Corrupci¨®n en Catalu?a
Los 'casos Pretoria' y 'Palau' obligan a reaccionar y a asumir responsabilidades a PSC y CiU
La recta final hacia las elecciones catalanas del pr¨®ximo oto?o est¨¢ plagada de campos de minas. Los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n del Palau de la M¨²sica y el caso Pretoria apuntan a los dos grandes partidos sobre los que ha gravitado la vida pol¨ªtica catalana desde la Transici¨®n: CiU y PSC. En el primero hay indicios de financiaci¨®n irregular a trav¨¦s de empresas de la construcci¨®n. En el segundo, los afectados son socialistas y convergentes: 32 millones de euros dejaron de ingresar tres ayuntamientos por la voracidad de los comisionistas, destacados miembros de ambas formaciones que se hac¨ªan con las plusval¨ªas.
Entre los imputados hay nombres ilustres: Maci¨¤ Alavedra y Llu¨ªs Prenafeta, ex consejeros de Jordi Pujol y hombres vinculados al llamado sector negocios de los nacionalistas. Por el lado socialista, el ex diputado auton¨®mico y ex sindicalista Luis Garc¨ªa -cerebro de la trama- y el ex alcalde de la localidad obrera de Santa Coloma, Bartomeu Mu?oz, que vive en uno de los barrios m¨¢s exclusivos de Barcelona. Presuntos corruptos, pues, que han crecido y se han alimentado parasitariamente de la llamada sociovergencia, en los intersticios entre el sector p¨²blico y el privado, pues tambi¨¦n hay empresarios imputados.
Las grabaciones telef¨®nicas realizadas por la Guardia Civil muestran, por otro lado, la catadura moral de los implicados, que se expresan en t¨¦rminos despectivos hacia otros pol¨ªticos, dando una imagen bastante deplorable.
El caso Pretoria llueve sobre una sociedad ya mojada por el esc¨¢ndalo del Palau de la M¨²sica: un desv¨ªo de 35 millones realizado por saqueadores con aire de respetables padres (de la patria). La diferencia entre ambos sumarios ha sido la eficacia de la instrucci¨®n. La investigaci¨®n del asunto Pretoria por la Audiencia Nacional ha sido muy completa, mientras que en el del Palau es la prensa la que marca la pauta desvelando lo que hay.
Ambos casos suponen una clara se?al de alerta para CiU y PSC. La irritaci¨®n provocada por estos esc¨¢ndalos explica m¨¢s que otros motivos que suelen citarse el creciente desapego hacia los pol¨ªticos de una ciudadan¨ªa que les paga con sus impuestos. Pero nadie parece dispuesto a asumir responsabilidades. El corporativismo partidista exhibido (por ejemplo, dando cargos de responsabilidad hace un par de semanas a dos imputados en el caso Pretoria del Ayuntamiento de Santa Coloma), as¨ª lo atestigua. Solo se reacciona cuando los hechos trascienden a la opini¨®n p¨²blica.
En medio de este panorama tan desmoralizador cabe destacar, sin embargo, que, seg¨²n se desprende del sumario, los poderosos capos de la red Pretoria no lograron llegar a la cabeza del poder pol¨ªtico. Las presiones que la trama ejerci¨® sobre el presidente Montilla y los consejeros Castells y Nadal no surtieron efecto. Una muestra de que no toda la pol¨ªtica es un lodazal, aunque en todos los partidos haya quienes se mueven en el barro como pez en el agua.
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