?Prusianos del sur o PIGS?
El 1 de enero de 1986 Espa?a cerraba su dif¨ªcil, pero exitosa transici¨®n pol¨ªtica ingresando en la Comunidad Europea. Semanas despu¨¦s, en un refer¨¦ndum en el que la derecha pol¨ªtica espa?ola falt¨® por en¨¦sima vez a sus ideas y a su pa¨ªs, Espa?a ingresaba en la OTAN. Atr¨¢s quedaban muchas d¨¦cadas de aislamiento y, para sorpresa general, Espa?a se convirti¨® en un pa¨ªs admirado. Crec¨ªamos m¨¢s r¨¢pido que los dem¨¢s; reconvert¨ªamos nuestro sistema productivo y pon¨ªamos en marcha el Estado de bienestar. En Europa los t¨®picos sobre una Espa?a indolente, poco trabajadora y un tanto folcl¨®rica, dieron paso a la idea de un pa¨ªs din¨¢mico, trabajador y bien avenido que aprovechaba del mejor modo posible las oportunidades de la integraci¨®n en Europa. Hasta en las reuniones comunitarias conseguimos fama de ser los m¨¢s puntuales. En el argot de Bruselas los espa?oles comenzaron a ser llamados los prusianos del sur. Espa?a era el referente que se ofrec¨ªa a los nuevos socios. Haced como Espa?a, nos dec¨ªan otros pa¨ªses que les dec¨ªan en Bruselas. Soy testigo. Gobernaba un tal Felipe Gonz¨¢lez.
El gran problema espa?ol es c¨®mo hacer equitativos y eficaces los necesarios ajustes internos
Bajo los Gobiernos del PP, la cultura del trabajo dio paso a la del pelotazo
Trece a?os m¨¢s tarde, el 1 de enero de 1999, el euro echaba a andar definitivamente. Espa?a, a la que hab¨ªan afectado de forma muy especial las turbulencias financieras del 92-93, hab¨ªa logrado recuperarse de la crisis y hacer los deberes a tiempo para poder integrarse en la moneda com¨²n; mitad Solbes, mitad Rato. Con la integraci¨®n en el euro comenz¨®, sin embargo, a incubarse un modelo econ¨®mico y unas pautas sociales que nos han conducido a la preocupante situaci¨®n actual. Gobernaba un tal Aznar.
Desde el punto de vista econ¨®mico, el tema est¨¢ m¨¢s que descrito. Con el euro, una masa de capital a tipos de inter¨¦s reales negativos, es decir, m¨¢s bajos que la inflaci¨®n, inund¨® nuestro pa¨ªs. El tema no hubiera sido grave si este dinero prestado se hubiese dedicado mayoritariamente a fortalecer nuestro sistema productivo. Pero, aunque una parte s¨ª lo ha hecho, la mayor porci¨®n se fue a alimentar la burbuja inmobiliaria, previa liberalizaci¨®n del suelo. La senda de la competitividad se descuid¨®, y la balanza exterior por cuenta corriente comenz¨® el camino de los d¨¦ficits crecientes compensados con la entrada de capitales. Equiparando un euro a 100 pesetas, una falsa sensaci¨®n de riqueza se instal¨® en la sociedad, y el pa¨ªs comenz¨® a vivir por encima de sus posibilidades con el dinero de fuera. Sirva de excusa que no fuimos los ¨²nicos: Estados Unidos, Reino Unido o Irlanda han vivido algo aproximado. Llegada la crisis, a diferencia de los dos primeros, Espa?a no tiene moneda propia; su capacidad de respuesta productiva es menor y, por tanto,solo tiene como campo de maniobra el ajuste de rentas y la recuperaci¨®n de su aparato productivo con ganancias de productividad. Un aut¨¦ntico camino de espinas.
Antes de continuar conviene aclarar tres puntos, dados los discursos p¨²blicos en circulaci¨®n estos d¨ªas.
Uno, la parte manirrota no fueron las Administraciones P¨²blicas, y menos el Gobierno central. Durante estos a?os la deuda p¨²blica se ha reducido y, a la llegada de la crisis, el Estado espa?ol estaba en super¨¢vit. Los d¨¦ficits, que hoy centran la vida p¨²blica, han venido al intentar frenar la brutalidad del ajuste: cuando el 10% de d¨¦ficit por cuenta corriente se ha convertido en 10% de d¨¦ficit p¨²blico.
Dos, descontado el mal del ladrillo y sus virus, que han inflado artificialmente la sensaci¨®n de riqueza, nuestra econom¨ªa es una econom¨ªa consistente y sana en la mayor¨ªa de sus par¨¢metros.
