La cuna del proletariado

El desplome del edificio que congreg¨® la I Internacional Obrera en Alcoi fue una se?al. El deterioro de la casa ubicada en la calle del Forn del Vidre, donde se gestaron las revueltas proletarias en 1873, llev¨® al traste con ella a finales de mayo de 1998 en un claro ejemplo de "dejadez para salvar el patrimonio", tal y como interpret¨® el presidente de Club d'Amics de la Unesco, Josep Fuster. Poco despu¨¦s se supo que este inmueble del barrio de El Partidor no fue en realidad donde se reunieron los representantes de los trabajadores, y que la placa que figuraba en su fachada deber¨ªa haber sido puesta en otra vivienda, por suerte, mejor conservada. Sin embargo, los vecinos del barrio m¨¢s antiguo de la industriosa Alcoi comenzaron a vislumbrar la desidia de las autoridades por mantener viva su historia y sus peculiares viviendas obreras derivadas del crecimiento industrial de finales del siglo XIX.

Su consideraci¨®n de BIC desde 1983 no ha frenado el deterioro

El barrio capt¨® a obreros de otros pueblos y creci¨® sin orden ni concierto

"Es como si quisieran borrar esa parte de la historia", lamenta un vecino

La declaraci¨®n de Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC) por la Ley de Patrimonio Valenciano en 1983, de todo el casco hist¨®rico de Alcoi, en el que est¨¢ incluido El Partidor, no ha sido motivo suficiente para frenar su deterioro. El informe que en 2007 present¨® el soci¨®logo Jordi Qui?onero trazaba un panorama poco alentador. De los 155 edificios que entonces conservaba el barrio, 76 estaban vac¨ªos. En otros 47, m¨¢s de la mitad de los pisos estaban deshabitados por su mala conservaci¨®n. El Partidor, anta?o plagado de tiendas de barrio, carece hoy de comercios y sus vecinos se tienen que desplazar a otras zonas para abastecerse.

El Partidor no ha compartido la suerte de las vecinas calles de San Nicol¨¢s, San Lorenzo o la avenida del Pa¨ªs Valencia, donde la burgues¨ªa industrial alz¨® sus mansiones modernistas y hacia donde ha comenzado a mirar el gobierno local del PP, para utilizarlas como reclamo tur¨ªstico. El proyecto muse¨ªstico -redactado por el historiador de la Universitat de Val¨¨ncia Manuel Cerd¨¢ e impulsado por el Club d'Amics de la Unesco- de ampliar la visita a los "peque?os museos de la industrializaci¨®n", que constituyen las casas de El Partidor acerca del modo de vida de los trabajadores de finales del XIX, permanece olvidado en un caj¨®n desde 1999.

Situado a un paso del valle de El Molinar, donde creci¨® la industria textil y papelera local, este barrio capt¨® a los obreros de otras localidades. Seg¨²n crec¨ªa su poblaci¨®n lo hicieron sus viviendas, sin orden ni concierto. Surgieron las casas de doble y triple cerradura, s¨ªmbolo de crecimiento desordenado y hacinado. Hoy el progresivo despoblamiento de sus casas, el ¨¦xodo a otros barrios y el olvido por parte de las autoridades han ido carcomiendo el barrio.

"Solo se acuerdan de nosotros en fiestas de San Jorge, alquilan viviendas que est¨¢n cerradas el resto del a?o", se lamenta una vecina. El Ayuntamiento, que ha ido acumulando propiedades de El Partidor, ha optado por demoler las m¨¢s ruinosas. As¨ª se ha convertido en un barrio de solares que acumulan escombros. "Es como si quisieran olvidar el pasado, borrar esa parte de la historia", interpreta otro vecino.

Hartos de tanta indiferencia, los vecinos, encabezados por el anterior presidente de la asociaci¨®n del barrio, Pau Mir¨®, elaboraron entre 2006 y 2008 un Plan de Participaci¨®n P¨²blica para reurbanizar El Partidor. El documento elaborado por el arquitecto Victor Garcia, el soci¨®logo Jordi Qui?onero y el historiador Gabriel Guillem, a partir de las propuestas de los vecinos, preservaba la esencia de las calles estrechas, con edificios restaurados, en combinaci¨®n con nuevos inmuebles y zonas verdes. Toda la Corporaci¨®n municipal aplaudi¨® el trabajo que, sin embargo, no ha llegado a ejecutarse. En su lugar, el gobierno local decret¨® hace un a?o y medio la suspensi¨®n de licencias para la rehabilitaci¨®n de viviendas y promovi¨® un nuevo plan urban¨ªstico de la mano del Instituto Valenciano de la Vivienda, con la construcci¨®n de 352 nuevas casas, que seg¨²n los vecinos, no solo echa por tierra su trabajo; sino tambi¨¦n la esencia del barrio, concebido para ser la cuna del proletariado.