Benvinguts al Senat espanyol
La C¨¢mara alta se plantea generalizar el uso de las lenguas cooficiales - Ya se hac¨ªa, pero la idea es tachada ahora de rid¨ªcula y despilfarro
Dijo Esperanza Aguirre, el 5 de abril de 2000, en su discurso de toma de posesi¨®n como presidenta del Senado: "Espanya ¨¦s una naci¨® plural. La pluralitat ¨¦s, precisament, un dels principals trets constitutius de la nostra realitat nacional, de la qual extraiem un intens enriquiment hum¨¤, cultural, social i econ¨°mic per a tots els espanyols". Lo repiti¨® en gallego, euskera y castellano. Los senadores aplaudieron sus palabras y el simb¨®lico gesto.
Cinco a?os despu¨¦s, el 29 de junio de 2005, el Senado aprob¨® que se pudieran hablar todas las lenguas oficiales de Espa?a en la C¨¢mara. El uso de gallego, euskera, catal¨¢n y valenciano es libre s¨®lo dentro de la Comisi¨®n de Comunidades Aut¨®nomas, que cuenta con traducci¨®n simult¨¢nea al castellano. El acuerdo fue por unanimidad de los grupos, PP y PSOE incluidos.
Catal¨¢n, gallego y euskera se hablan desde 2005 s¨®lo en una comisi¨®n
La propuesta se pone el l¨ªmite de que no suponga un coste extraordinario
S¨®lo el PP est¨¢ en contra y lo cree costoso, ineficiente y rid¨ªculo
El debate jur¨ªdico no est¨¢ resuelto, pero nadie ha pedido un informe
Aguirre habl¨® en cuatro lenguas hace diez a?os al ser elegida presidenta
"No es un tema de practicidad, sino de respeto", dice un senador del PSC
No hay muchas oportunidades de verlo, pues la comisi¨®n no se re¨²ne a menudo y el Gobierno, entre el pavor y la pereza, hace todo lo que puede por no comparecer en ella. Pero en esta comisi¨®n se han tramitado todas las reformas de estatutos de autonom¨ªa y han comparecido varios miembros del Gobierno. Sus v¨ªdeos, con traducci¨®n, est¨¢n disponibles en Internet.
Hoy, otros cinco a?os despu¨¦s, el debate es may¨²sculo cuando 34 senadores han propuesto que eso mismo se pueda hacer en todos los ¨®rganos del Senado y en todas las sesiones. Se ver¨ªa al presidente del Gobierno y a los ministros dos veces al mes con los auriculares puestos. El pasado 28 de abril, la propuesta de debatirlo se acept¨® con los votos a favor de toda la C¨¢mara alta menos el PP y una senadora de UPN, que votaron en contra.
De los 263 senadores, 87 proceden de comunidades con una lengua cooficial. Eso no significa que la tengan como materna, pero s¨ª que est¨¢n acostumbrados a la convivencia de dos lenguas.
Nadie duda de que el idioma de trabajo en el Senado seguir¨ªa siendo el castellano. Uno del PNV y otro de CiU no van a llamar a un traductor para negociar una enmienda. En realidad, se trata de hablarlo en el hemiciclo, donde lo que se hace es una representaci¨®n de las posiciones de cada uno, no una negociaci¨®n pol¨ªtica. Es una cuesti¨®n simb¨®lica y los s¨ªmbolos superan cualquier cr¨ªtica para aquellos que los sienten como tal.
Es interesante o¨ªr c¨®mo explica la importancia de los s¨ªmbolos un apasionado defensor de las lenguas cooficiales que no utiliza ninguna de ellas. Jos¨¦ Ignacio P¨¦rez S¨¢enz es del PSOE de La Rioja. "Puede parecer absurdo, lo l¨®gico es entenderse con la lengua com¨²n", reconoce, "pero el Senado es una c¨¢mara donde merece la pena tener la simbolog¨ªa de que las otras tambi¨¦n son lenguas espa?olas". "Si comprendi¨¦ramos las lenguas entender¨ªamos a Espa?a", proclama.
El senador riojano admite que hablar con traductores "es algo artificial". Pero es que la clave no es esa. La artificialidad "es bienvenida si algunos [nacionalistas] entienden que esas instituciones son suyas y si los ciudadanos [del resto de Espa?a] entienden que esas lenguas tambi¨¦n son suyas". "Cuando se entienda esto, habremos resuelto buena parte de nuestro problema territorial".
