Vicente Navarro Ruiz, el general del 'caso Yak-42'
Fue condenado a tres a?os, pero no ingres¨® en prisi¨®n
El general de Sanidad Vicente Navarro Ruiz, principal condenado por el caso Yak-42, ya no podr¨¢ explicar por qu¨¦ identific¨® falsamente los cad¨¢veres de 30 de las 62 v¨ªctimas de la mayor cat¨¢strofe del Ej¨¦rcito espa?ol en tiempo de paz. A las 6.45 de ayer, Navarro falleci¨® a los 69 a?os de edad en el Hospital Central de la Defensa, en Madrid, de un c¨¢ncer de pulm¨®n. Su muerte no ha sido una sorpresa: la Audiencia Nacional suspendi¨® el pasado 25 de mayo su ingreso en prisi¨®n -para cumplir la pena de tres a?os de c¨¢rcel por falsedad de documento- porque padec¨ªa "una enfermedad grave e incurable, en fase terminal" y precisaba de "cuidados paliativos".
El mismo tribunal hab¨ªa sentenciado, un a?o atr¨¢s, que Navarro "era consciente" de que casi la mitad de los cad¨¢veres de los militares muertos en el siniestro de Trabzon (Turqu¨ªa) no fueron identificados y, pese a ello, procedi¨® a atribuirles "de forma aleatoria" identidades que "resultaron falsas". Durante el juicio, el general admiti¨® que pudo errar en las identificaciones, algo que ya hab¨ªan certificado las pruebas de ADN. "Me pudo bailar alg¨²n n¨²mero. Puede ser. No hay nadie infalible. Los generales tambi¨¦n se equivocan", aleg¨®.
Pero la sentencia fue contundente: Navarro no se equivoc¨®, sino que "actu¨® con conocimiento y voluntad de faltar a la verdad". Lo que no pudo explicar la Audiencia Nacional ni tampoco el Supremo, que ratific¨® por unanimidad su fallo el pasado 17 de marzo, es por qu¨¦ Navarro actu¨® as¨ª. Especialista en medicina interna, cardiolog¨ªa, aparato respiratorio y medicina del deporte, diplomado en vuelo por el Ej¨¦rcito del Aire y por la Fuerza A¨¦rea de Estados Unidos, premio extraordinario del doctorado en la Universidad Complutense por la tesis Enfermedad coronaria en las tripulaciones a¨¦reas y general de divisi¨®n del Cuerpo Militar de Sanidad, lo que Navarro no era en ning¨²n caso es forense.
Y, sin embargo, el entonces ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, le encomend¨® directamente la misi¨®n de identificar y repatriar a los fallecidos en el siniestro del 26 de mayo de 2003. Es verdad que no era la primera vez que interven¨ªa en una operaci¨®n de este tipo. Lo hizo, por ejemplo, con el periodista Julio Anguita Parrado, fallecido en Irak en abril de 2003. Pero ning¨²n caso comparable a un accidente a¨¦reo con m¨²ltiples fallecidos. El propio Trillo acudi¨® ayer a la capilla ardiente para acompa?ar a la familia del general, que tiene previsto incinerar hoy sus restos en la intimidad.
La condena de Navarro gener¨® un movimiento de solidaridad en el estamento militar. Cientos de m¨¦dicos castrenses remitieron escritos al Ministerio de Defensa para pedir su indulto. La Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil lleg¨® a pagar los 300.000 euros de indemnizaci¨®n que deb¨ªan abonar Navarro y sus dos subordinados -dos comandantes pat¨®logos- a las v¨ªctimas del Yak-42.
El general Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa Gonz¨¢lez, ex jefe del Ej¨¦rcito de Tierra, escribi¨® en la revista Atenea un art¨ªculo en el que elogiaba a Navarro "por asumir con honor sus responsabilidades, sin tratar de eludirlas ni acusar a otros para salvarse u obtener penas menores". Eso s¨ª. Advert¨ªa de que, en la sentencia del Yak-42, "algo no cuadra, pues falta la contestaci¨®n a muchos interrogantes que personas con responsabilidad en el momento de los hechos podr¨ªan aclarar". Con Navarro fallecido, es improbable que lo hagan.
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