"S¨®lo escribo aquello que vivo, que siento, que experimento"
Si Diana Bellessi (Santa Fe, 1946) fuera un trago, ser¨ªa explosivo, aun peinando canas. Si fuera un libro -es muchos-, ser¨ªa Tener lo que se tiene (Adriana Hidalgo), un monumento de 1.200 p¨¢ginas que re¨²ne 35 a?os de su poes¨ªa y que ha ganado en la Feria del Libro de Buenos Aires el premio al mejor libro argentino de creaci¨®n literaria de 2009. Ella prefiere considerar esa summa po¨¦tica "inquietante" antes que consagratoria. "Mete un poco de miedo, ?no? Los poetas somos autores de una ¨²nica edici¨®n, a los que muchas veces los lectores llegan gracias a las fotocopias. Que a una le publiquen un volumen as¨ª da alegr¨ªa, pero inquieta, m¨¢s cuando una no se ha muerto y contin¨²a en franco proceso de producci¨®n", bromea la autora de La rebeli¨®n del instante, mientras enciende el quinto cigarrillo de una entrevista que durar¨¢ la ceniza de 14 largos y rubios Virginia Slims.
i>Tener lo que se tiene.
Diana Bellessi.
Adriana Hidalgo Buenos Aires/Madrid 2009
1.226 p¨¢ginas. 32 euros.
De prestigio internacional, traducida al ingl¨¦s por la emperatriz de la ciencia-ficci¨®n, Ursula K. Le Guin (con quien public¨® Gemelas del sue?o, un volumen con poemas de ambas), y reconocida como una de las voces que m¨¢s ha influido a generaciones posteriores de poetas argentinos (algo que ella niega: "Yo soy parte de un torrente y es dif¨ªcil discernir cu¨¢nto he podido influir a otros y cu¨¢nto otros m¨¢s j¨®venes han influido en m¨ª"), la traves¨ªa l¨ªrica de Bellessi reconoce distintas tem¨¢ticas y ahondamientos. Comenz¨® marcada por una fuerte tradici¨®n de ruptura y por el descubrimiento de lo latinoamericano como se?a de identidad (Crucero ecuatorial, Danzante de doble m¨¢scara). Hacia fines de los ochenta (Eroica, 1988), milit¨® en el cuerpo a cuerpo del deseo l¨¦sbico, por entonces una parcela poco frecuentada en la poes¨ªa regional. Libros posteriores como El jard¨ªn (1994) y Sur (1998) la fueron acercando "con una agua que fluye m¨¢s larga y m¨¢s tranquila" al paisaje del detalle como ADN literario, a "la apreciaci¨®n de lo peque?o, de lo in¨²til".
"A m¨ª", dir¨¢ Bellessi cuando el humo ha ganado el espacio entre las dos (?cu¨¢ntos cigarrillos van ya?), "me cuesta hablar de lo que no toco. S¨®lo escribo aquello que vivo, que siento, que experimento". Confesi¨®n a tono con su "vida andariega". Siendo muy joven, con su ¨²ltimo sueldo de maestra rural en el bolsillo, la "fascinaci¨®n del camino" la llev¨® a viajar por Am¨¦rica Latina, haciendo autoestop. Esa experiencia se desdobl¨® en mil poemas y oficios. Fue contrabandista de poca monta, limosnera en las calles, trabajadora de imprentas, artesana del cuero, reportera especializada en rock... Vivi¨® en el sur del Bronx estadounidense como ilegal y de regreso a Argentina, en plena primavera democr¨¢tica, form¨® parte de un proyecto que inclu¨ªa talleres de redacci¨®n en las c¨¢rceles y dio clases para letristas de canciones. La docencia, los viajes y la escritura (en ese orden o en cualquier otro) son las pasiones en las que invierte su tiempo.
Tener lo que se tiene puede leerse, pues, como una autobiograf¨ªa po¨¦tica: el entramado cocido a fuego lento de su infancia en el campo, en medio de la "pampa gringa", trabajada por inmigrantes de origen italiano ("de chica, yo ve¨ªa pasar el tren al atardecer y para m¨ª era como el Transiberiano, de all¨ª naci¨® mi amor por la aventura"), de sus lecturas ("una persona como yo que se cri¨® en casas ampliadas de parientes donde muchos eran analfabetos, est¨¢ marcada por la pasi¨®n por devorar el mundo ilustrado"), de sus diversos oficios "por deseo y por necesidad" y de su compromiso social. Por eso uno puede encontrar textos en los que, dictadura mediante, la escritura era resistencia: "Un aro de m¨²sica para esta ma?ana. / Un viento del oeste / y la decisi¨®n de sostener la vida / entre los brazos abiertos", como se lee en Tributo del mudo, de 1982. Otros protagonizados por "piqueteros" (manifestantes de distintos movimientos sociales) o por una drag queen de la noche rioplatense. Pero tambi¨¦n, la complejidad de la permanencia, el deseo de explorar c¨®mo de intenso es lo conocido que regresa: "Tibio el pan y el caf¨¦ / en la juventud del d¨ªa / iluminado apenas / por una nube de oro / que se expande al oriente// como en m¨ª la belleza / de despertarme aqu¨ª / o donde fuera abrigada / por la sangre y el calor / de esta vida y¨¦ndose..." ('Sin asidero').
Tener lo que se tiene, la serie que da nombre a esta poes¨ªa reunida, profundiza su preocupaci¨®n por la belleza como "diversidad extraordinaria de la existencia". "El libro se detiene en la peque?a voz del mundo, en la observaci¨®n de cada una de estas peque?as cosas -una pareja de zorzales, el verano, las ranas...- , que mi ojo decreta de una belleza descomunal", sostiene Bellessi. "Somos parte de lo existente en constante transformaci¨®n, donde el horror y lo maravilloso son consecutivos y sincr¨®nicos y estamos invitados a mirar eso, a pensarlo. La belleza es tambi¨¦n c¨®mo se rebela esa melancol¨ªa". All¨ª, la tarea de la poes¨ªa: "Su sentido es recordar que lo peque?o es enorme; que lo que importa, finalmente, es ese tonto peque?o coraz¨®n humano, que de tanto en tanto, a pesar de su sordera, se escucha, escucha a los otros y escucha el concierto del mundo".
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