De lo dicho en aquel debate, se desprenden multitud de aristas. El PP asumi¨® en solitario la oposici¨®n. No habl¨® ninguno de sus senadores biling¨¹es sino el senador madrile?o Juan Van-Halen, portavoz de Cultura. Los argumentos se podr¨ªan resumir en tres: es caro; el castellano es la lengua oficial en todo el Estado y las otras s¨®lo lo son en sus comunidades; y entenderse todos en la misma lengua es de sentido com¨²n y lo otro es rid¨ªculo.
En cuanto a la parte econ¨®mica, la ¨²nica referencia que hay es la Comisi¨®n de Comunidades Aut¨®nomas. En 2007, el gasto en traductores para esa comisi¨®n fue de 30.526,87 euros. Ese a?o se reuni¨® en nueve sesiones. Fuentes de la C¨¢mara alta cifran el coste actual entre 5.000 y 6.000 euros por sesi¨®n.
La propuesta de los 34 senadores, liderados por Miquel Bofill (ERC), plantea que el coste de ampliar la traducci¨®n a todo el Senado ser¨ªa de unos 120.000 euros al a?o. Fuentes cercanas a la administraci¨®n de la C¨¢mara alta descartan absolutamente esta cifra. Pero tampoco es cre¨ªble la alternativa que da el PP, que habla de un "dispendio" de 1,2 millones de euros al a?o.
Nadie sabe todav¨ªa cu¨¢nto costar¨ªa, porque se desconoce a¨²n d¨®nde y cu¨¢ndo se hablar¨¢n las lenguas cooficiales en el Senado. Aparte de los costes fijos de reforma en las instalaciones, no es lo mismo que se hablen cuatro lenguas s¨®lo en la Comisi¨®n de Entes Locales, o s¨®lo en los debates de estatutos de autonom¨ªa, o s¨®lo en los debates de Cultura. No es lo mismo contratar traductores por libre ex profeso, como ahora, que poner traducci¨®n fija por concurso p¨²blico.
En cualquier caso, lo que se plantea es traducci¨®n de euskera, gallego y catal¨¢n, idiomas maternos de muchos senadores, al castellano. En ning¨²n caso traducci¨®n inversa o cruzada entre estos idiomas. Dicho todo esto, la propuesta se marca un l¨ªmite: que no aumente el presupuesto. Si no se puede hacer recortando de aqu¨ª y de all¨¢, no se har¨¢.
Los propios senadores nacionalistas admiten que la suya es una propuesta de m¨¢ximos. El PSOE, que propici¨® que este tema no muriera en primera instancia, ha dicho que no est¨¢ dispuesto a aceptarlo todo. El grupo socialista no da detalles de cu¨¢les son sus planes. Adem¨¢s, si las posturas de nacionalistas y PP son irreconciliables, el PSOE no descarta que el tema muera en la Comisi¨®n de Reglamento, donde ahora se discutir¨¢.
Sobre el debate jur¨ªdico, la f¨®rmula que se busc¨® en 2005 quiz¨¢ tambi¨¦n sirva ahora. S¨®lo el castellano es oficial en toda Espa?a. El derecho a usar y el deber de conocer las otras lenguas s¨®lo es aplicable en sus comunidades aut¨®nomas. Sin embargo, como los Gobiernos aut¨®nomos pueden acudir a la citada Comisi¨®n de Comunidades (Montilla lo har¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 24, por ejemplo), se decidi¨® que los presidentes pod¨ªan mantener en el Senado el derecho a utilizar su idioma. Adem¨¢s, el Tribunal Constitucional acepta cierta extraterritorialidad de las lenguas en casos concretos.
Para el vicedecano de Ciencias Pol¨ªticas de la Complutense y profesor Jaime Ferri, la iniciativa es "excelente por razones pol¨ªticas y culturales". "Si es la c¨¢mara de representaci¨®n territorial [la definici¨®n que da la Constituci¨®n sobre el Senado] debe acoger las lenguas vern¨¢culas de los territorios". Ferri, que recientemente ha publicado El porvenir del Senado, cree que "no hay dificultad en el encaje constitucional". "La lengua oficial es el castellano y las dem¨¢s, en las comunidades. Dado que ese es el espacio de las comunidades, debe acoger esa realidad".
Aporta en favor de este argumento el hecho de que 56 senadores no son elegidos en las urnas, sino designados por los parlamentos aut¨®nomos. Se podr¨ªa aplicar el argumento de que representan a instituciones donde son oficiales esas lenguas.
Van-Halen (PP) advierte de que los parlamentarios no representan a sus circunscripciones, sino a todos los espa?oles. Y es cierto. En el sistema espa?ol, un senador o diputado por Castell¨®n no habla por Castell¨®n, sino por toda Espa?a. El debate jur¨ªdico no est¨¢ resuelto, y en la C¨¢mara alta nadie ha encargado a¨²n un informe al respecto.
