En la Guerra Civil de Cartier-Bresson
Un investigador espa?ol halla en Nueva York la pel¨ªcula que el fot¨®grafo film¨® sobre la Brigada Lincoln en Quinto de Ebro - El material se cre¨ªa perdido desde 1938
Los h¨¦roes de la Brigada Lincoln no llevaban uniforme. Tampoco iban rapados al cero y muchos, en vez de casco, usaban gorros de lana para rascarse el fr¨ªo a la orilla del Ebro. Los voluntarios de la Brigada Lincoln eran idealistas y parranderos. Fumaban, re¨ªan, cantaban y para ellos carec¨ªa de importancia el miedo. Peor era dejar pasar a los fascistas.
Ven¨ªan de Estados Unidos, Canad¨¢, Gran Breta?a. Muchos fueron parte importante de los 2.800 americanos de las Brigadas Internacionales y participaban en varios batallones. Los que ca¨ªan en el frente eran sustituidos en la formaci¨®n por espa?oles del ej¨¦rcito republicano. Su contribuci¨®n a la guerra, entre 1937 y 1938, fue filmada por el fot¨®grafo Henri Cartier-Bresson en un documental que se daba por perdido. Juan Salas, investigador de la Universidad de Nueva York, lo ha encontrado tras una b¨²squeda de a?os. Se titula Con la Brigada Lincoln en Espa?a y el 27 de mayo ver¨¢ la luz en la Filmoteca Espa?ola.
El filme rescatado se proyectar¨¢ el 27 de mayo en la Filmoteca Nacional
Juan Salas: "Robert Capa cedi¨® algunos planos para el documental"
No fue el ¨²nico trabajo que Cartier-Bresson hizo sobre la Guerra Civil. En total, film¨® tres documentales: Victoria de la vida y Espa?a vivir¨¢ son los otros dos. Se proyectar¨¢n tambi¨¦n en la Filmoteca. El cine fue un amante esquivo para aquel rey de la fotograf¨ªa que fund¨®, tras la Segunda Guerra Mundial, la agencia Magnum. "Al principio le fascinaba, pero despu¨¦s se decepcion¨® por la lentitud del proceso", comenta Salas.
Del poder inmediato de una foto a la labor de meses requerida por un documental pod¨ªa mediar un tiempo precioso para remover conciencias. Cartier-Bresson quiso aprender cine fascinado por Bu?uel. "Incluso intent¨® ser ayudante de direcci¨®n suyo". Pero don Luis le rechaz¨®. Algo que no hizo despu¨¦s Jean Renoir, para quien trabaj¨® de asistente en Una salida al campo y La vie est a nous. Aun as¨ª, en sus documentales espa?oles se aprecia la huella de Las Hurdes, por ejemplo. "Bu?uel fue una influencia evidente. ?sa y la de otros artistas de la revista Documents o directamente del cine sovi¨¦tico".
Motivado con esa nueva arma de la comunicaci¨®n, Cartier-Bresson quiso arrimar el hombro. Estudiaba cine documental en Nueva York con Paul Strand, uno de los artistas de izquierdas m¨¢s activos en al apoyo a la Rep¨²blica Espa?ola en la ciudad. "R¨¢pidamente le dijo que contactara con Herbert Kline en Par¨ªs y que escribieran un gui¨®n".
Lo hicieron juntos y se presentaron al lado de Jacques Lemare en el frente del Ebro. Con sus c¨¢maras Eyemo (70 A) de 35 mil¨ªmetros. "La idea era filmar el d¨ªa a d¨ªa de los voluntarios, mostrar la diversidad de procedencias, los atuendos. Como una fuerte motivaci¨®n pol¨ªtica pod¨ªa suplir la disciplina de un ej¨¦rcito regular y ser efectivos". La pel¨ªcula muestra c¨®mo viv¨ªan, qu¨¦ com¨ªan, c¨®mo se ba?aban y la distinta suerte que corr¨ªan en el frente.
