Israel ordena la expulsi¨®n inmediata de todos los activistas detenidos

Israel decidi¨® anoche resolver por la v¨ªa directa el problema de los detenidos de la flotilla, casi 600 personas. Y orden¨® su puesta en libertad inmediata, sin papeleos ni intervenciones judiciales. Un portavoz gubernamental anunci¨® que todos ellos ser¨ªan deportados hacia sus pa¨ªses de origen en un plazo m¨¢ximo de 48 horas, dependiendo de la disponibilidad de plazas en los vuelos. La presi¨®n internacional, por un lado, y el embrollo legal que supon¨ªa considerar como inmigrantes ilegales a gente que lleg¨® a Israel a punta de pistola, por otro, empujaron a Benjamin Netanyahu a tomar esa decisi¨®n de urgencia.

Ya durante toda la jornada de ayer se hab¨ªan ofrecido facilidades a quienes quisieran embarcar en un vuelo. Bastaba firmar un documento de voluntariedad para conseguir un billete de salida. Ni siquiera, pese a la oposici¨®n de varios ministros, se investigaba la posible implicaci¨®n de algunos de los miembros de la flotilla de activistas en los violentos enfrentamientos a bordo del Mavi M¨¢rmara. A media tarde se decidi¨® enviar en autob¨²s hacia Jordania a 124 activistas ¨¢rabes, para que se les repatriara desde Amm¨¢n.

La espa?ola Laura Arau abandonar¨¢ el pa¨ªs voluntariamente

La cooperante Laura Arau, uno de los tres detenidos espa?oles, hab¨ªa firmado el documento y se preparaba para viajar. Los otros dos, Manuel Tapial y David Segarra, no hab¨ªan firmado, aunque sopesaban la posibilidad. El anuncio del Gobierno hizo innecesarias las reflexiones.

Unos cincuenta pasajeros de la flotilla aceptaron la deportaci¨®n inmediatamente despu¨¦s de ser desembarcados e interrogados en el puerto de Ashdod. Los dem¨¢s se negaron, para no admitir la legalidad de la detenci¨®n y para expresar su protesta. Las autoridades diplom¨¢ticas y consulares de los distintos pa¨ªses afectados recomendaban, sin embargo, la firma, porque entend¨ªan que no supon¨ªa ning¨²n reconocimiento de nada. Hasta ¨²ltima hora siguieron siendo mayor¨ªa quienes se mantuvieron en la negativa.

Incluso despu¨¦s del anuncio de liberaci¨®n la situaci¨®n permanec¨ªa sometida a un parcial apag¨®n informativo. El Gobierno israel¨ª segu¨ªa sin publicar las listas con los nombres de los muertos (nueve), heridos (unos 40) y detenidos, aunque exist¨ªan listas parciales a disposici¨®n de las autoridades consulares.

En el centro penitenciario de Bersheba se encontraban 490 detenidos, entre ellos los tres espa?oles. Las autoridades israel¨ªes hab¨ªan decidido aplicar, a quienes no abandonaran voluntariamente el pa¨ªs, la legislaci¨®n sobre inmigraci¨®n ilegal. No ten¨ªa mucho sentido, ya que los detenidos hab¨ªan entrado en Israel por la fuerza tras un discutible abordaje violento en aguas internacionales. Dicha legislaci¨®n, pensada para inmigrantes ilegales ya con un cierto tiempo de residencia, permit¨ªa adem¨¢s apelar ante cualquier decisi¨®n judicial, lo que potencialmente podr¨ªa hacer que cada caso durara meses. Con el riesgo, para Israel, de que los tribunales no compartieran el complejo razonamiento por el cual resultar¨ªa legal abordar un barco en alta mar, detener a sus ocupantes y considerarles sin papeles.

El Gobierno israel¨ª podr¨ªa haber sido desautorizado por sus propios tribunales. Eso ocurre con cierta frecuencia, pero este era un caso especial, sometido a un escrutinio por parte de sus aliados estadounidenses, las organizaciones internacionales y la opini¨®n p¨²blica mundial. El bochorno habr¨ªa resultado intenso.

Exist¨ªa, adem¨¢s, un problema espec¨ªfico con una cantidad indeterminada de activistas turcos que hab¨ªan destruido o arrojado al mar sus pasaportes, por lo que era necesario identificarles antes de tramitar legalmente la deportaci¨®n. Otro problema espec¨ªfico era el del jeque Raed Salah, uno de los m¨¢s influyentes l¨ªderes espirituales y pol¨ªticos de la comunidad ¨¢rabe del norte de Israel. Salah, de quien en un primer momento se dijo que hab¨ªa resultado gravemente herido, segu¨ªa detenido sin cargos pese a poseer la ciudadan¨ªa israel¨ª.