El argumento del rid¨ªculo y, al fin y al cabo, si es o no de sentido com¨²n utilizar la lengua en la que todo el mundo se entiende, es el m¨¢s complejo, el que atraviesa ideolog¨ªas y territorios y, quiz¨¢, de su resoluci¨®n dependa el futuro de esta reforma. Pero s¨ª est¨¢ resuelto, en principio, en la Comisi¨®n de Comunidades. La socialista Leire Paj¨ªn dio una clave importante que el PP no supo responder: "?Hacen el rid¨ªculo los senadores en la Comisi¨®n de Comunidades Aut¨®nomas?". Tambi¨¦n se pregunt¨® si era rid¨ªculo que el Gobierno valenciano presione para que haya traducci¨®n del valenciano en las instituciones europeas.
S¨®lo hay que acudir al Diario de Sesiones para ver que la traducci¨®n simult¨¢nea est¨¢ muy lejos del rid¨ªculo. En marzo de 2006, los senadores tuvieron la primera oportunidad de estrenar el sistema en un debate de trascendencia nacional. Se tramitaba la reforma del Estatuto de la Comunidad Valenciana. El senador valenciano del PP Juan Jos¨¦ Ortiz habl¨® en lengua valenciana. Su presidente, Francisco Camps, en castellano. A nadie le extra?¨® ninguna de las dos cosas.
No es dif¨ªcil para un pol¨ªtico con cierta experiencia entender el catal¨¢n y el gallego, hablados pausadamente. "No hace falta ser Humboldt para entender catal¨¢n y gallego", dice Jaime Ferri. Pero el euskera s¨ª es muy dif¨ªcil. El PNV siempre pone de portavoz en esa comisi¨®n a aquel senador que mejor lo habla para poder lucirlo. En los debates de los estatutos la legislatura pasada habl¨® por el PNV Inmaculada Loro?o. Sus intervenciones iniciales las hac¨ªa en euskera. Sin embargo, cuando el debate entr¨® en el contenido de las enmiendas, se expresaba en espa?ol para que no hubiera dudas sobre el sentido de cada palabra. Y cerraba con un discurso en euskera.
En el debate del Estatuto de Catalu?a, el 5 de mayo de 2006, dijo: "Orain denbora gutxira arte Xuntako presidentea izan den Don Manuel Fragak nazionalitateak ezarri zirela Konstituzioan esan du eztabaida honetan, hiru nazioak sartzeko".
Manuel Fraga s¨®lo interviene para contestar alusiones. Y tener puestos unos cascos de traducci¨®n simult¨¢nea no lo impidi¨®: "No tengo el honor, aunque me apellido Iribarne, que quiere decir en medio del pueblo, de hablar bien el euskera y, por tanto, me remito a lo que se ha traducido, que estoy seguro que bien", dijo. Despu¨¦s, matiz¨® las palabras de la nacionalista. Lo de siempre, pero con cascos.
En el debate del Estatuto de Catalu?a, la diputada del PP Bel¨¦n Pajares habl¨® en catal¨¢n. Manuela de Madre, del PSC, en castellano. Daniel Sirera, diputado del PP en el Parlament, tambi¨¦n en castellano. "Mi lengua materna es el catal¨¢n", explica hoy Sirera, "pero me interesaba que en el Senado me entendiese el m¨¢ximo de gente. Tenemos que hacer un esfuerzo para que se nos entienda, no al rev¨¦s". En el Parlamento de Catalu?a, Sirera pregunta a Montilla en catal¨¢n, pero al portavoz de Ciudadanos, que utiliza el castellano, le contesta en castellano. Lo considera una cuesti¨®n de educaci¨®n. "Me ense?aron eso de peque?ito. Yo no tengo que ir educando a nadie [sobre el catal¨¢n]". Sirera cree que es "un debate, como todos los nacionalistas, de coger un poquito m¨¢s".
Hay otro precedente interesante. El 21 de junio de 2006, se organiz¨® algo llamado "Parlamento Joven" para celebrar los 30 a?os de democracia. El Senado invit¨® a 259 estudiantes de 16 a?os de toda Espa?a, en la misma proporci¨®n que los senadores, a simular una sesi¨®n parlamentaria. En el pleno, los chicos hablaron en sus lenguas vern¨¢culas. Se escucharon unos a otros con cascos. Quiz¨¢ porque desconoc¨ªan que eso no es lo habitual, nadie hizo la m¨¢s m¨ªnima observaci¨®n. La naturalidad del debate en cinco idiomas fue pasmosa. El elemento generacional, por tanto, tambi¨¦n deber¨¢ tenerse en cuenta.