Tres, este pernicioso modelo de crecimiento se cre¨® y se desarroll¨® con los Gobiernos del Partido Popular, fueron ellos, en curiosa concomitancia con los otros dos de la foto de las Azores, los que instalaron en Espa?a "la sociedad a cr¨¦dito". Si los pisos suben de precio es porque los espa?oles tienen dinero para pagarlos, dec¨ªa ?lvarez Cascos.
A los Gobiernos socialistas se les puede responsabilizar de no haber pinchado motu proprio la burbuja, algo bien dif¨ªcil para cualquier Gobierno, y m¨¢s a¨²n si no se tiene pol¨ªtica monetaria propia. Los tipos de inter¨¦s no dependen de Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez
[presidente del Banco de Espa?a], sino de Trichet. Como poco este l¨ªo es una responsabilidad compartida de los Gobiernos desde 1997.
Con ser grave el tema econ¨®mico, no lo es menos el desplazamiento de valores y pautas de conducta que este modelo ha tra¨ªdo consigo. La cultura del trabajo bien hecho, que mejora poco a poco, dio paso a la cultura del pelotazo. Se abandon¨® y despreci¨® la econom¨ªa creciendo al 5% para instalarse en la multiplicaci¨®n de los panes y los peces. La fauna de listos que ha proliferado estos a?os trataba como "diner¨ªn" todo lo que no fuera enriquecerse de la noche a la ma?ana. En nuestro h¨¢bitat reapareci¨® un viejo conocido de nuestros escritores cl¨¢sicos: el prebendista. Anta?o pendiente de las c¨¦dulas reales, y hoy de las recalificaciones, este esp¨¦cimen hispano gusta de lo hortera, otra de las bajas pasiones nacionales rediviva. Exportamos coches baratos a toda Europa para importar modelos de alta gama. Demasiadas zonas G¨¹rtel en una sociedad donde el camino de la ense?anza y el aprendizaje fue abandonado por muchos j¨®venes atra¨ªdos por el dinero f¨¢cil en el mundo de la burbuja del ladrillo. Podr¨ªamos seguir... pero esta negativa cultura, no es Espa?a.
La sociedad espa?ola es una sociedad laboriosa y seria de siempre. El humorista Jos¨¦ Mota, manchego ¨¦l, parodiaba hace d¨ªas c¨®mo le levantaban de madrugada para ir a vendimiar. Lo s¨¦ de primera mano. Mi abuelo hac¨ªa lo mismo con sus hijos e hijas en los olivares andaluces. Se esperaba, ya en el campo, a que llegase el d¨ªa para empezar a trabajar. ?Qu¨¦ buen vassallo, si oviese buen se?or!
Nuestros males econ¨®micos se arreglan si logramos equilibrar nuestra balanza de pagos, por ejemplo, exportando 50.000 millones de euros m¨¢s. ?Dif¨ªcil? Mucho; pero no imposible. La crisis econ¨®mica mundial es bien compleja y va, desde los desaguisados financieros hasta los fuertes desequilibrios entre el ahorro y el consumo de varias de las grandes econom¨ªas del mundo. Con el sudeste asi¨¢tico en los actuales niveles de ahorro, Estados Unidos de consumidor de ¨²ltima instancia, el euro sin pol¨ªtica econ¨®mica com¨²n y los hipertrofiados mercados financieros, que son la madre de todos los males, a su albur; la crisis tiene dif¨ªcil salida. Liquidado el mito de que los mercados autorregulados son capaces de equilibrarse por s¨ª solos, hay que recurrir a Keynes, pidiendo mayor gobernanza econ¨®mica global y mucha m¨¢s regulaci¨®n (y, por favor, dejen de confundir a Keynes con el d¨¦ficit). Son cosas que dependen del G-20, si alguna vez entra en materia.
Entretanto tenemos que apechugar con lo nuestro. En la crisis global Espa?a tiene su factor diferencial que nos la agrava. Si la crisis es mayoritariamente de demanda agregada, y en esto suscribo la opini¨®n de Stiglitz, la de Espa?a tiene un componente de oferta. Nos tocan ajustes internos, y el gran problema es c¨®mo hacerlos equitativos y eficaces. Quienes se beneficiaron del auge no siempre coinciden con los que sufren la crisis. Nada que no pueda arreglarse si el pa¨ªs se pone a ello. La exuberancia irracional de los mercados conduce a las burbujas; pero el pesimismo irracional, solo conduce a m¨¢s crisis. En Espa?a, hoy, sobra pesimismo. No somos PIGS, ni siquiera cuando algunos se solazan, interesadamente, en el fango. Ellos s¨ª son un problema.
Justo Zambrana es economista.
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