Formas de ayudar al movimiento verde de Ir¨¢n
No nos olvidemos de Ir¨¢n. Acord¨¦monos de Neda. Si hay manifestaciones de gente vestida de verde este fin de semana en Teher¨¢n, para conmemorar el primer aniversario de las elecciones que rob¨® el presidente Mahmud Ahmadineyad, no cabe duda de que los matones de la milicia basij, la polic¨ªa secreta y la Guardia Revolucionaria volver¨¢n a aplastarlas. Prisi¨®n, torturas, violaciones y ejecuciones son las ofrendas que hacen esos esbirros de la Rep¨²blica Isl¨¢mica a Al¨¢, el compasivo y misericordioso.
Frente a una represi¨®n tan violenta, el movimiento verde est¨¢ en horas muy bajas, pero no ha desaparecido. Ir¨¢n no volver¨¢ jam¨¢s a ser el pa¨ªs que era antes de las elecciones del 12 de junio de 2009. En la gran manifestaci¨®n celebrada tres d¨ªas despu¨¦s, una de las mayores de la historia, todo cambi¨®, cambi¨® por completo. En medio de la represi¨®n posterior, naci¨® algo de terrible belleza. El proceso hist¨®rico puede durar a?os, pero un d¨ªa, a medida que la econom¨ªa empeore y el malestar se extienda a m¨¢s sectores de la sociedad, el movimiento regresar¨¢ con toda su fuerza, aunque tal vez con otra forma. Acabar¨¢ habiendo estatuas de Neda en Ir¨¢n, y monumentos a los m¨¢rtires de esta lucha por la libertad, igual que ahora existen monumentos a los m¨¢rtires de la guerra Ir¨¢n-Irak.
Los esfuerzos internacionales no deben limitarse a la cuesti¨®n nuclear
La libertad llegar¨¢ a Ir¨¢n gracias a los iran¨ªes, no a nosotros
Tampoco deber¨ªamos olvidar nunca que este es un movimiento surgido desde dentro de una sociedad musulmana, con la intenci¨®n de transformar el r¨¦gimen islamista m¨¢s antiguo -y m¨¢s temible, por ahora- del mundo contempor¨¢neo en algo muy diferente.
Si quieren hacerse una idea de la agon¨ªa y el ¨¦xtasis que ha experimentado Ir¨¢n en el pasado a?o, lean Death to the Dictator!, de Afsaneh Moqadam. Narra la historia de las elecciones robadas y el intento de revoluci¨®n verde a trav¨¦s de la experiencia de un joven, Mohsen, que se ve atrapado por el entusiasmo de las manifestaciones pero acaba detenido, torturado y violado en repetidas ocasiones por sus carceleros (a Mohsen le causa demasiada humillaci¨®n confesarlo, pero un m¨¦dico explica a su madre los terribles efectos de las violaciones, con los correspondientes consejos m¨¦dicos). La narraci¨®n pol¨ªtica est¨¢ construida de manera muy viva y experta en torno a ese hilo biogr¨¢fico central. Una cosa que aparece con gran claridad es el papel fundamental de las mujeres, sobre el que tambi¨¦n ha escrito la premio Nobel de la Paz Shirin Ebadi. La madre de Mohsen se une a las protestas, independientemente de los hombres de su familia, y comprendemos que aquello para ella ha sido una doble emancipaci¨®n. "Afsaneh Moqadam" es un seud¨®nimo, y algunos nombres y detalles se han cambiado para proteger a los implicados, pero he hablado con el autor y no me ca
-be la menor duda de que este relato angustioso est¨¢ muy basado en una historia real.
Luego pueden ir a YouTube para ver la pel¨ªcula estadounidense For Neda, sobre Neda Agha-Sultan, la joven que muri¨® de un disparo en una de las primeras manifestaciones masivas. El filme es un poco demasiado sensiblero para mi gusto, pero merece la pena verlo, e incluye las valientes cr¨®nicas de Saeed Kamali Deghan, que regres¨® a Ir¨¢n para rodar entrevistas con la familia de Neda. A pesar de los esfuerzos del r¨¦gimen para impedirlo, parece ser que muchos iran¨ªes lo han visto ya en la Red. Por ¨²ltimo, vean el ¨²ltimo informe de Amnist¨ªa Internacional sobre Ir¨¢n, con su sombr¨ªo cat¨¢logo de detenciones, torturas y ejecuciones.
Mientras tanto, el mi¨¦rcoles pasado, Estados Unidos, Reino Unido y otras potencias occidentales consiguieron que se aprobara una nueva ronda de sanciones en el Consejo de Seguridad de la ONU. Estos nuevos castigos, pese a estar muy suavizados a instancias de Rusia y China, aprietan a¨²n m¨¢s la tenaza al r¨¦gimen, incluidos algunos dirigentes y empresas de la Guardia Revolucionaria. Pero las sanciones solo est¨¢n relacionadas con la cuesti¨®n nuclear, no los derechos humanos.
Y aqu¨ª surgen dos preguntas: ?cu¨¢l es la mejor forma de impedir que Ir¨¢n obtenga una bomba nuclear? Y ?c¨®mo van a combinarse las posibles estrategias para abordar la cuesti¨®n nuclear con la atormentada pol¨ªtica interna del pa¨ªs? Dudo mucho de que cualquier sanci¨®n que China considere aceptable sea lo suficientemente fuerte como para impedir que los iran¨ªes alcancen el umbral de las armas nucleares. Pero s¨ª servir¨¢ para empeorar la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs y, por consiguiente, quiz¨¢s aumentar el descontento social del que se nutre la oposici¨®n.
