Periodistas

Ojal¨¢ que los futuros periodistas se rebelen. Ojal¨¢ que a pesar de enfrentarse a un escenario complicado intuyan que hoy el periodismo es m¨¢s necesario que nunca y sean conscientes de que los medios, engolfados con el politiqueo, est¨¢n ignorando esas historias an¨®nimas que definir¨ªan el extra?o momento que estamos atravesando. Ojal¨¢ que no sean c¨ªnicos, que ejerzan una cr¨ªtica implacable contra esos personajillos que desde hace tiempo inundaron las pantallas y no han servido m¨¢s que para sembrar la creencia de que es leg¨ªtimo ganar dinero sin hacer el m¨ªnimo esfuerzo. Ojal¨¢ que no sean mansos y no se dejen arrastrar por esa corriente venenosa que consiste en acudir a las ruedas de prensa para tomar nota sin rechistar. Ojal¨¢ que sean tan honrados como para desconfiar del pol¨ªtico que les paga un viaje convirti¨¦ndoles en parte de su corte. Ojal¨¢ que entiendan que el mejor periodista, en contra de la pr¨¢ctica tan habitual en Espa?a, es el que se mantiene lejos del poder, no el que alardea de estar en la pomada. Ojal¨¢ que defiendan la dignidad de su oficio y que aspiren a ser profesionales y no eternos amateurs. Ojal¨¢ que tengan el amor propio necesario como para dar m¨¢s de lo que se les pide, y que no lo hagan por el medio sino por ellos mismos. Ojal¨¢ que entiendan que en esta situaci¨®n econ¨®mica que va a cambiar la vida de varias generaciones es necesario darle voz a los olvidados y s¨®lo un buen periodista puede hacerlo. Dada la precariedad del empleo, la docilidad es tentadora, pero ojal¨¢ que no sean d¨®ciles, porque al margen de la invasi¨®n de los opinadores, que de manera gratuita exaltan (exaltamos) los ¨¢nimos de los ciudadanos, nos hace falta informaci¨®n. Ojal¨¢ que haya una nueva generaci¨®n batalladora que demuestre que el periodismo sigue vivo, que a lo mejor los que estamos un poco muertos somos nosotros.