La fumigaci¨®n
La realizadora Sabina Guzzanti, en una entrevista con el canal internacional de la RAI, aseguraba que el cine neorrealista italiano, pese a contener una ¨¢cida cr¨ªtica del pa¨ªs, hab¨ªa servido para que Italia fuera m¨¢s querida y admirada en el mundo. Se sacud¨ªa as¨ª la acusaci¨®n del Gobierno de Berlusconi de ser una mala patriota por mostrar en el Festival de Cannes su documental Draquila, sobre la manipulaci¨®n y los intereses ocultos tras el terremoto y la reconstrucci¨®n de L'Aquila. Desde hace tiempo parece que para criticar la sociedad en la que vives fuera imprescindible compartir la vida de misticismo y austeridad de Santa Teresa. Desacreditar los discursos cr¨ªticos demonizando a sus portadores se ha convertido en una estrategia manida. Lo natural ser¨ªa desmontar los errores o las manipulaciones de la obra en concreto, pero no poner a funcionar la m¨¢quina de lluvia, esa que transforma a cualquier cr¨ªtico en radical, maniqueo y rencoroso.
Pero la estrategia funciona. El espectador, que ya no se f¨ªa de nadie, va qued¨¢ndose hu¨¦rfano y solo. Ese tira y afloja ideol¨®gico fabrica monstruos de cada disidencia. Son m¨¢quinas de fumigar, que exterminan los desencuentros naturales que siempre han ayudado a hacer mejor la sociedad. Israel negaba a Noam Chomsky el permiso para cruzar la frontera jordana como semanas atr¨¢s imped¨ªa que el payaso Iv¨¢n Prado viajara a Ramala para promover la risoterapia en territorios zarandeados. Y los extremismos se van acrecentando no ya s¨®lo por la incapacidad de o¨ªr al contrario, sino por la obligatoriedad de detestarlo. El Gobierno franc¨¦s acaba de lograr la liberaci¨®n de la profesora Clotilde Reiss, retenida en Ir¨¢n por haber hecho fotos con su m¨®vil de las protestas contra el fraude electoral tras las elecciones presidenciales. Ha costado caro sacarla y el Gobierno de Sarkozy ha tenido que conceder a Ir¨¢n beneficios a presos iran¨ªes en c¨¢rceles francesas. Quiz¨¢ all¨ª la oposici¨®n no va a insultarlo ni tildarlo de blando ni c¨®mplice del enemigo. En la era de la informaci¨®n global, el traslado de informaci¨®n, de opini¨®n, de cr¨ªtica, es tratado con mayor rigor que el tr¨¢fico de armas. Esto deber¨ªa alentarnos y no desanimarnos. Estar informado consiste en escucharlo todo, no s¨®lo utilizar la oreja que m¨¢s nos conviene.
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