No m¨¢s dinero de dictadores
"Cr¨ªa fama y ¨¦chate a dormir", reza la sabidur¨ªa popular. Y lo que es v¨¢lido para los individuos, tambi¨¦n parece serlo para las naciones. En el caso que nos ocupa, la peque?a y riqu¨ªsima Suiza cuenta en su haber con una bien ganada fama de estabilidad democr¨¢tica, precisi¨®n, buen hacer y bellos paisajes.
Pero la otra cara de su fama implica que, en el imaginario colectivo, el pa¨ªs de Heidi se ve como refugio de todo el dinero sucio del universo. Billones acumulados por s¨¢trapas, dictadores y mafiosos dormir¨ªan el sue?o de los justos en las b¨®vedas acorazadas de los bancos de Ginebra o Z¨²rich. ?Es esta imagen cierta? Respecto a los mafiosos, no nos atrevemos a opinar, pero en lo que respecta a los s¨¢trapas y dictadores, el para¨ªso helv¨¦tico parece que ha dejado de serlo.
Suiza ha dejado de ser un para¨ªso para el dinero de pol¨ªticos corruptos
Hasta ahora se han devuelto 1.200 millones de euros
Montesinos, Marcos, Salinas de Gortari son varios ejemplos
De hecho, los pol¨ªticos con inclinaci¨®n al crimen parecen tener su peor enemigo en la persona de Micheline Calmy-Rey. Esta pol¨ªtica socialista, ministra de Asuntos Exteriores de Suiza, es quien ha hecho de la devoluci¨®n de fondos de dictadores a sus pa¨ªses de origen el leitmotiv de su trabajo. Y para dejar claro el papel pionero de su pa¨ªs, la ministra, en colaboraci¨®n con el Banco Mundial, organiz¨® la semana pasada en Par¨ªs un foro mundial sobre la restituci¨®n de bienes provenientes de pa¨ªses en desarrollo depositados en pa¨ªses ricos.
Esta iniciativa se conoce como StAR (Stolen Asset Recovery, en sus siglas inglesas) y fue lanzada en 2007 por el Banco Mundial. Con ella, Suiza ha dado ejemplo al mundo, devolviendo hasta el momento m¨¢s de 1.200 millones de euros depositados por figuras pol¨ªticamente controvertidas. Se trata de nombres siniestros como el general nigeriano Sani Abacha, con 700 millones de d¨®lares restituidos; Marcos, de Filipinas, con 684 millones; Vladimiro Montesinos, misterioso lugarteniente de Alberto Fujimori en Per¨², con 92, o Ra¨²l Salinas de Gortari, hermano del ex presidente mexicano, con 74 millones repatriados a la naci¨®n de la que fueron robados.
Sin duda, la iniciativa es loable, pero no genera exactamente oleadas de imitadores en Londres, Par¨ªs o Washington. Un detalle que la ministra suiza no se priv¨® de recordar sutilmente el mi¨¦rcoles en Par¨ªs a sus hom¨®logos. Y es que no hay que olvidar los complejos problemas legales que representa llevar adelante esta iniciativa: herederos que recurren la decisi¨®n de devoluci¨®n, Estados en bancarrota sin sistema judicial digno de tal nombre e infinidad de trabas y triqui?uelas legales que hacen de esta tarea una lucha herc¨²lea para los muy eficaces suizos.
Pero tras este optimista panorama cabe una nota ¨¢cida un poco discordante. Algunas malas lenguas afirman que si Suiza se permite prescindir del oro de los dictadores es, simple y llanamente, porque el total de haberes de pol¨ªticos corruptos depositados en el pa¨ªs alpino es insignificante con relaci¨®n al volumen global de negocios de la todopoderosa banca suiza. Como resumi¨® un banquero de Ginebra a este cronista, "y eso es algo que en t¨¦rminos de imagen no nos beneficia".
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