Dos Polonias se disputan el poder
Los polacos eligen hoy entre Bronislaw Komorowski, liberal, laico y cercano a Europa; y Jaroslaw Kaczysnki, un ultraconservador aferrado a la moral cat¨®lica
Dos 'Polonias' se enfrentan hoy en las urnas. Una m¨¢s moderna que quiere avanzar a todo ritmo en la integraci¨®n con Europa, se inclina por la laicidad del Estado y las reformas econ¨®micas y sociales. Y otra m¨¢s recelosa de la UE, que defiende la tradici¨®n y los valores cat¨®licos. La primera votar¨¢ mayoritariamente al candidato liberal a la presidencia, Bronislaw Komorowski ; en la segunda, a buen seguro, arrasar¨¢ su rival, el ultraconservador Jaroslaw Kaczysnki.
Varsovia (2,8 millones de habitantes en el ¨¢rea metropolitana) se ha convertido en s¨ªmbolo de esa nueva Polonia, un pa¨ªs en ebullici¨®n, elegido por cada vez m¨¢s empresas como destino de inversi¨®n y que crece a pasos de gigante tras la ca¨ªda del comunismo en 1989 y la entrada en la UE en 2004. Edificios de oficinas, hoteles, restaurantes y caf¨¦s de moda se extienden por el centro. Al otro lado del r¨ªo V¨ªstula, el barrio de Praga, la ¨²nica parte de la capital que no fue destruida por las bombas durante la II Guerra Mundial (y escenario del rodaje de la pel¨ªcula El pianista, de Roman Polanski), se ha convertido en uno de los feudos del partido de Komorowski, la Plataforma C¨ªvica (derecha liberal). En las presidenciales de 2005, el 60% vot¨® por los liberales, cuyo candidato era entonces el actual primer ministro Donald Tusk.
"?Di no a Komorowski! ?Di s¨ª a la cruz!", reza un cartel en una iglesia
"De las ayudas europeas unos pocos se aprovechan", dice una tendera
"Lo tengo claro, votar¨¦ a Komorowski, porque es nuestra ¨²nica garant¨ªa de estabilidad", confiesa Malgorzata Terpilowska, de 44 a?os, vecina de Praga. "Posiblemente vote a Komorowski", dice Julia Ardyn, estudiante de 20 a?os, empleada a tiempo parcial en una tienda del barrio, que est¨¢ dividido en una parte m¨¢s industrial, que se puso de moda a partir de 1989 porque muchos artistas se trasladaron all¨ª, y otra m¨¢s residencial, con bares con terraza donde los varsovianos toman el sol primaveral.
A 64 kil¨®metros de all¨ª, en Goszczyn (3.000 habitantes), la llegada del buen tiempo est¨¢ m¨¢s asociada a una futura buena cosecha de manzanas que al ocio. Zonas rurales como ¨¦sta son el basti¨®n electoral del partido de Kaczysnki, Ley y Justicia. En las ¨²ltimas presidenciales, su hermano Lech consigui¨® un 90% de los votos en Goszczyn. "Aqu¨ª casi todo el mundo vota a Ley y Justicia", afirma el alcalde, Slawomir Slabuszewski, de 61 a?os, que parad¨®jicamente es independiente. Prefiere no confesar sus preferencias pol¨ªticas, seguramente para evitar contrariar a los votantes que no comulgan con sus ideas.
"Soy un simple agricultor. Si quiere hablar de pol¨ªtica, vaya a ver al p¨¢rroco", dice riendo. En la Iglesia no se andan con tapujos. En el tabl¨®n de anuncios hay carteles a favor de Kaczysnki y otro mensaje: "?Di no a Komorowski! ?Di s¨ª a la cruz!". El padre Henrjk, de 72 a?os, lo tiene claro: "Kaczynski defiende nuestros valores cat¨®licos y patri¨®ticos, defiende al Estado por encima de todo". Como este sacerdote opina al menos una tercera parte de la poblaci¨®n del conjunto del pa¨ªs, seg¨²n los sondeos, aunque son m¨¢s los que apoyan a los liberales.
Ley y Justicia vivi¨® su momento m¨¢s ¨¢lgido entre 2006 y 2007, cuando sus dos fundadores, Lech y Jaroslaw Kaczysnki, se situaron al frente de la jefatura del Estado y del Gobierno, respectivamente. El segundo hermano sufri¨® una dura derrota electoral en 2007, pero la muerte de su gemelo en un accidente de avi¨®n en abril le ha catapultado en las encuestas para sucederle.
En Polonia sigue habiendo una fuerte l¨ªnea entre el campo y la ciudad. "Hay una gran divisi¨®n econ¨®mica", explica Bartek Nowak, director del Centro para las Relaciones Internacionales. "En los a?os ochenta y noventa, la divisi¨®n era entre poscomunistas y anticomunistas y ahora es entre liberales y conservadores", a?ade.
La diferenciaci¨®n del voto rural y urbano es habitual en sociolog¨ªa y Polonia es un ejemplo perfecto. "Los j¨®venes, los residentes en las ciudades y los m¨¢s formados suelen votar a la Plataforma", afirma el experto de la firma de opini¨®n p¨²blica CBOS, Krzysztof Pankowski. "Los votos de Ley y Justicia salen de la gente mayor y de los grupos que han perdido con la transici¨®n a la econom¨ªa de mercado, como los que se vieron perjudicados por el cierre de industrias tradicionales y granjas colectivas".
En un pa¨ªs en el que el 95% se declara cat¨®lico, la Iglesia sigue teniendo una influencia notable, aunque se ha ido reduciendo, sobre todo entre los j¨®venes y en las ciudades. Muchos votantes de la Plataforma se confiesan cat¨®licos, pero les molesta que la religi¨®n influya en los asuntos de Estado.
La UE es otro de los elementos que divide a las dos Polonias. En Varsovia es dif¨ªcil encontrar a alguien que rechace la adhesi¨®n, que se materializ¨® en mayo de 2004. En Goszczyn, donde la mayor¨ªa de los ciudadanos se opuso en el refer¨¦ndum de 2003, no sucede igual. "Dije que no entonces y ahora tampoco lo veo claro", dice en su tienda de alimentaci¨®n Teresa Bedyvaska, de 55 a?os, que exhibe una foto de Kaczynski en la puerta. "Las ayudas europeas s¨®lo las aprovechan unos cuantos y a m¨ª, en la tienda, cada d¨ªa me hacen gastar m¨¢s dinero en etiquetas y embalajes", se lamenta. ?Y de la posible entrada en el euro? "Ni hablar".
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