El que la sigue (casi) la consigue
Tras dos d¨ªas de pol¨¦micas extradeportivas que a¨²n colean, el Tour vuelve a ser lo que deber¨ªa ser el Tour. Con una etapa de alta monta?a en la que se atravesaban algunos de los collados que han marcado la historia de esta carrera, entre ellos el Tourmalet. La etapa era muy dura, pero el dise?o del recorrido, con esos largos 61 kil¨®metros que separaban al Aubisque de la meta de Pau, daba pie a que pasase lo que al final ha pasado, que la etapa ha sido de tr¨¢mite para los que luchan por los primeros puestos en Par¨ªs.
Pero no as¨ª para los francotiradores, para los que buscaban la etapa y sab¨ªan que lo m¨¢s duro del d¨ªa ser¨ªa sin duda la subida al Peyresourde. Entre los que plantearon all¨ª batalla estaba Armstrong, Vinok¨²rov y unos pocos m¨¢s; tambi¨¦n Barredo.
Barredo es uno de esos a los que aplicar eso de "el que la sigue la consigue". Barredo debut¨® con fama de ser un guerrillero, uno de esos que tiene alergia a lo de estar en el pelot¨®n. Carrera que corr¨ªa, carrera en la que estaba escapado. Primero se plante¨® como objetivo correr las cl¨¢sicas, conocerlas y debutar en todas ellas, tanto en las que mejor se adaptaban a sus caracter¨ªsticas, como en las que no. Ten¨ªa ansia de conocerlas todas. Luego empez¨® a dejar su marca en todas y cada una de ellas. En forma de fuga, claro est¨¢, a eso aspiraba entonces y eso era lo que consegu¨ªa. Despu¨¦s cumpli¨® otro sue?o, el de integrar un equipo que se plantease las cl¨¢sicas como objetivo del a?o. Fich¨® por Quick Step y, curiosamente, estando con los belgas consigui¨® su mejor resultado en una gran vuelta, siendo d¨¦cimo en la general de la Vuelta a Espa?a del 2007. Buen y sorprendente resultado.
Y el a?o pasado, por fin se dio el gusto de levantar los brazos en una cl¨¢sica; fue en San Sebasti¨¢n, la cl¨¢sica de casa para ¨¦l. Barredo, excesivo como es en todo, se muestra plet¨®rico en la foto que retrata ese momento.
Excesivo para todo, para lo bueno y para lo malo. De esto ¨²ltimo, ya dejo muestras de su car¨¢cter con el lamentable incidente que protagoniz¨® aqu¨ª con Rui Costa en el final de la sexta etapa. Afortunadamente, pudo seguir en carrera tras aquello y a punto ha estado hoy de llevarse la etapa al bolsillo. No era la primera vez que se ve¨ªa en esta tesitura, pues ya en el Tour del 2008 estuvo disputando una etapa en una escapada en d¨²o con Burghardt en la que finalmente se impuso el alem¨¢n. Aquel d¨ªa, en su estilo, ambos fueros excesivos en los ataques y contraataques; tanto que, pocos de los que lo vieron habr¨¢n conseguido olvidar el espect¨¢culo.
Y, ayer, Barredo volvi¨® a ser de nuevo excesivo, esta vez para bien. En valent¨ªa y en derroche de fuerzas, aunque para su desgracia le sobraron dos cosas: una, un kil¨®metro, el ¨²ltimo; y dos, el viento, que le castig¨® soplando con fuerza de frente en los interminables kil¨®metros de valle que conducen desde Laruns hasta Pau.
Sus compa?eros de escapada parec¨ªan jugar con ¨¦l durante los m¨¢s de 40 kil¨®metros que hizo en solitario, pero cuando se plant¨® en los ¨²ltimos 5 kil¨®metros, la ventaja que a¨²n manten¨ªa parec¨ªa ser suficiente. Pero se encontr¨® Barredo con un ¨²ltimo pico que, aunque estaba se?alado en el perfil del libro de ruta, pasaba absolutamente desapercibido ante la escala de gigantes como el Tourmalet. Pero en ese pico casi invisible, en ese repecho de unos 30 metros de ascensi¨®n, en esa subida en paralelo a la muralla tras pasar el castillo de Pau, fue donde el asturiano encontr¨® su tumba. Se clav¨®, gast¨® su ¨²ltimo gramo de fuerza, y su velocidad comenz¨® a descender hasta que vio como sus ex compa?eros de fuga le sobrepasaban en el arco del ¨²ltimo kil¨®metro. Entonces derrotado, dejo de pedalear y apoy¨® sus brazos en el manillar como gesto de cansancio, pero tambi¨¦n de hundimiento. F¨ªsico y moral, doble, pero ma?ana toca descanso; y Barredo no se hunde del todo, pues sabe bien que el que la sigue la consigue.
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