Pesquisas griegas
Ensayo. Alberto Manguel, a quien no he visto nunca en persona, escribe unos libros tan habitables que uno tiene a menudo al leerle la sensaci¨®n de conocerlo de toda la vida. Para afirmar esa impresi¨®n todav¨ªa m¨¢s, Manguel cultiva tanto el ensayo como la novela, haci¨¦ndolo con gran soltura en al menos dos lenguas (el que aqu¨ª rese?amos en ingl¨¦s, bajo el t¨ªtulo original de Homer's The Iliad and The Odissey). Se a?ade a la confianza lectora que instintivamente despierta este argentino de nacimiento el hecho conocido de que es un hombre afortunado en su biblioteca, gigantesca y adivinamos que de gran altura, pero sobre todo bien colocada; yo, que tuve que ponerles a mis libros un piso para ellos solos en una casa de vecinos de Madrid, envidio con algo de rabia el granero abacial que Alberto Manguel les ha puesto galantemente a los suyos a la orilla de un r¨ªo en Francia.
El legado de Homero
Alberto Manguel
Traducci¨®n de Carmen Criado
Debate. Barcelona, 2010
284 p¨¢ginas. 18,90 euros
No parece posible que nuestro autor haya le¨ªdo todos los que posee, y ¨¦sa precisamente es la raz¨®n por la que se guardan, para poder leerlos llegado el momento de la apetencia. No cabe duda, en cualquier caso, de que los que ha le¨ªdo los ha le¨ªdo muy bien y sac¨¢ndoles un gran provecho, puesto que los t¨ªtulos manguelianos m¨¢s vendidos tienen que ver con el libro, con la lectura, con las bibliotecas. En justa reciprocidad por el generoso trato que les dispensa, ellos le han dado asimismo merecida gloria.
El legado de Homero no resulta tan apasionante como La biblioteca de noche, Una historia de la lectura o esa inclasificable Gu¨ªa de lugares imaginarios (escrita en colaboraci¨®n con Gianni Guadalupe), hermos¨ªsimo libro de consulta que cura la ignorancia, la curiosidad m¨¢s ansiosa, el deseo de irse de uno mismo y ser a ratos otro. La obra de Homero, que ocupa, de un modo quiz¨¢ excesivamente sumario, las primeras cuarenta p¨¢ginas del libro, enseguida pasa a convertirse en el cuerpo de un deseo por el que el poeta griego ha sido a lo largo de los siglos buscado, investigado, sospechado, odiado, matado ritualmente y eternamente resucitado. Manguel, que sabe de eso, como lector, ant¨®logo y autor (dos de sus mejores novelas, Noticias del extranjero y Todos los hombres son mentirosos, son pesquisas), le aplica a su ensayo el molde detectivesco, en el que no faltan los celos, la persecuci¨®n, el escamoteo, la sa?a. Quiz¨¢ el m¨¢s distinguido papel de villano del libro lo tenga William Blake, que mostr¨® en sus furiosos escritos una mezcla de reverencia y odio hacia el autor de La Il¨ªada, sat¨¢n pagano que hac¨ªa, seg¨²n ¨¦l, una poes¨ªa "robada de la Biblia y desvirtuada, no por azar, sino intencionadamente, por los reyes de Persia y sus generales, por los h¨¦roes griegos y, finalmente, por los romanos".
Chesterton, citado por Manguel, dec¨ªa que no es necesario haber le¨ªdo a los cl¨¢sicos para saber que lo son, dando as¨ª por sentado que autores como Shakespeare, Cervantes o Dante son importantes no s¨®lo por sus escritos sino por su imperecedera relevancia. El legado de Homero recorre con saber y amenidad esa estela del poeta griego, recogiendo, entre otras sabrosas evocaciones, los recelos moralizantes de san Agust¨ªn, las lecciones bien aprendidas por Montaigne y Racine, las peregrinas razones de Samuel Butler para creer que La Odisea s¨®lo pod¨ªa ser obra de una mujer ignorante de la n¨¢utica y la cetrer¨ªa. En el coraz¨®n del libro, y en cada una de sus p¨¢ginas, late la paradoja de que esa "figura fantasmag¨®rica a la que damos el nombre de Homero" haya sido desde su oscura distancia la inspiraci¨®n o el modelo de tantos escritores, desde el Jos¨¦ Hern¨¢ndez del Mart¨ªn Fierro hasta el Joyce del Ulysses, por citar dos nombres antag¨®nicos. Tambi¨¦n es agradable enterarse, en las p¨¢ginas dedicadas a las traducciones hom¨¦ricas, de que Alexander Pope se hizo rico por Homero. Su Il¨ªada en ingl¨¦s, publicada en seis vol¨²menes, le report¨® 5.320 libras con 4 chelines, que, sumados a las 3.500 que gan¨® el poeta dieciochesco por la de La Odisea, dan una cifra de casi nueve mil, un dineral entonces. "Gracias a Homero", dijo Pope, "puedo vivir y prosperar sin deber nada a ning¨²n pr¨ªncipe ni a ning¨²n igual" (cito siempre por la buena traducci¨®n de Carmen Criado).
Le deseamos a Alberto Manguel fortuna semejante con esta obra, aunque s¨®lo sea para que pueda seguir comprando libros y lugares no imaginarios donde guardarlos, para deleite suyo y tal vez alg¨²n d¨ªa de los lectores que sigan confiando en la palabra escrita sobre el papel.
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