De mala leche, cabreado
Hoy me siento corredor; y esto, que en condiciones normales ser¨ªa algo de lo que me sentir¨ªa orgulloso, yo al menos as¨ª lo pienso, hoy es algo que primero me entristece y en cierta medida me abochorna.
Chavanel ha sido el triunfador gracias a sus m¨¦ritos, bravo por ¨¦l que, sin saber lo que m¨¢s tarde pasar¨ªa por detr¨¢s, se lanz¨® a la aventura en el kil¨®metro 10 de la etapa. Sabiendo que el d¨ªa ser¨ªa duro, que la lluvia lo har¨ªa a¨²n m¨¢s, y que la probabilidad de que la fuga fuese buena era m¨ªnima.
Pero al m¨¦rito del franc¨¦s hay que sumarle el dem¨¦rito del pelot¨®n, que ha optado por no disputar la etapa despu¨¦s de una multitudinaria -otra m¨¢s- ca¨ªda. Se bajaba la cota de Stockeu -conocida por todos por la Lieja-Bastogne-Lieja- y el c¨®ctel de la lluvia, la velocidad, la tensi¨®n y qui¨¦n sabe si algo m¨¢s -los corredores con los que he hablado me han dicho que no era normal como ca¨ªan todos como piezas de domin¨®-, ha hecho que gran parte del grupo se haya ido al suelo con violencia. Much¨ªsimos corredores, algunos de los aspirantes a la victoria en Par¨ªs entre ellos. Impresionaba verles cruzar la meta; en fila india, desfilaban como soldados tras la batalla con caras exhaustas m¨¢s habituales de la segunda semana que del segundo d¨ªa. Pero lo peor era mirar m¨¢s all¨¢ de la cara; a los hombros, los codos, las rodillas... y lo que uno ve¨ªa era sangre coagulada mezclada con la suciedad de la carretera. Uno s¨ª, otro tambi¨¦n, e intercalado entre ellos alguno que otro que hab¨ªa conseguido sobrevivir. Y mirando m¨¢s all¨¢ a¨²n, tratando de ver sus pensamientos, se les ve¨ªa de mala leche.
Y aqu¨ª vuelvo al principio. Lo que me abochorna es que hoy me siento como la gran parte de los corredores en estos momentos, cabreado. ?Con qu¨¦, con qui¨¦n? Dif¨ªcil respuesta si es que existe. Cuando ocurren este tipo de cosas, cada uno hace las cuentas seg¨²n sus intereses. Los beneficiados se amparan en la deportividad, a todos nos puede pasar. Los perjudicados se carcomen por la ocasi¨®n perdida y otras preguntas sin respuesta: ?me esperar¨ªan a m¨ª en caso de que hubiese ca¨ªdo?, o ?qui¨¦n decide c¨®mo, cu¨¢ndo y cu¨¢nto se espera? La organizaci¨®n ha optado por repartir los puntos de la clasificaci¨®n tan solo al -justo- vencedor de la etapa. Segundo, tercero, etc¨¦tera... aparecer¨¢n en la clasificaci¨®n como mero testimonio, sin el valor que tiene el puesto en una etapa de estas caracter¨ªsticas. Al parecer ha sido una demanda de los corredores, representados por el l¨ªder, Cancellara, que ha sacrificado su maillot amarillo por el inter¨¦s de sus jefes de filas, los hermanos Schleck.
Lo que digo, aqu¨ª hoy cada uno hace balance seg¨²n le ha ido, pero en general, todos de mala leche porque ha sido un d¨ªa mucho m¨¢s duro de lo esperado. El que se ha ca¨ªdo y est¨¢ bien, masca aliviado su mala fortuna. El que se ha ca¨ªdo y a¨²n est¨¢ dolorido, piensa en t¨¦rminos de futuro; en como se levantar¨¢ ma?ana y en si podr¨¢ pasar el pav¨¦s. Y el que no se ha ca¨ªdo se conforma con su buena suerte. Pero hoy contentos, quitando a Chavanel y su equipo, pocos. A ver ma?ana...
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