La justicia es lenta; la injusticia, r¨¢pida
En Espa?a la justicia es lenta. Es lenta para proteger los derechos y libertades de los ciudadanos. Es lento el Tribunal Supremo para resolver recursos. Es superlento el Constitucional para renovarse, gracias a que su situaci¨®n actual aprovecha a determinados partidos pol¨ªticos, y es provocadoramente lento para resolver un recurso por encima de voluntades auton¨®micas, acuerdos parlamentarios o referendos ciudadanos. Es lenta, s¨ª, y eso ya no es justicia.
Pero estoy asombrada de la rapidez que tiene cuando quiere realizar injusticias o perpetrar atropellos jur¨ªdicos. Me imagino al magistrado Luciano Varela trabajando ma?ana, tarde y noche para resolver en un solo d¨ªa m¨¢s de cinco recursos, y en alg¨²n caso, sobre todo cuando se quiere defender a s¨ª mismo, con much¨ªsimos folios. Todo ello con una finalidad: que llegue al Consejo del Poder Judicial un auto apresurado, pero suficiente para ¨¦l, por la finalidad que persigue, en el que inicia el juicio oral contra Baltasar Garz¨®n. Un Garz¨®n al que, por supuesto, Varela le ha denegado todas sus pruebas, al tiempo que se las ha admitido al seudosindicato Manos ?qu¨¦?, al que, adem¨¢s, cual maestro ejemplar, le ha dictado, a su gusto, un escrito de acusaci¨®n. El que supuestamente era el juez, con sus lecciones magistrales a Manos ?qu¨¦?, se ha convertido de hecho en el ¨²nico acusador de Garz¨®n. Y todo ello en 24 horas. ?Hab¨¦is conocido alguna vez, ciudadanos, profesionales del Derecho, tal rapidez?
?Qu¨¦ prisas se han dado para suspender al juez Baltasar Garz¨®n!
Y en cuanto al Consejo del Poder Judicial, ?hab¨¦is observado la celeridad sorprendente de que en dos d¨ªas se convoquen las reuniones necesarias para poder suspender al juez Baltasar Garz¨®n, y esta se acuerde con presteza y unanimidad? La consumaci¨®n de la injusticia fue r¨¢pida, en dos horas despacharon el tema y, acto seguido, llamaron por tel¨¦fono a Garz¨®n para decirle que estaba suspendido en sus funciones y que ten¨ªa que dejar la Audiencia Nacional. Y ah¨ª se terminaron las prisas. Misi¨®n cumplida: el juez Garz¨®n hab¨ªa sido humillado.
Se rechaz¨® incluso la posibilidad de dar una salida digna, por temporal que fuera, al asunto accediendo previamente a que Garz¨®n se fuera en comisi¨®n de servicios a La Haya. Esto ya no ten¨ªa tanta prisa y se ver¨ªa despu¨¦s. Porque somos mayor¨ªa los que tenemos la seguridad de que, en alg¨²n momento, nuestros tribunales ver¨¢n la raz¨®n y desmontar¨¢n toda esta trama de envidias, rencillas y disparates jur¨ªdicos que estamos viviendo, y de que, si llega a ser juzgado, Garz¨®n ser¨¢ absuelto.
Se nos ha dicho que el Consejo del Poder Judicial no ten¨ªa m¨¢s remedio que suspender al magistrado una vez que hab¨ªa recibido el auto de apertura del juicio oral. ?Pero se preocuparon sus se?or¨ªas del Consejo de averiguar el porqu¨¦ de la rapidez del juez Varela? Si ese auto es firme porque en principio no tiene recurso, ?no recibieron ninguna noticia de que penden otros varios recursos ante la Sala del Tribunal Supremo, algunos de ellos de suma importancia, para no consumar este ataque sin precedentes a Garz¨®n?
Quiero recordar que existen dos recursos, de importancia extrema, para resolver antes de seguir adelante. De un lado, la defensa de Garz¨®n ha presentado recurso contra otro auto del r¨¢pido Varela haciendo constar que la instrucci¨®n no estaba terminada puesto que estaba recurrida la denegaci¨®n de la totalidad de las pruebas solicitadas por el magistrado, lo que supone una absoluta indefensi¨®n.
Por otra parte, tanto el ministerio fiscal como la defensa de Garz¨®n presentaron recursos de nulidad de actuaciones ante lo ins¨®lito del actuar del instructor dando instrucciones precisas tanto a Falange como a Manos ?qu¨¦? para que volvieran a hacer los escritos de acusaci¨®n en la forma que ¨¦l les indicaba, lo que evidencia una actuaci¨®n totalmente contraria al procedimiento. El ministerio fiscal solicita que se tengan por no hechas en forma esas acusaciones y, en consecuencia, se archive el procedimiento.
Pero eso no importaba. Los miembros del Consejo ni tan siquiera concedieron una oportunidad a la Sala para conocer esos recursos determinantes a la hora de seguir o no con la acusaci¨®n. Solo les interesaba suspender a Garz¨®n. Los derechos y la justicia, ya se ver¨¢.
S¨¦ que hay muchos jueces que no comparten esta concepci¨®n de la justicia. S¨¦ que hay muchos que realizan un cotidiano trabajo, a veces extenuante, para impartir justicia a los ciudadanos. A todos y a todas les muestro mi respeto. Pero s¨ª quiero expresar mi m¨¢s rotunda indignaci¨®n por lo que est¨¢ ocurriendo con Garz¨®n.
Despu¨¦s de 42 a?os como abogada, muchos luchando por una justicia democr¨¢tica, que para nada exist¨ªa en mis primeros tiempos de duro ejercicio profesional, cuando defend¨ªa a trabajadores y presos pol¨ªticos durante el franquismo, no puedo quedarme impasible ante la posibilidad de que en nombre de la justicia, que recuerdo que "emana del pueblo", se puedan cometer este tipo de atropellos. La sociedad necesita sentirse amparada por la credibilidad y la confianza en sus instituciones de justicia, y hoy esa credibilidad est¨¢ totalmente en entredicho, no solo en Espa?a, sino en todos los pa¨ªses democr¨¢ticos.
Por ello termino al contrario de como empec¨¦: la injusticia es r¨¢pida.
Cristina Almeida es abogada.
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