encontrar soluciones, al p¨¢nico, lo que ser¨ªa grav¨ªsimo. Los mercados tienden a actuar de forma gregaria y a mostrar comportamiento de reba?o especialmente en situaciones de incertidumbre, cayendo en el pesimismo y contagiando a otros estados miembros.
En octubre de 2009, Papandreou ya avis¨® a la Comisi¨®n que los anteriores gobiernos hab¨ªan trucado las cifras fiscales y que la situaci¨®n fiscal era grave. Han pasado, desde entonces seis meses hasta que los estados miembros se han puesto de acuerdo en un plan de rescate, tras primero negarlo y arrastrar los pies durante meses y tras no dejar que el FMI interviniese como era su deber. Al final ha tenido que ser el Fondo Monetario Internacional el que estudie la situaci¨®n, haga las recomendaciones y eval¨²e el coste del rescate.
Los mercados no se han cre¨ªdo que el rescate aprobado sea suficiente para evitar la reestructuraci¨®n de su deuda. Ahora, la discusi¨®n est¨¢ centr¨¢ndose entre los que opinan que, antes que nada, Grecia debe reestructurar y obtener una quita sustancial pactada con sus acreedores, los que creen que debe de suspender pagos y los que creen que al final va a tener que salir de la Zona Euro.
Ante esta situaci¨®n, ha llegado el momento de pasar a los hechos y no continuar s¨®lo con palabras. En lugar de decir que la culpa la tienen los especuladores, como si existiese una conspiraci¨®n contra determinados estados miembros hay que actuar y r¨¢pido. Por supuesto que existen algunos especuladores que aprovechan, tomando riesgos elevados, para vender en corto y despu¨¦s tratar de comprar m¨¢s barato, pero, en su gran mayor¨ªa, los mercados representan a millones de ahorradores que invierten para preservar o mejorar su patrimonio, que s¨®lo compran bonos soberanos para no tener riesgo alguno y que los venden por miedo a perder por falta de confianza.
Por ejemplo, Irlanda, que ha tenido una crisis bancaria enorme, que tiene un d¨¦ficit p¨²blico mayor que el de Grecia y una deuda mayor que la de Espa?a, ha hecho sus deberes con rapidez y contundencia al conseguir que el gobierno, la oposici¨®n, los sindicatos y la patronal se pongan de acuerdo para hacer un programa de contracci¨®n fiscal duro, con una reducci¨®n de todos los salarios p¨²blicos entre un 10% y un 20% y ha dejado de estar en el punto de mira de los mercados.
Por el contrario, Espa?a que tiene un d¨¦ficit por debajo del de Irlanda y Grecia, la deuda m¨¢s baja de todos ellos y el ahorro nacional m¨¢s elevado, present¨® hace ya tres meses un programa de contracci¨®n fiscal cre¨ªble, aprobado por la Comisi¨®n aunque pidiendo que lo concretara cuanto antes, al menos la parte correspondiente a 2010. Sin embargo, todav¨ªa no lo ha hecho y s¨®lo ha concretado una reducci¨®n de altos cargos que dada su peque?ez ha sido muy mal recibida y est¨¢ sufriendo mucho m¨¢s contagio que Irlanda. No hay que perder m¨¢s tiempo, si esta situaci¨®n se mantiene m¨¢s tiempo el riesgo ser¨¢ muy elevado para todas las empresas y ciudadanos espa?oles.
El actual reto a la ZE deber¨ªa resolverse ya que sino se hace algo contundente todos sus estados miembros salimos perdiendo, no s¨®lo los que est¨¢n recibiendo el contagio de Grecia y si se logra contener, todos salimos ganando. No es imaginable que quieran darse un tiro colectivo en la pierna. Alemania y Francia tambi¨¦n salen perdiendo ya que sus bancos tienen en sus balances 500.000 y 400.000 millones de euros respectivamente, en bonos de Espa?a, Irlanda, Portugal y Grecia. Incluso los bancos del Reino Unido tienen 350.000 millones de euros en bonos de dichos pa¨ªses. Esperemos que al final sepan todos reaccionar. -guillermo
de la dehesa
Guillermo de la Dehesa es presidente del Centre for Economic Policy Research, CEPR.
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