El senador con m¨¢s experiencia en las instituciones europeas, donde se funciona con normalidad con traducci¨®n simult¨¢nea, es Llu¨ªs Mar¨ªa de Puig, catal¨¢n del PSC, que ha sido presidente durante dos a?os de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. "Si hablando en una lengua te entiende el 50% y en otra el 10%, es mejor utilizar aquella en la que te entienden m¨¢s. Yo siempre que puedo contesto en los idiomas que me preguntan [habla ingl¨¦s, franc¨¦s e italiano]. Es lo que hace la mayor¨ªa". En esa Asamblea, explica De Puig, son oficiales el franc¨¦s y el ingl¨¦s, y para tener traducci¨®n se lo tiene que pagar cada delegaci¨®n.
De Puig, en todo caso, rechaza el debate pr¨¢ctico. "El debate es pol¨ªtico. El sentido que tiene es si queremos reconocer Espa?a tal como es o no. Yo creo en el derecho. Es un tema de respeto".
Qu¨¦ quer¨ªa decir la Constituci¨®n cuando defini¨® el Senado como "c¨¢mara de representaci¨®n territorial" es algo que 32 a?os despu¨¦s no est¨¢ resuelto. Carreras enteras de constitucionalistas se han construido d¨¢ndole vueltas a esta frase. Que los senadores hablen en su lengua materna puede ser ineficiente, costoso, rid¨ªculo, absurdo, hasta dudosamente legal, pero es innegable que va en la direcci¨®n de esa definici¨®n constitucional. En palabras de Aguirre, hace 10 a?os: "La grandesa del nostre r¨¨gim parlamentari es manifestar¨¤ en tota la seua plenitud si som capa?os de vertebrar eixa pluralitat d'interessos, d'aspiracions, de projectes de vida en com¨² que constitu?xen l'enriquidora ess¨¨ncia de l'Espanya de hui".
Con informaci¨®n de Andreu Miss¨¦ y Rodrigo Carrizo.
B¨¦lgica y Suiza: dos confusos precedentes
En el debate sobre el uso o no de las cinco lenguas oficiales en el Senado, hay un aspecto en el que coinciden todos, y es evitar la comparaci¨®n con pa¨ªses multiling¨¹es como B¨¦lgica o Suiza. All¨ª, a diferencia de Espa?a, no hay una lengua com¨²n entendida por todos. Es decir, que hablar cada uno su lengua no es una cuesti¨®n simb¨®lica, sino obligada. Tampoco la comparaci¨®n con las instituciones europeas parece pertinente, por la misma raz¨®n. Pero la forma en que se organizan para hacer pol¨ªtica s¨ª merece atenci¨®n.
En B¨¦lgica, las dos lenguas, el flamenco y el franc¨¦s, son oficiales en todo el pa¨ªs. En los parlamentos regionales se utiliza la mayoritaria en la regi¨®n, igual que en Espa?a. En el Parlamento Federal, cada uno habla en su idioma de origen. Los diputados se entienden unos a otros con un sistema de traducci¨®n simult¨¢nea. No es un agravio. Simplemente, es lo normal. Hay m¨¢s flamencos que entienden franc¨¦s que viceversa, pero esa no es la cuesti¨®n.
Los pol¨ªticos belgas, cuando llegan al nivel del Parlamento Federal, suelen al menos entender las dos lenguas, de forma que cada uno puede hablar en la suya y entender la contestaci¨®n con normalidad. Se da por hecho que a ese nivel de responsabilidad se llega con esos conocimientos.
De igual manera, los ministros del Gobierno federal se expresan habitualmente en sus comparecencias p¨²blicas en los dos idiomas alternativamente. En B¨¦lgica, el que quiere hacer pol¨ªtica al m¨¢ximo nivel sabe que tiene que manejarse m¨ªnimamente en las dos lenguas.
En Suiza, la situaci¨®n es todav¨ªa m¨¢s complicada. Hay cuatro lenguas oficiales: franc¨¦s, alem¨¢n, italiano y romanche. Sin embargo, en el Parlamento de la Confederaci¨®n no hay ning¨²n problema. Cada uno de los diputados habla en su propia lengua y hay traducci¨®n simult¨¢nea para todos. Ni siquiera se entienden todos, aunque s¨ª algunos, entre los que hablan alem¨¢n y los que hablan franc¨¦s.
Al igual que en B¨¦lgica, los miembros del Gobierno se manejan como m¨ªnimo en alem¨¢n y franc¨¦s. El italiano es muy minoritario.
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