Todo eso y m¨¢s en 18 minutos. Pero tambi¨¦n incluye im¨¢genes de ciudadanos leyendo en la calle. "Ensalzaban los logros de la pol¨ªtica educativa de la Rep¨²blica". Aunque el grueso se centra en el d¨ªa normal de un batall¨®n. Con sus glorias y sus miserias. Su indestructible mentalidad y su incierta suerte. Hay escenas de camarader¨ªa y sacrificio. Im¨¢genes que captan el jolgorio, el fr¨ªo pel¨®n, la sopa aguada, el pan gomoso y un aire an¨¢rquico en la organizaci¨®n y las arengas con que trataba de insuflar ¨¢nimos Robert Merriman, profesor de Econ¨®micas de la Universidad de California, que fue comandante de la Lincoln. Tambi¨¦n hay sangre. La lucha, las bombas y los hospitales de Villa Paz, en Saelices, y Benic¨¤ssim. "Se film¨® para recaudar fondos que ayudaran a repatriar los heridos a EE UU".
Llegaron tarde, pero se estren¨®. "Fue el 21 de mayo de 1938 en el cine Cameo de la calle 42". Despu¨¦s, la pel¨ªcula desapareci¨®. Hasta Pierre Assouline, bi¨®grafo de Cartier-Bresson, la dio por destruida en el libro que le dedica a la vida del fot¨®grafo. Eso no evit¨® que a Juan Salas le picara la curiosidad.
Descubri¨® el material en las oficinas que todav¨ªa tiene la Brigada en Nueva York. Cotej¨® con unas fotos que Harry Randall, sargento del batall¨®n, hab¨ªa hecho el d¨ªa que los tres documentalistas llegaron a Quinto de Ebro y resolvi¨® el enigma. "Las fotos de los cineastas c¨¢mara en mano hechas por los voluntarios muestran a estos filmando escenas que aparecen en el documental. Fue lo que me permiti¨® probar que es la pel¨ªcula de Cartier-Bresson".
Entre los fotogramas de Con la Brigada Lincoln en Espa?a hay otra curiosidad: planos de Robert Capa que Juan Salas ha descubierto por otra parte. La culpa es de un campesino y su horca de madera. Hab¨ªan encargado a este profesor madrile?o de la NYU un art¨ªculo sobre alg¨²n aspecto de la famosa maleta del fot¨®grafo. "El campesino de una de las im¨¢genes aparec¨ªa en la pel¨ªcula". Con el mismo gesto, la misma herramienta, el mismo traje. Las fotos de ese d¨ªa y las im¨¢genes son las mismas. Como era amigo de Cartier-Bresson le debi¨® ceder su material para la pel¨ªcula".
Fue un trabajo de concienciaci¨®n, de lucha, de compromiso. No se preocupaban de la autor¨ªa. Todo val¨ªa. "Aunque s¨ª hay una voluntad de estilo, tambi¨¦n una narrativa coherente y una estructura clara. Era un arma pol¨ªtica". Hay travellings inversos y curiosos primeros planos. M¨¢s trat¨¢ndose de un fot¨®grafo que resaltaba las tomas medias. En ellas se aprecia vida, sonrisas y barbas cerradas. Tambi¨¦n muerte y heridas. Luces y sombras de una memoria que no se debe extinguir.
La odisea de un instante
- Con la Brigada Lincoln en Espa?a, pel¨ªcula perdida de Henri Cartier-Bresson sobre la Brigada Lincoln y hallada en Nueva York, dura 18 minutos.
- Se estren¨® el 21 de mayo de 1938 en el cine Cameo,
de la calle 42 de Manhattan. Despu¨¦s, el material desapareci¨®.
- Hasta Pierre Assouline, bi¨®grafo de Cartier-Bresson, daba por hecho en un recuento sobre la vida del fot¨®grafo que el celuloide estaba perdido para siempre.
- Juan Salas encontr¨®
los rollos en la oficina neoyorquina de la Brigada Lincoln.
Babelia
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