?1947 o 1967?

Cu¨¢l es el mayor obst¨¢culo para la paz palestino-israel¨ª? Hay una gran confusi¨®n respecto a si de lo que se discute es de las fronteras de 1947 o de las de 1967.

Si fuera 1947, el a?o en que la ONU recomend¨® la partici¨®n en dos Estados de la Palestina gobernada por Gran Breta?a, se trata de la existencia misma de Israel. Si el mundo ¨¢rabe hubiera avalado el plan de la ONU, no hubiese habido un conflicto. Dos Estados -uno jud¨ªo, otro ¨¢rabe- hubieran emergido lado a lado.

Pero si bien las autoridades jud¨ªas lo aceptaron, no ocurri¨® lo mismo con los ¨¢rabes. No reconoc¨ªan el antiguo y resistente v¨ªnculo entre el pueblo jud¨ªo y la regi¨®n, ve¨ªan a los jud¨ªos como modernos Cruzados.

Su oposici¨®n llev¨® a un ataque en 1948 a manos de seis ej¨¦rcitos, buscando la destrucci¨®n de Israel. Fracasaron, pero no abandonaron el intento.

Si hablamos de las fronteras previas a la guerra de los Seis D¨ªas, el acuerdo con los palestinos es posible

En 1967, con el fondo de los espeluznantes llamamientos de Egipto y Siria a la aniquilaci¨®n de Israel, se desat¨® la guerra. En menos de una semana, las fuerzas israel¨ªes resultaron victoriosas y tomaron territorios de Egipto, Jordania, y Siria.

Israel crey¨® que hab¨ªa adquirido un nuevo elemento de negociaci¨®n. Pod¨ªa cambiar tierras, con modestos ajustes, por una paz segura, al igual que muchas otras naciones vencedoras en guerras de autodefensa buscaban cambios que dieran cuenta de realidades en el terreno. Si as¨ª fuese, la naturaleza del conflicto se referir¨ªa a las fronteras definitivas, y no a la legitimidad. Si no, la Guerra de 1947 continuar¨ªa.

Con Egipto y Jordania la pregunta obtuvo respuesta. En 1979, Israel y Egipto firmaron un tratado de paz. Dos dirigentes improbables lideraron el esfuerzo. Anwar Sadat, que anteriormente hab¨ªa encabezado las Fuerzas Armadas egipcias contra Israel, result¨® ser una figura valerosa. Antepuso la construcci¨®n del futuro de Egipto a negarle a Israel el propio. Y Menahem Begin, reconocido icono de la derecha israel¨ª -que alguna vez hab¨ªa prometido que se jubilar¨ªa en Yamit, un asentamiento israel¨ª en el Sina¨ª- aprob¨® su devoluci¨®n a Egipto en 1982 desoyendo las serias objeciones de sus residentes. Quince a?os despu¨¦s, Israel y Jordania hicieron la paz, gracias a Yitzhak Rabin, un soldado que devino pacificador, y el rey Hussein, un estadista visionario.

Pero con los palestinos la historia ha sido diferente. Cuatro dirigentes israel¨ªes consecutivos -Barak, Sharon, Olmert, y Netanyahu- han instado a un acuerdo viable de dos Estados. Sin embargo, las autoridades palestinas han emitido se?ales decididamente confusas sobre si el tema central para ellos es 1947 -el derecho de Israel a su existencia- o 1967 -un acuerdo sobre el territorio-.

Yasir Arafat demostr¨® que no era Sadat ni el rey Hussein. El jurado a¨²n sigue a su sucesor y confidente de tanto tiempo, Mahmoud Abbas. Entretanto, la situaci¨®n se ha complicado a¨²n m¨¢s. Ham¨¢s, una organizaci¨®n terrorista con respaldo iran¨ª, tom¨® el control absoluto de Gaza dos a?os despu¨¦s de que Sharon completase una retirada unilateral de Israel en 2005, e Ir¨¢n, con sus agresivos programas nuclear y misil¨ªstico, amenaza la existencia de Israel.

En los ¨²ltimos 16 meses, la pol¨ªtica estadounidense ha tratado de acelerar el proceso de paz, pero fracas¨®, confundiendo a los actores clave. Si bien a lo largo de 2008 hubo conversaciones directas sin precondiciones entre israel¨ªes y palestinos, la situaci¨®n lleg¨® a un punto muerto en 2009.

Finalmente, sin embargo, est¨¢n comenzando las conversaciones de "proximidad" -con destino incierto-. Si bien Israel pretende negociaciones directas, la Autoridad Palestina desea que Washington "entregue" a Israel, algo que en el mundo real no suceder¨¢.

Por ende, todo se resume en 1947 versus 1967. Si los palestinos hablan seriamente de la paz y de un nuevo comienzo, es hora de aprender del pasado. Las exigencias maximalistas no llevan a un acuerdo; los dif¨ªciles acuerdos mutuos s¨ª. Eso requiere un valiente arte de gobernar. Sadat y Hussein, Begin y Rabin, demostraron que as¨ª es. M¨¢s a¨²n, Sadat y Rabin pagaron con sus vidas la b¨²squeda de paz.

Ha llegado la hora de que los l¨ªderes palestinos pongan las cartas sobre la mesa.

Si la batalla se refiere a 1947, Israel continuar¨¢ firme, como lo ha hecho notablemente hasta ahora. Pero si se refiere a 1967, es posible un acuerdo, independientemente de su dificultad. Nadie estar¨¢ totalmente satisfecho, pero se puede encontrar una soluci¨®n intermedia. Los elementos b¨¢sicos de un acuerdo de dos Estados -respecto de fronteras, seguridad, asentamientos, refugiados, finalizaci¨®n de los reclamos, y Jerusal¨¦n- no son un misterio.

Pero ante todo, ?cu¨¢l es, 1947 o 1967?

David Harris es director ejecutivo del American Jewish Committee (AJC).