?Qui¨¦nes son nuestros contempor¨¢neos?
La filosof¨ªa es un asunto que nos pone en relaci¨®n con los muertos, m¨¢s que con los vivos. El tratamiento filos¨®fico de cualquier problema convoca inevitablemente a personajes desaparecidos que quieren participar en la conversaci¨®n y hacer valer sus puntos de vista. La filosof¨ªa constituye una conversaci¨®n online con los muertos, hasta tal punto que cuando uno se pone en relaci¨®n con los fil¨®sofos que todav¨ªa viven parece que los est¨¢ queriendo enviar al otro mundo. Tal vez esto nos induce a pensar que, en el fondo, todos los fil¨®sofos del pasado est¨¢n mal enterrados y los actuales forman parte de una comunidad en la que nadie est¨¢ ni demasiado vivo ni demasiado muerto. El historiador de la filosof¨ªa contempor¨¢nea hace algo que luego har¨¢ la historia: seleccionar a unos y matar del todo a otros. De ah¨ª el temor que en este oficio se tiene a la hora de enjuiciar las cosas y que quienes observan desde fuera la operaci¨®n suelan ser tan poco comprensivos con la dificultad de la tarea. El trabajo de los enterradores siempre ha sido algo ingrato y mal remunerado. La historia de la filosof¨ªa contempor¨¢nea es la m¨¢s arriesgada de todas las historias del pensamiento. Manuel Cruz habla incluso de que la misma expresi¨®n tiene mucho de parad¨®jico, cuando no de contradictorio. La cercan¨ªa en el tiempo sugiere familiaridad y evidencia, pero en realidad es todo lo contrario. Hay una extra?eza que procede de las cosas que tenemos demasiado cerca, sobre las que no ha pasado todav¨ªa el plebiscito an¨®nimo del tiempo, que no han terminado de instalarse en lo com¨²nmente sabido. El presente tiene una opacidad de la que carece el pasado, una oscuridad muy distinta de la que es propia de lo remoto. Es la ininteligibilidad de lo demasiado inmediato. Distinguir las voces valiosas entre aquellas que a¨²n no se han apagado, cuando la partida est¨¢ en juego, es una tarea para la que se necesita m¨¢s osad¨ªa que a la hora de examinar otros periodos de un pasado lejano, donde ya hay muchas cosas que apenas son controvertidas. Por eso quien no se sienta inc¨®modo escribiendo historia de la filosof¨ªa contempor¨¢nea es que no sabe bien lo que hace. Esta complejidad sirve como disculpa cuando la tarea no sale bien o para protegerse al menos del juicio severo, pero es tambi¨¦n lo que hace que admiremos especialmente a quienes han salido ilesos del empe?o e incluso lo han hecho bien, como es el caso de este libro. Puede ser que las cosas le hayan salido bien porque Manuel Cruz cuenta con la ventaja de moverse con comodidad en distintas tradiciones, porque no es un hooligan de ninguna escuder¨ªa, sino alguien que lleva tiempo circulando por las zonas de contacto entre diversas concepciones del mundo, las tradiciones anal¨ªtica, dial¨¦ctica y fenomenol¨®gica, a partir de las cuales dise?a su estrategia de ordenaci¨®n de la filosof¨ªa del siglo XX.
Filosof¨ªa contempor¨¢nea
Manuel Cruz
Taurus. Madrid, 2010
432 p¨¢ginas. 20 euros
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