Algunos dicen que Occidente deber¨ªa haber reaccionado de forma m¨¢s favorable a la reciente propuesta de Turqu¨ªa y Brasil de sacar una parte del uranio poco enriquecido de Ir¨¢n fuera del pa¨ªs (ofendidos por la negativa, Turqu¨ªa y Brasil votaron en contra de la ¨²ltima ronda de sanciones). No creo que eso hubiera impedido a Ir¨¢n aproximarse de forma encubierta al umbral de las armas nucleares, y muchos opositores del r¨¦gimen no habr¨ªan visto con buenos ojos la buena disposici¨®n de las potencias occidentales a estrechar la mano ensangrentada de sus opresores. Por otra parte, bombardear Ir¨¢n, como proponen los m¨¢s exaltados en Estados Unidos e Israel, producir¨ªa seguramente una ola de solidaridad patri¨®tica con el r¨¦gimen. En el otro extremo, en Washington hay cada vez m¨¢s expertos en pol¨ªtica exterior que dicen ya en privado (y algunos, incluso en p¨²blico) que debemos aprender a convivir con un Ir¨¢n nuclear y a "contenerlo". Pero el peligro de desencadenar una carrera de armamento nuclear entre sun¨ªes y chi¨ªes en Oriente Pr¨®ximo es muy grave, y ese ser¨ªa un "triunfo" que reforzar¨ªa al r¨¦gimen de Ahmadineyad entre los suyos. Es decir, tenemos varias alternativas, pero ninguna buena.
Lo que queda es la esperanza de que llegue al poder un Gobierno m¨¢s responsable en Ir¨¢n. Por supuesto, la postura de los l¨ªderes del movimiento verde en la cuesti¨®n nuclear no se diferencia tanto como nos gustar¨ªa de la del r¨¦gimen. Pero un Gobierno m¨¢s popular y leg¨ªtimo, que reanudara el di¨¢logo con el mundo, crear¨ªa una din¨¢mica y unas relaciones muy distintas a la hora de abordar el problema.
C¨®mo y cu¨¢ndo llegar¨¢ ese cambio pol¨ªtico es, tanto desde el punto de vista moral como pr¨¢ctico, una pregunta para los propios iran¨ªes. La experiencia de otros pa¨ªses sugiere que depender¨¢ de la capacidad del movimiento para formular unos objetivos m¨¢s claros y estrat¨¦gicos, mantener su disciplina de la no violencia, ser imaginativos para encontrar nuevas t¨¢cticas de protesta, atraer a otros grupos sociales afectados por el declive de la econom¨ªa (trabajadores, funcionarios p¨²blicos, comerciantes de los bazares) y aprovechar las divisiones crecientes dentro del r¨¦gimen (un nuevo y extraordinario trabajo de investigaci¨®n del Bureau of Investigative Journalism y Guardian Films demuestra que est¨¢n produci¨¦ndose deserciones importantes en la Guardia Revolucionaria).
La libertad llegar¨¢ a Ir¨¢n gracias a los iran¨ªes, no a nosotros. Pero, desde los m¨¢rgenes, hay unas cuantas cosas que podemos hacer los de fuera. En primer lugar, no hacer da?o. En una versi¨®n pol¨ªtica del juramento hipocr¨¢tico de los m¨¦dicos, debemos examinar cada medida que tomemos sobre la cuesti¨®n nuclear para asegurarnos que no perjudica al movimiento interno en favor del cambio. Segundo, mantener abiertas las l¨ªneas de comunicaci¨®n e informaci¨®n, para que los iran¨ªes de dentro y fuera del pa¨ªs puedan contarse lo que est¨¢ sucediendo. El servicio de televisi¨®n de la BBC en lengua persa no debe caer, bajo ning¨²n concepto, v¨ªctima de los recortes del gasto p¨²blico. Es preciso redoblar los esfuerzos para mejorar las tecnolog¨ªas que permiten sortear los cortafuegos en Internet, con el fin de que todos los iran¨ªes tengan acceso a pel¨ªculas como For Neda y a su propio material casero de periodismo ciudadano. En tercer lugar, nuestros dirigentes deber¨ªan dejar mucho m¨¢s claro que nuestra pol¨ªtica es tambi¨¦n una respuesta a la represi¨®n brutal que se ejerce en Ir¨¢n. No solo nos preocupa nuestra seguridad; tambi¨¦n sus derechos.
Por ¨²ltimo, es muy importante que recordemos siempre lo que ha pasado en el ¨²ltimo a?o y que ayudemos a los iran¨ªes a hacer lo mismo. Lo que todos los tiranos desean es que su propia gente y el mundo exterior se olviden. El escritor checo Milan Kundera observ¨® en una ocasi¨®n que "la lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido". Donde dice hombre, enti¨¦ndase tambi¨¦n mujer. Mohsen, y su madre.
Timothy Garton Ash es catedr¨¢tico de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford e investigador en la Hoover Institution de la Universidad de Stanford. Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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