Gloria al Pr¨ªncipe
Milito descompone al rival, enloquece a la afici¨®n y devuelve la 'orejona' a la familia Moratti
Parece que no se mueve, que siempre est¨¢ fatigado. Con esos hombros ca¨ªdos, esos brazos hacia abajo pegados a las caderas. Parece que tarda un mundo en desplazar su metro y 85 cent¨ªmetros. Pero no. Diego Milito siempre llega el primero. Defiende y protege la pelota con una facilidad tan asombrosa que uno tiene miedo a pesta?ear y perderse sus movimientos. Diego se mueve. Y r¨¢pido. Cae a una banda, luego cae a otra. Hace subir al equipo. Busca paredes, una tras otra. Hasta llegar a porter¨ªa.
Anoche, en el fondo de los aficionados del Inter, las pancartas eran casi todas para ¨¦l. Para Il Principe, como le llaman los hinchas. Corearon su nombre como el que m¨¢s. Diego tard¨® 35 minutos en marcar ese gol que le reclamaban. Julio C¨¦sar lanz¨® un saque de casi 60 metros. All¨ª estaba Milito, baj¨® el bal¨®n con la cabeza buscando la pared con Sneijder. El holand¨¦s se la devolvi¨® y Milito la control¨® sin despeinarse. Como la controlan los goleadores que no se arrugan ni en una final tan importante. Gol. Lo celebr¨® abriendo los brazos y se fue volando hacia el c¨®rner. Era el quinto gol de Milito en Europa. El 29 de la temporada contando Liga, Coppa y Champions. Un minuto despu¨¦s, volvi¨® a buscar la pared con Sneijder, pero a la inversa. El portero impidi¨® que el marcador se pusiera en 0-2. El delantero argentino se ha adaptado r¨¢pidamente al juego del Inter y parece que lleva toda la vida con la camiseta neroazzurra. "Estoy feliz, exultante, es un sue?o", grit¨® luego Milito, rendido a Mourinho: "No tengo palabras para agradecerle lo que ha hecho por m¨ª. Nos ha dado una verdadera identidad, le estar¨¦ eternamente agradecido".
El jueves por la ma?ana, en el hotel de concentraci¨®n, se paseaba tranquilo. Como aquel que est¨¢ de visita, que ha venido a ver a unos amigos y no a jugar una final europea. Y esa tranquilidad parece haberla transmitido al resto de sus compa?eros.
Mourinho dijo la v¨ªspera que ¨¦l no ten¨ªa presi¨®n. Que no le preocupaba que el Inter se hubiera coronado por ¨²ltima vez hace 45 a?os. "38, 45, quinta, primera, eso da igual, sigue siendo una final de Champions", dijo. Los hinchas se encargaron de recordarle que no, que no era una final, que era "la final". En San Siro desplegaron una pancarta enorme que pon¨ªa A Madrid v¨¢monos juntos. Anoche acogieron al equipo con otro mosaico enorme: Y ahora, coronemos el sue?o todos juntos. La corona la puso Milito. De nuevo. Control¨® la pelota a su manera. Hizo un par de amagos, se comi¨® a Van Buyten y luego super¨® el portero. Y gol. Se fue de nuevo a celebrarlo hacia el c¨®rner. Otra vez con los brazos abiertos. Los que representan la imagen de la tercera Copa de Europa del Inter.
Massimo Moratti ten¨ªa 14 a?os cuando vio llorar a su padre Angelo. Fue en las tripas del Prater de Viena. Angelo dio un abrazo a Santiago Bernab¨¦u y rompi¨® a llorar. El Inter acababa de derrotar al Madrid de Alfredo Di St¨¦fano y de ganar su primera Copa de Europa. Era el a?o 1964. Angelo Moratti era el presidente. La primera vez que vio jugar al Inter fue en Roma. Estaba de viaje de novios con Herminia. Era su mujer la verdadera forofa. Era el a?o 1933, y 22 a?os despu¨¦s Angelo compraba el club. Desde 1995 el due?o es Massimo Moratti, su hijo, que se ha gastado casi 800 millones de euros en comprar jugadores y entrenadores en los ¨²ltimos 15 a?os. Anoche volvi¨® a llorar, con 65 a?os reci¨¦n cumplidos. Y tal como dese¨® Mourinho, ahora podr¨¢ figurar al lado de la foto en blanco y negro del gran Inter de Helenio Herrera en las paredes de la Pinetina, la ciudad deportiva de los neroazzurri.
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