Ejercicios de selectividad
Elena Salgado, vicepresidenta del Gobierno, acaba de llegar de la reuni¨®n de ministros de Econom¨ªa del G-20 en Corea del Sur, donde ha constatado las dificultades para llegar a un acuerdo global sobre la regulaci¨®n del sistema financiero, dadas las diferencias entre EE UU y Europa. All¨ª habr¨¢ tenido que responder a las preguntas sobre las dificultades econ¨®micas de nuestro pa¨ªs. Pocas veces Espa?a ha estado tan en el ojo del hurac¨¢n.
Sin soluci¨®n de continuidad, Salgado se habr¨¢ instalado en Bruselas donde hoy se re¨²nen los responsables econ¨®micos del Eurogrupo (los 16 pa¨ªses que tienen el euro como moneda ¨²nica) y ma?ana los de los 27 miembros de la UE (Ecofin). En estos dos ¨²ltimos eventos las cuestiones relacionadas con Espa?a ser¨¢n bastante significativas, dado que nuestro pa¨ªs representa el 9% del conjunto de la zona euro, demasiado grande para caer en el caso de que en los pr¨®ximos d¨ªas se acent¨²en las presiones de los mercados sobre la deuda soberana. Durante el mes de julio, el Reino de Espa?a ha de enfrentarse a vencimientos de su deuda por valor de casi 25.000 millones de euros, y lo hace en un momento en que su prima de riesgo est¨¢ en porcentajes muy altos (196 puntos b¨¢sicos el pasado viernes, con relaci¨®n al bono alem¨¢n). Ello encarece tanto la renovaci¨®n de los cr¨¦ditos pendientes como la contrataci¨®n de otros pr¨¦stamos.
La ceguera del PP debilita objetivamente la posici¨®n del pa¨ªs en los mercados
Por fin, Salgado descansar¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 17. Dentro de dos jueves la sustituir¨¢ en ese marat¨®n de pedagog¨ªa y convencimiento a los mercados y a los socios, el jefe del Ejecutivo, Rodr¨ªguez Zapatero, que presidir¨¢ la ¨²ltima reuni¨®n del Consejo Europeo del semestre espa?ol. En todas estas cumbres se sobar¨¢ hasta la extenuaci¨®n el plan de ajuste de la econom¨ªa espa?ola (si es coherente para lograr la consolidaci¨®n fiscal, y que el a?o 2013 finalice con un d¨¦ficit p¨²blico no superior al 3% del PIB, una tarea herc¨²lea por no decir imposible). Adem¨¢s, Zapatero quiere presentarse en esa cumbre llevando bajo el brazo la reforma laboral, pactada o sin pactar, que hoy en d¨ªa todav¨ªa es una inc¨®gnita. Mucha agenda y plazos muy estrechos.
Las dificultades econ¨®micas de Espa?a son, en buena parte, las de Europa. La UE tiene en estos momentos tres problemas conexos: uno objetivo, que ya ha estallado, y que es Grecia (y a partir del pasado viernes, Hungr¨ªa, en una extensi¨®n que todav¨ªa se desconoce); un segundo problema que son los pa¨ªses de mala reputaci¨®n por los desequilibrios de sus finanzas p¨²blicas (fruto en buena parte de los planes de rescates a los bancos y de las medidas de est¨ªmulo para salir de la recesi¨®n), entre los cuales figura Espa?a; y una tercera inc¨®gnita, que es la cualificaci¨®n del euro como moneda fiable, dada la inestabilidad de la construcci¨®n econ¨®mica europea (el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet acaba de demandar una "federaci¨®n presupuestaria" en Europa).
Los mercados est¨¢n ejerciendo sobre Espa?a, en las ¨²ltimas semanas, una discriminaci¨®n negativa. Antes incluso de que las agencias Standard & Poor's y Fitch rebajasen la calificaci¨®n del riesgo. El d¨¦ficit y la deuda p¨²blica no castigan de igual manera a todos los pa¨ªses en parecida coyuntura y en nuestro caso priman otros factores como la alta tasa de paro (que afecta a la morosidad); el nivel de riesgo inmobiliario que existe en las tripas de las entidades financieras y que todav¨ªa no ha emergido, lo que pone hist¨¦ricos a los mercados; y la debilidad pol¨ªtica del Ejecutivo, que hace cuestionarse, por ejemplo, la viabilidad de los pr¨®ximos Presupuestos para el a?o 2011, que habr¨¢n de acentuar la l¨ªnea de austeridad. En este sentido, la incomparecencia de la oposici¨®n, a diferencia de la mayor parte de los pa¨ªses de nuestro entorno, no ayuda sino que enerva la posici¨®n objetiva del pa¨ªs.
Al frente de las exigencias europeas figura, sobre todo, Alemania. Partidaria ac¨¦rrima de la cultura de la estabilidad (en estos d¨ªas debate otras subidas de impuestos), y contradictoriamente poco entusiasmada por dotar a la UE de m¨¢s instrumentos comunes de gobernabilidad, el pa¨ªs germano es administrado por una generaci¨®n de pol¨ªticos de centro-derecha que se ha quitado de golpe los complejos de la posguerra y que quiere mandar en Europa, de nuevo.
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