"Mi jefe me ech¨® del trabajo por llamarme Jes¨²s y sentirme mujer"
La Asamblea discute hoy una ley que ampl¨ªa los derechos de los transexuales
Susana Cifuentes empez¨® en el bar cuando a¨²n era Jes¨²s. Lo era en su DNI y aparentaba serlo: un hombre alto y delgado. Decidi¨® salir del armario (en el argot, vestirse y actuar conforme al sexo del que se siente) porque Susana se sabe mujer. "Me dej¨¦ el pelo largo, me pon¨ªa sombra de ojos... mi jefe empez¨® a mosquearse", se?ala esta madrile?a de Carabanchel. Luce melena rubia y largas piernas, pero su voz es grave y el rostro, cubierto de maquillaje, a¨²n resulta masculino. Los clientes del bar aceptaron el cambio. El jefe, no. Ella le confes¨® que hab¨ªa empezado a hormonarse, que se quer¨ªa operar. "Yo no entiendo de esas cosas", le respondi¨® ¨¦l, relata Susana. "Cuando le dije que me sent¨ªa una mujer, me ech¨®".
El PP negociaba anoche si apoyar o no la propuesta socialista
La iniciativa legislativa es similar a la aprobada en Navarra
"No soy un 'pib¨®n', estoy en proceso de fabricaci¨®n", dice Mar¨ªa Alejandra
Slava ha decidido "disfrazarse" de hombre para conseguir empleo
Susana lleva m¨¢s de un a?o sin trabajo. Se ha presentado a unas 100 entrevistas sin ¨¦xito. Porque su foto del DNI no casa con su melena rubia. Y los empleadores no entienden de Susanas que antes fueron Jes¨²s. "Eres muy atractiva, pero tienes un paquete de m¨¢s", le llegaron a decir en una de las entrevistas. Lo cuenta con la voz quebrada, sin dejar de mesarse el pelo. Habla en la asociaci¨®n Cogam (Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid), alrededor de una especie de mesa camilla en la que seis transexuales narran los sinsabores y la discriminaci¨®n. En esa mesa, Susana confiesa que se prostituye desde hace un mes en un pol¨ªgono porque hay que comer, que vestir, que vivir y el subsidio de 420 euros no alcanza. "Es algo temporal, lo dejar¨¦ en cuanto pueda", se promete.
Susana, como las otras mujeres de la mesa, estar¨¢ hoy pendiente del pleno de la Asamblea de Madrid. Uno de los ¨²ltimos puntos habla de ellas. Es una proposici¨®n de Ley de No Discriminaci¨®n por Motivos de Identidad de sexo (14 p¨¢ginas, 5 t¨ªtulos, 20 art¨ªculos) que presenta el PSM. "Recoge las demandas de los colectivos; esperamos que el PP la apruebe para que la Comunidad de Madrid siga siendo pionera en atender estas reivindicaciones", dice el socialista ?scar Blanco, impulsor de la iniciativa.
El PP presentar¨¢ en el pleno una condena institucional a los pa¨ªses que discriminan a los homosexuales. Una portavoz popular indic¨® anoche que a¨²n siguen negociando si aprobar o no la propuesta socialista, similar a la normativa que aprob¨® Navarra y a las que tramitan en Asturias, Arag¨®n, Andaluc¨ªa y Canarias, seg¨²n datos facilitados por Cogam.
El proyecto madrile?o habla sin hablar del paro de Susana (Art¨ªculo 11. No discriminaci¨®n en el trabajo), de la actitud de su jefe y de otros empleadores. Quiz¨¢ no habr¨ªan aludido despectivamente a su "paquete" si existieran medidas de concienciaci¨®n social para entender a los transexuales, como las del Art¨ªculo 13.
La ley facilitar¨ªa su vida y la de Mar¨ªa Alejandra Huertas, colombiana de 32 a?os en fase de transici¨®n: los dos a?os necesarios para el cambio de nombre y de aspecto. O como ella dice: "No soy un pib¨®n, estoy en proceso de fabricaci¨®n". Ese proceso provoca que un d¨ªa tenga barba y al siguiente, no. Que sus compa?eras de facultad la miren mal, que le pidan "por favor" que se vista de hombre cuando salga con ellas y que no use los ba?os de chicas. Se queja de la falta de "mente abierta" en la Universidad Polit¨¦cnica, donde estudia un m¨¢ster en dise?o y arquitectura de interiores.
Mar¨ªa Alejandra no consigue que le llamen por su nombre en lugar del que a¨²n consta en sus documentos: Felipe. En Espa?a se puede cambiar el nombre del DNI desde 2007 sin necesidad de someterse a una operaci¨®n de reasignaci¨®n de sexo, pero son necesarios dos a?os de transici¨®n (para obtener un certificado de trastorno de identidad de g¨¦nero y otro que avale la hormonaci¨®n durante 24 meses). Por eso Susana a¨²n se llama Jes¨²s. El caso de Mar¨ªa Alejandra es m¨¢s complejo. Deber¨ªa cambiarlo primero en Colombia, donde el proceso es m¨¢s engorroso. As¨ª que presentar¨¢ su proyecto de fin de carrera como Felipe. "No ser¨¦ capaz de expresarme porque no estar¨¢n pendientes del proyecto sino de m¨ª". Ser¨ªa diferente si, como plantea el art¨ªculo 17, se hubiera podido matricular con el nombre y el sexo elegido por ella, lo que los transexuales llaman el "nombre social".
A Joelly Villa, mexicana de 38 a?os, le dieron el alta antes de tiempo. Entr¨® en un hospital con una neumon¨ªa en septiembre. Le acomodaron en una habitaci¨®n con un hombre. A ella, con sus labios perfilados, sus enormes aros y su pelo rubio. Luego la cambiaron a una individual. Dorm¨ªa sola, s¨ª, pero entre los pies de los goteros y las sillas de ruedas en un almac¨¦n, relata. "Tuve un trato espantoso por el hecho de ser transexual", sentencia. El proyecto de ley prev¨¦ acomodarles seg¨²n su sexo en los centros sanitarios. No les ocurrir¨ªa m¨¢s lo que critica la argentina Linda Esteche. "Es humillante", dice, cuando en el centro de salud le llaman con nombre de caballero.
Paris Maison, de origen franc¨¦s, viste como el chico que era antes porque no quiere perder su trabajo de enfermero. "No dir¨¦ nada hasta que tenga un contrato fijo, me obligan a mentir". A la rusa Slava Ivantishin, de 30 a?os, le cost¨® tomar la decisi¨®n, pero tambi¨¦n se "disfraza" de hombre aunque se siente mujer. Vive de sus dise?os como aut¨®nomo, pero necesita un contrato para renovar la residencia. "Los transexuales somos gente desafortunada, hay que cuidarnos porque somos muy fr¨¢giles".
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