Bill Dixon, heroico trompetista de 'free jazz'
Abri¨® el camino hacia la improvisaci¨®n m¨¢s pura
En la profusa mitolog¨ªa del jazz tambi¨¦n hay dioses, semidioses y h¨¦roes. Bill Dixon, trompetista de jazz de vanguardia fallecido el 16 de junio a los 84 a?os en su casa de la localidad estadounidense de North Bennington (Vermont), figuraba en la tercera categor¨ªa.
?nicamente de heroicidad pueden tildarse sus inicios como abanderado de la generaci¨®n de m¨²sicos de la escena de Nueva York en los a?os sesenta, quienes, constatada la p¨¦rdida del inter¨¦s del p¨²blico a favor de formas de expresi¨®n m¨¢s nuevas y agradables como el pop, se liaron la manta a la cabeza y se embarcaron en una huida suicida en busca de la improvisaci¨®n m¨¢s pura, de la abstracci¨®n m¨¢s onerosa.
Lo llamaron New Thing (lo nuevo) cuando quer¨ªan decir free jazz. Y libres fueron en una d¨¦cada en la que Dixon sent¨® las bases de la Revoluci¨®n de Octubre del Jazz (1964), encuentro te¨®rico- pr¨¢ctico de consecuencias legendarias que se prolong¨® durante cuatro d¨ªas en un s¨®tano de Nueva York.
Tambi¨¦n anduvo detr¨¢s de la formaci¨®n del Jazz Composers Guild, idealista intento de garantizar la supervivencia de tama?a explosi¨®n de creatividad en un entorno, el de los clubes de Manhattan, rematadamente conservador.
Nacido William Robert Dixon el 5 de octubre de 1925 en Nantuckett (Massachusetts), la suya fue, antes de la gloria, la t¨ªpica historia del m¨²sico de jazz en los sesenta. Una vez que su familia se mud¨® a Nueva York, cuando ¨¦l contaba siete a?os, aprendi¨® a tocar el piano, sirvi¨® en 1944 en la Armada de Estados Unidos, en la Europa de los ¨²ltimos meses de la II Guerra Mundial, y se dej¨® caer m¨¢s tarde por los lugares adecuados musicalmente. El talento hizo el resto, como queda patente en la temprana obra maestra que firm¨® para el sello Savoy en compa?¨ªa del saxofonista Archie Shepp, con quien form¨® un cuarteto.
De escasa producci¨®n discogr¨¢fica y gusto por la docencia, se hace costoso encontrar un disco malo de Bill Dixon. Hasta el final de sus d¨ªas produjo m¨²sica ext¨¢tica. Sin ir m¨¢s lejos, Tapestries for Small Orchestra fue elegido por asentimiento general uno de los mejores ¨¢lbumes del a?o pasado. Reverenciado por la comunidad jazz¨ªstica como un h¨¦roe sin intermitencias, sus opiniones (sobre m¨²sica, rehusaba acotarlas al jazz) casi siempre resultaron reveladoras, ya fueran estas recogidas en largas entrevistas o en el reciente documental Going to the center.
Le sobreviven dos hijos y Sharon Vogel, su compa?era.
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